EVANGELIO
Nadie os quitará vuestra alegría
Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 20-23a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: – «En verdad, en verdad os digo, vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».
Palabra del Señor.
Proyecto de Amor.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
Ayer hablábamos de la cruz como una oportunidad que Dios nos brinda. Hoy hablaremos del Proyecto de Dios.
62. …Jesús «refiriéndose al designio primigenio sobre el hombre y la mujer, reafirma la unión indisoluble entre ellos, si bien diciendo que “por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así” (Mt 19,8). La indisolubilidad del matrimonio —“lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mt 19,6)— no hay que entenderla ante todo como un “yugo” impuesto a los hombres sino como un “don” hecho a las personas unidas en matrimonio […] La condescendencia divina acompaña siempre el camino humano, sana y transforma el corazón endurecido con su gracia, orientándolo hacia su principio, a través del camino de la cruz. De los Evangelios emerge claramente el ejemplo de Jesús, que […] anunció el mensaje concerniente al significado del matrimonio como plenitud de la revelación que recupera el proyecto originario de Dios (cf. Mt 19,3)» (Papa Francisco: Amoris Laetitia).
Nuestra naturaleza caída por el pecado, requiere de un proyecto de redención que Dios tiene para nosotros. Este es el Proyecto de Amor Conyugal que Dios ha “diseñado”, para sacarnos de esa dureza de corazón. Consiste en una unión indisoluble de los esposos, un compromiso para toda la vida en el que está presente Cristo por el Sacramento del Matrimonio.
Todo empieza como una especie de embarazo. Es lo que también nosotros les solemos decir a los matrimonios cuando hablamos con ellos por primera vez. ¿Estáis preparados para 9 meses de trabajo y esfuerzo hasta que nazca es nueva criatura que es el “nosotros”? Al principio sólo se experimentan dificultades y hay que dedicar mucho esfuerzo para doblegar el “yo”. Es el grano de trigo que tiene que caer al suelo y morir para dar fruto. Después, una vez ablandado el corazón, el “nosotros” empieza a ver la luz, y comienza el gozo.
Tengo que entender que Dios me une a mi esposo, tal cual es, para toda la vida, como un “don” según su Proyecto de redimirme de la dureza de mi corazón. Mi matrimonio es el resultado de la condescendencia divina que me acompaña en este camino para transformarme con Su gracia, a través del camino de la cruz. Este proyecto es, el Proyecto de Amor Conyugal de Dios para mí.
Madre:
Tú nos guías a través de este Proyecto de Amor de Dios que tengo que descubrir y vivir. Gracias por tan hermoso don. Alabado sea el Señor en su condescendencia.