Que, como los Magos de oriente, llevemos regalos a Jesús con frecuencia. El oro de nuestros méritos, el incienso de nuestra oración juntos y la mirra de nuestros sacrificios, y así podamos postrarnos ante Él y adorarle.
Más que cualquier regalo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 2, 1-12
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