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Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según san Juan 18, 33b-37
En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús:
«¿Eres tú el rey de los judíos?».
Jesús le contestó:
«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».
Pilato replicó:
«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó:
«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo:
«Entonces, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó:
«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».
Cuestión de prioridades.
El Señor dice que Su reino no es de este mundo. Hay un mundo mundano que se guía por los intereses egoístas y por otro lado está el reino de Dios que ya está aquí y que se rige por los parámetros del Evangelio, que son los del Corazón de Cristo. La pregunta es ¿en qué mundo me muevo? Porque si no vivo como ciudadano del cielo que se rige por el Evangelio, entonces, Cristo no es mi Rey. Pero si priorizo lo que el Señor prioriza, amo como Él ama, me sacrifico como Él se sacrifica y deseo lo que Él desea, entonces mi reino tampoco será de este mundo y mi Rey será el Señor.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Alfredo: ¿Cómo deberíamos hacer para vivir nuestro matrimonio como ciudadanos del cielo? Los dos queremos que Cristo reine en nuestro matrimonio, pero también hay que ocuparse de lo material y de las tareas cotidianas.
Lourdes: Creo que es una cuestión de prioridades. Primero nuestra oración, nuestros sacramentos y nuestra formación espiritual. De ahí beberemos del amor de Dios y podremos amarnos como Él, segunda prioridad y casi igual de importante que la primera. Después vendrá nuestra misión como padres y como cristianos hacia el mundo. Y por último todo lo demás que necesitamos para subsistir. ¿Qué opinas?
Alfredo: Estoy totalmente de acuerdo en que en poner correctamente nuestras prioridades está la clave. Pero, sobre todo, que reine el amor de Dios en nosotros y entre nosotros, en todo lo que hacemos y en cómo lo hacemos.
Lourdes: Maravilloso. Con el amor que lo hacemos es tan importante como lo que hacemos.
Madre,
Que reine Cristo en nuestra vida, en nuestras mentes, en nuestra voluntad y en nuestros corazones. Sólo eso queremos. Alabado sea nuestro Rey de reyes.