Excusas para no creer. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 7, 31-35

EVANGELIO

Hemos tocado y no habéis bailado, hemos entonado lamentaciones y no habéis llorado
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 7, 31-35

En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¿A quién, pues, compararé los hombres de esta generación? ¿A quién son semejantes ?
Se asemejan a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros aquello de : «Hemos tocado la flauta y no habéis bailado, hemos entonado lamentaciones y no habéis llorado»
Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y decís: “Tiene un demonio»; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: «Mirad qué hombre más comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores.»
Sin embargo, todos los hijos de la sabiduría le han dado la razón».

Palabra del Señor.

Notas: 1. ANUNCIO: El próximo 23 de septiembre a las 20h, Proyecto Amor Conyugal realizará un anuncio  sobre “La verdad y la belleza del matrimonio”, en Madrid: Parroquia de Nuestra Señora de la Moraleja. Calle del Nardo, 44, 28109 Alcobendas.

2. RETIRO: Os invitamos a vivir la experiencia de un RETIRO PARA MATRIMONIOS en Málaga, los días 17, 18 y 19 de noviembre. En esos días nos adentraremos en La Verdad del Matrimonio y la Alegría del Amor.

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Será un antes y un después en tu matrimonio (Muchos lo dicen). ¡Os esperamos con mucha ilusión!

Excusas para no creer.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Una cosa es no creer, y otra más grave es no querer creer, y para ello, armarnos de excusas exageradas y poco realistas. Normalmente, el que se aleja de la Iglesia o no se acerca a ella, siempre tiene una buena excusa.

También a veces nos cuesta aceptar nuestra realidad, y somos críticos con nuestro entorno y nos quejamos a los demás, de las circunstancias que vivimos, etc. provocándoles desasosiego… como decía Jesús de los fariseos: Ni entran ni dejan entrar.

Esto mismo nos puede pasar en el matrimonio. No aceptamos la voluntad de Dios, y tenemos que criticar a nuestro esposo y el matrimonio. Y así andamos, entre quejas, quejas y más quejas, en lugar de acoger de una vez por todas la voluntad de Dios, y en la situación actual, la que tengo, con mi esposo, con mis hijos y mi vida, trabajar feliz para hacernos santos y hacer santos a todos los de mi alrededor.

En cambio Los hijos de la sabiduría reconocen la Verdad porque sobre Ella se han formado como hombres nuevos. Cuando uno dice “sí” al Señor, poco a poco el Espíritu Santo le va mostrando Su sabiduría, el Corazón de Dios y sin darse ni cuenta, el hombre un día mira atrás y ve lo distinto que ahora piensa, lo distinto que vive, antes estaba inquieto, ahora tiene paz, antes un día estaba fatal y otro bien, dependiendo de las circunstancias, antes tenia miedos, ahora el único temor es ofender a Dios, y del resto sabe que está en las mejores manos…

Todo es hermoso y mira el mal del hombre o del mundo, no desde la queja, sino desde la unión al dolor de Dios por amor.

Aterrizado a la vida matrimonial:

(En una comida de amigos)

Ana: Mi marido es demasiado activo, no para, me tiene agotada.
Teresa: Pues el mío es demasiado parado. No hay manera de moverle del sofá, es un rollo.
Pablo: Mi esposa es demasiado servicial, y está todo el día haciendo cosas por unos y por otros. Me tiene abandonado.
Juan: Pues la mía es una egoísta que no veas. Sólo se importa ella misma.
Julia: Mi esposo es un histérico del orden. Me tiene amargada.
Lucía: Pues el mío es un desordenado integral. Tener la casa decente es una lucha diaria.
Andrés: Eso no es nada. Mi mujer tiene un poco de todo lo que habéis dicho. Un día dice blanco y otro negro. Un día le da por ordenar y otro lo deja todo por medio, y tiene unos cambios de humor que parece Doctor Jekyll y Mr. Hyde.
Pedro: (Anfitrión de aquella reunión) Disculpad, los niños están en la mesa de al lado y pueden escucharnos. ¿Cómo van a creer en el matrimonio con esos comentarios que hacéis unos de otros? ¿No os dais cuenta de que unos os quejáis de unas cosas y otros de las contrarias? A lo mejor nos toca a cada uno acoger nuestra situación y construir con ilusión un matrimonio santo ¿No os parece?

Madre,

Cuánto daño haremos al Creador con tantas quejas sobre lo que hemos recibido de Él, lo que hizo con tanto amor para entregárnoslo. Los dones de Dios son preciosos, son muy hermosos, y no queremos creer en que vienen de Él y que son buenos, para nuestro bien. Padre, perdónanos por nuestra cerrazón y nuestra ingratitud. Alabado seas por Tu sabiduría y tu generosidad. Amén.

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