
Voy a dejar de exigirle a mi esposa/o que sea más perfecta/o y, en su lugar, voy a hacerla/o feliz, que se sienta acogida/o por mí. Así quizás Dios me dé autoridad para ayudarla/o a sacar lo mejor de sí.

Voy a dejar de exigirle a mi esposa/o que sea más perfecta/o y, en su lugar, voy a hacerla/o feliz, que se sienta acogida/o por mí. Así quizás Dios me dé autoridad para ayudarla/o a sacar lo mejor de sí.