EVANGELIO
Cuando les sea arrebatado el esposo, entonces ayunarán
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15
En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunaran».
Palabra del Señor.
Nota: Próximas misiones
- Anuncios en Sevilla en febrero:
- 23: Real Club de Golf de Sevilla. 20:30 Organiza Parroquia de San Juan Pablo II
- 24 COF de Triana
- 25: Parroquia del Corpus Christi 11:30 Avda, de la Palmera 39.
- Anuncio en Pamplona: Domingo 11 de marzo a las 13h en la Parroquia de San Fermín.
- Retiro en Sevilla: 4 a 6 de mayo (No se ha abierto aún la convocatoria. Os mantendremos informados)
“La puri”
Jesús está en nuestro interior, pero nos lo arrebata el pecado, nos alejamos de Él y somos incapaces de verlo. Sin embargo, hay un camino de vuelta y se llama purificación. “La puri”, para los amigos.
Pero ¿cómo purificarnos? Por los caminos contrarios a los que nos alejaron de Él. San Juan Pablo II dice que cada pecado tiene su origen en la falta de una gracia, y para recuperarla hay que acudir a la oración y los sacramentos. Por tanto, el primer paso es ir a la confesión y después a la Eucaristía, con frecuencia, y tener ese ratito diario con el Señor. Pero además, hay piedras en ese camino, estorbos que impiden que entre todo el caudal de la gracia, y son los malos hábitos consecuencia de dejarnos llevar por nuestra naturaleza caída. Puedes limpiar el agua sucia del alma, pero quedarán los posos, lodo, pedruscos, ramas secas… Para eliminar esos obstáculos o ir limándolos, es necesario el sacrificio: Ayuno, aceptar con alegría las dificultades del día a día, superar nuestros impulsos y emociones negativas, luchar contra los deseos egoístas… Es como llegar con una buena pala, un buen cepillo y un buen recogedor, y arremeter don dureza contra todos esos restos, rascando hasta dejar libre el paso para la gracia.
Cuando el pecado nos arrebata al Esposo, ayunemos y sacrifiquémonos para re-abrir el camino de vuelta que nos re-une con Él.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Raúl: Padre, me confieso de que veo muy mal a mi esposa.
El Padre: Uy! Mal asunto. Te voy a presentar a la puri
Raúl: ¿La Puri? Oiga, Padre, que yo pretendo seguir siendo fiel…
El Padre: (Le corta) No, hijo, no. No te confundas. Me refiero a la purificación. Es el camino para limpiar tu corazón. ¿Conoces esa bienaventuranza que dice: Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios?
Raúl: Sí, Padre.
El Padre: Pues eso. Si ves mal a tu esposa y no ves a Dios en ella y en vuestro matrimonio, es porque tienes el corazón “embotado”. Así le llama el Señor. Embotar es quitar fuerza o eficacia a una cosa. Si te dejas llevar por tu naturaleza caída, tu alma se embota. Pierde fuerza y eficacia, y dejas de ver a Dios y de ver como Él mira y sentir lo que Él siente. ¿Comprendes?
Raúl: Perfectamente. Entonces ¿Cómo empiezo a sacrificarme para purificar mi alma?
El Padre: Empieza por hacer ayuno un día por semana, una comida. Sólo pan y agua. Y además, otra cosa más del interior: No te defiendas cuando tu esposa te culpe de algo, aunque no lo hayas cometido ¿Vale?
Raúl: Uf! Vale… Y por curiosidad ¿Cuál será el siguiente paso?
El Padre: Hacer más ayuno y otro avance para el interior: No actuar conforme a lo que sientes sino como debes actuar. Sonríe cuando debas aunque no tengas ganas. Actúa con paciencia aunque por dentro estés echando humo. Dile a tu esposa que la quieres aunque no sientas nada. Ten detalles con ella aunque sientas que no se los merece… ¿Ves? Todos estos esfuerzos, ofrecidos al Señor, van purificando tu corazón. Ya sabes, el camino de “la puri”.
Raúl: Anda que, como se entere mi mujer de que ahora sigo a la puri 😊. ¡Gracias Padre! Oiga. ¿Mi mujer le da comisión?
El Padre: Jajaja. Yo te absuelvo de todos tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Vete en paz, hijo.
Madre,
Tú eres la Purísima y, aunque no lo necesitabas, has recorrido con creces el camino de la purificación. Sabes lo que duele y lo que cuesta. Pero quieres que yo también lo pase, por mi bien. Ayúdame, Madre. Reina de los esposos, ruega por nosotros.
Muchísimas gracias por compartir vuestras meditaciones con nosotros. No sabeis lo que nos ayudan. Y cuando lo aterrizais a lavida matrimonial, es tan real como mi propia vida, nos guia por el camino correcto, cuando aparecen obstaculos en el camino. Gracias de verdad.
El libro del via crucis es una gran ayuda, no solo para la epoca de cuaresma, sino para todo ll q dure nuestra vida, nuestra cruz, asi la aprendemos a llevarla con amor, como Cristo y no con resignación.
Muchas gracias, Valeria. Que Dios te bendiga.
La oración del Vía Crucis, juntos los esposos, una estación al día, es impresionante. Muy recomendable.
Un abrazo.