Escuchar, aprender y vivir. Comentario para Matrimonios: Juan 6, 44-51

EVANGELIO

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 44-51

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».

Palabra del Señor.


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Escuchar, aprender y vivir.

El proceso lo deja Jesús claro: 1º Escuchar, 2º Aprender, 3º Vivir la Verdad. Si cambiamos el orden, es cuando nos desviamos. Si creemos saber la verdad sin aprender, nos pasa que acabamos pegándonosla, eso nos pasó a los que nos casamos pensando que ya sabíamos amarnos. Si aprendemos de otros que no han escuchado al Padre, nos desviamos y somos unos desgraciados, eso ocurre a todos los que siguen ideologías que marcan otros tipos de familia o de matrimonio, que no son como Dios los creó. Para vivir un matrimonio feliz, o sea Santo, primero tengo que escuchar la Palabra, así aprendo y empiezo a caminar hacia la Verdad, que da la Vida. Porque sí, tengo que confesarlo, mi matrimonio me da la vida.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Laura: ¿Te acuerdas cuando te decía que casi todo lo he aprendido contigo?
Jaime: Sí, éramos tan jóvenes cuando empezamos a salir…
Laura: Pero ahora creo, que todo lo hemos aprendido juntos desde que nos encontramos con el Señor, y empezamos a leer la Palabra. Nos ha cambiado nuestra manera de pensar, de vivir, nuestras prioridades, nuestras preferencias…
Jaime: Sí, nos ha dado un vuelco impresionante a la vida. Yo no paro de darle gracias por tanto como nos ha dado desde que nos rescató. Íbamos por muy mal camino y ha reconducido nuestra vida. Alabado sea el Señor!
Laura: Alabado sea.

Madre,

Nosotros también queremos ser discípulos de Dios. Señor, aliméntanos con Tu Carne para dar vida a nuestro matrimonio y nuestra familia. ¡Alabado seas por siempre!

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