
El que persevere en el amor, sin caer en la frustración o la desesperanza, salvará su matrimonio y se salvará a sí mismo.

El que persevere en el amor, sin caer en la frustración o la desesperanza, salvará su matrimonio y se salvará a sí mismo.

La gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo porque hemos nacido de Dios. Celebramos que el Verbo de Dios nace entre nosotros. ¡Viene a liberarnos! ¡Aleluya!

Esposos, esta Navidad permitamos al niño Jesús entrar en nuestros corazones para que nos enseñe lo que es el Amor verdadero y transforme nuestros hogares en pesebres donde reine la paz, la alegria y la caridad.

Hoy, en la oración, ha venido María a mi casa y me ha traído la alegría de Jesús. Dios vence en mi corazón frente a heridas, rencores y miedos. Madre, ¡tú eres causa de nuestra alegría en el matrimonio!

El matrimonio es el camino de santidad del Magníficat en el que descubro la grandeza de Dios, que me ha dado esta vocación y me va moldeando para ser cada día mejor esposo/a.