EVANGELIO
La lepra se la quitó, y quedó limpio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio». La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que sirva de testimonio». Pero, cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor.
Avisos:
- Retiro en Madrid: 18-20 de enero (Casa Oblatos) Pedir por los frutos.
- Anuncio en Valencia: (Inauguramos ciudad!!) Viernes 25 de enero a las 20:30 en la parroquia de San Pascual Bailón.
- Retiro en Sevilla: 15-17 de febrero en Betania. Infórmate aquí: http://wp.me/p6AdRz-1xN
(De los siguientes retiros no se han abierto las inscripciones. Informaremos más adelante)
- Retiro en Madrid: 8-10 de marzo (Casa Oblatos)
- Retiro en Barcelona: 15-17 de marzo (Casa de Espiritualidad María Inmaculada, Tiana)
- Retiro en Cádiz (Chipiona): (Inauguramos ciudad!!!) 10-12 de mayo, Santuario de Regla.
- Retiro en Navarra (Javier): 31 de mayo, 1 y 2 de junio.
Amar de antemano.
“Eso es imperdonable”, escuchamos algunas veces. Pero esa frase no es cristiana. Es una pasada que Cristo nos ama tanto que siempre que le pidamos perdón, nos diga, hagamos lo que hagamos y por grave que sea: “Quiero: Queda limpio”. ¿Qué esposo le diría a su esposa: Te amo tanto, que me hagas lo que me hagas, te perdonaré siempre? O viceversa con la esposa… ¿Puede haber un amor de un esposo hacia su cónyuge, que sea más grande que todos sus pecados? Creo que sólo es posible si nos amamos con el amor de Dios.
A los que hemos tenido esa experiencia del amor de Dios en nuestro matrimonio, el Señor nos dice hoy: ve a presentarte al sacerdote, a ese matrimonio que sufre, a esos esposos que no creen, y muéstrales quién eras para tu purificación y lo que Dios ha hecho contigo y con tu matrimonio, para que sirva de testimonio.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Sara: (Llorando amargamente y en tono de desesperación) ¡Me ha sido infiel! Me ha estado engañando y encima me echaba a mí la culpa. Me siento despreciada, traicionada. Le he dado todo, mi virginidad, mi vida… Cuando se lo conté a mi amiga Lucía, me dijo “¡Esto es imperdonable!”. Es así, esto, no tiene remedio.
Matrimonio Tutor: Sara, entendemos tu dolor y tu sufrimiento. Es una situación durísima, pero ahora te está pidiendo perdón. Está arrepentido, y tienes que esforzarte por perdonarle. Por tu bien, por su bien y por el bien de tu familia.
Sara: Ya, eso lo decís muy fácil porque vosotros no estáis en mi lugar y no sabéis lo que es esto. ¿Perdonaríais si os hubiese sido infiel vuestro esposo?
Matrimonio Tutor: Hace falta un amor muy grande para perdonar eso. Pero nosotros creemos que Dios nos pediría que lo hiciéramos, y Él nos daría las fuerzas para hacerlo. No nos cabe ninguna duda. Pero tendríamos que estar muy cerca Suya para que fuese Él quien lo hiciese con Sus fuerzas.
Sara: Pues eso necesito yo. Su fuerza.
Matrimonio Tutor: La tendrás, Sara. Nosotros te ayudaremos a acercarte a Él. Ya verás cómo sana tu corazón y vuestro matrimonio.
Sara: Y vosotros ¿Por qué hacéis esto? ¿Por qué os metéis en estos problemas?
Matrimonio Tutor: Porque el Señor te ama demasiado para dejarte sola, y nos envía. Gloria a Él.
Madre,
Qué grande es el amor que Dios me tiene. No sé si algún día llegaré a saber la envergadura de Su amor, inabarcable a lo largo, a lo ancho, a lo alto… En tal inmensidad se pierden todos mis pecados. Gloria a ti por siempre Señor.