
Si tu esposo/a no te ama, no puedes forzarlo/a a hacerlo, pero puedes amarlo/a tú más, para que aprenda a amar. Esto sólo es posible si antes acoges el Amor de Dios.

Si tu esposo/a no te ama, no puedes forzarlo/a a hacerlo, pero puedes amarlo/a tú más, para que aprenda a amar. Esto sólo es posible si antes acoges el Amor de Dios.