EVANGELIO
El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: -«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: -«¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: -«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: -«El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».
Palabra del Señor.
Nota: Retiro para matrimonios y familias: “La Verdad del Matrimonio y la Alegría del Amor”. Organiza ProyectoAmorConyugal en colaboración con la Delegación de Pastoral Familiar Diocesana de Málaga. Días 18 y 19 de junio. Para más información pincha en el siguiente enlace:
Rey/reina de la casa.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
Por fin, tenemos la oportunidad de ser los reyes de la casa. No dependemos de nadie, ni de que nos elijan, ni de que nos apoyen, ni de la actitud que tengan con nosotros.
CIC 786 …Cristo, Rey y Señor del universo, se hizo el servidor de todos, no habiendo «venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos» (Mt 20, 28). Para el cristiano, «servir es reinar» (LG 36), … El pueblo de Dios realiza su «dignidad regia» viviendo conforme a esta vocación de servir con Cristo.
Servir es reinar. Así de fácil, nos acabamos de convertir: Él en un rey para ella, ella en reina para él y ambos, en los reyes de la casa.
Dice el Papa Francisco en Amoris Laetitia habla sobre el amor como actitud de servicio:
94. “…Pablo quiere insistir en que el amor no es sólo un sentimiento, sino que se debe entender en el sentido que tiene el verbo «amar» en hebreo: es «hacer el bien». Como decía san Ignacio de Loyola, «el amor se debe poner más en las obras que en las palabras»[106]. Así puede mostrar toda su fecundidad, y nos permite experimentar la felicidad de dar, la nobleza y la grandeza de donarse sobreabundantemente, sin medir, sin reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de servir”.
Servir engrandece el alma. Nos ennoblece y nos hace felices. Y es amor, porque el ser humano para dar amor, necesariamente tiene que comunicar un bien. Alguno pensará que no siente ninguna alegría tendiendo la lavadora. Necesitamos tomar conciencia de que estamos comunicando un bien a alguien con nuestro servicio. En el ejemplo que hemos puesto, no es lo mismo tender la lavadora porque hay que hacerlo, que porque amo a mi esposo y quiero evitarle que lo haga él/ella o/y amo a mis hijos y quiero cuidarlos y que vayan limpios y aseados. En fin, es importante que en todo servicio se comunique un bien a alguien, por aquello de “Ya podía yo… dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve”.
Y en última instancia, todo servicio a los demás es un servicio a Dios, y sólo esto, debería motivarnos para estar al servicio del esposo y de los hijos. Es el deseo de agradar a Dios sobre todas las cosas.
Madre:
Cuántas horas pasaste al servicio del Señor. Yo, como tú, quiero también ponerme a Su servicio. Él se entregó por mí y quiero corresponderle desde mi pequeñez. Alabado sea por siempre.