EVANGELIO
Donde está tu tesoro, allí está tu corazón
Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 19-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro allí está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad! »
Palabra del Señor.
Ilumina tu vida.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
Donde está tu tesoro está tu corazón:
Operación búsqueda del tesoro: Rebuscamos en nuestro interior para localizarlo. Tiene que haber algo que ocupe el primer lugar.
¿Qué sería lo último que estaría dispuesto a perder? ¿Qué es lo que más ocupa mi mente? ¿Es algo o alguien? ¿Es caduco o permanece? …
El trabajo, las comodidades, nuestra casa, nuestras aficiones, nuestro descanso, los hijos, el esposo, mi vida…
El tesoro es encontrar a Cristo. Estamos sometidos a los que no creen cuando nos sometemos a lo que ellos están sometidos. Al final, el mundo nos domina y nos atemoriza.
(Filipenses 3, 7, 8) “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.
Mateo 6,33 Buscad, ante todo el reinado [de Dios] y su justicia, y lo demás os lo darán por añadidura.
¿Dónde está realmente mi tesoro?. Si está en que es todo Amor, infinito, eterno, todopoderoso, pondré mi corazón en el amor, en lo eterno, en la plenitud. Un matrimonio que centra su vida en Él, ya sabe lo que puede esperar.
La lámpara del cuerpo es el ojo:
Es la luz de nuestra mirada la que puede hacer que volvamos a mirarnos como al principio, en el estado de inocencia originaria, como Dios nos creó.
Si miro a mi esposo con una mirada “mundana”, todo lo que veo, pasará o se corromperá algún día.
Por esto es tan importante ver el Evangelio en nuestra relación. Rezar juntos, cambia nuestra mirada: Ver la voluntad de Dios en el esposo, entender el plan de Dios para el matrimonio en el principio, cuando se miraban desnudos, hombre y mujer, con esa mirada interior, y no sentían vergüenza. La infinitamente hermosa y transparente pureza de la creación del ser humano hombre-mujer. Todo nos lo revela Él, no solo en la inteligencia, sino también nos lo sella en el corazón.
Si un hombre y una mujer nos miramos así no necesitamos sentir vergüenza, y… cuánta luz habrá en nuestro interior. Y qué transparencia y cuánta luz habrá en nuestro matrimonio.
Tal como pide el Papa que hagamos a diario, oramos por el sínodo de la familia:
https://proyectoamorconyugal.es/oracion-a-la-santa-familia/