EVANGELIO
Si siete veces en un día vuelve a decirte: «Lo siento», lo perdonarás
Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
-«Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca!
Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar.
Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «Lo siento», lo perdonarás.»
Los apóstoles le pidieron al Señor:
-«Auméntanos la fe.»
El Señor contestó:
-«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar.» Y os obedecería.»
Palabra del Señor.
La familia, es la solución para el mundo.
Nuestro hogar es una escuela de amor y Tú Señor, nos has encomendado la responsabilidad de enseñar a nuestros hijos, no con palabras sino con obras: “mirad cómo se aman”.
Es inevitable que sucedan escándalos, Pero ¡ay de aquel que los provoca!
Escandalizar a los pequeños, significa desde nuestra vocación conyugal: No ser fieles a nuestra llamada al Amor, no amar y no dejarnos amar, no enseñar a nuestros hijos a amar como Cristo. Que no vean en nosotros el espíritu de servicio, de sacrificio, la entrega, el perdón, la reconciliación… Un amor gratuito que no busca otro interés que el de agradar a Dios construyendo una comunión. Escandalizarles por ser con nuestro ejemplo, motivo para que nuestros hijos pierdan la fe en Dios y no conozcan al verdadero Amor, pues amar a alguien es decirle: tu no morirás.
Algunos matrimonios dejan de Amarse como Cristo porque viven una cruz. A veces se considera la cruz motivo de escándalo para los hijos, cuando la cruz es el camino hacia el verdadero amor redentor de Cristo, el perdón, la Vida y el poder de Dios.
Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdria que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojarme al mar. Hay que ser muy exigente en el combate contra el escándalo: el pecado, que nos aleja del amor de Dios.
¡No Señor!, no queremos ser tus verdugos despreciando o juzgando… a nuestro esposo/a, lo que hago con él/ella, a Ti te lo hago. Queremos como Tú, pedirte perdón por él/ella, porque no sabe lo que hace, pedirte el don perfecto para él/ella. Queremos como María a los pies de la Cruz, permanecer para acoger Tu gracia para el/ella.
Pero somos pecadores y es inevitable que pequemos. Gracias por un esposo que puede acoger mi pecado y expiar por él, gracias por el perdón y la corrección fraterna, algo a lo que Dios nos invita pero que exige mucho amor. San Ambrosio da una clave al respecto: “El que teme se reprime, pero no se enmienda.” Hay muchos tipos de miedo, y muchas veces nos provocamos miedo entre los esposos. ¿Cómo le digo esto ahora? O este tema mejor no tocarlo!! O llego media hora tarde, verás cuando llegue… Hay muchas situaciones en las que, tristemente nos provocamos pequeños miedos mutuamente. ¿Cuál es el factor común en todos los casos?, que la corrección fraterna no es tal. En todos los casos corregimos en nuestro nombre, y no en nombre de Dios, corregimos por nuestros propios intereses y no buscando el bien y salvación del otro.
Valoremos a nuestro esposo en lo que realmente vale, y estaremos preparados para la corrección fraterna. Hijo/a de Dios, templo del Espíritu, creado/a por Dios “para” mí. Creado/a para vivir junto a Dios y ser heredero/a del Reino de Dios, para toda la eternidad. Antes de corregirle, ¿no debería besarle los pies y desde ahí corregirle?
Todas estas actitudes se viven en el matrimonio como semilla de la familia. La fe va unida al amor (la caridad), saber que estás Señor y que lo puedes todo, es la esperanza de nuestro matrimonio y nuestra familia. Aumenta nuestra fe, porque sólo desde la familia, podremos recuperar tu gloria en el mundo.
Oramos por los frutos del sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/
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