
Que, como los Magos de oriente, llevemos regalos a Jesús con frecuencia. El oro de nuestros méritos, el incienso de nuestra oración juntos y la mirra de nuestros sacrificios, y así podamos postrarnos ante Él y adorarle.

Que, como los Magos de oriente, llevemos regalos a Jesús con frecuencia. El oro de nuestros méritos, el incienso de nuestra oración juntos y la mirra de nuestros sacrificios, y así podamos postrarnos ante Él y adorarle.