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EVANGELIO

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, pasando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.

Les dijo:

«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.

Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

Palabra del Señor.

 

Por el interés te quiero…

Hoy día de San Andrés, recordamos esa frase popular que dice “por el interés te quiero, Andrés”. Puede que pensemos que el Señor llama a Andrés por el interés de que le ayude a transmitir la buena noticia al mundo. Pero el interés de Jesús no es utilizar a Andrés, sino Andrés mismo.

También en nuestra relación podemos tener la tentación de utilizarnos el uno al otro. Es como ese chiste que le dice un marido a otro: ¿Tú te casaste por amor o por interés? Y contesta el otro: Debe ser amor, porque interés no tengo ninguno.

Bien, pues este chiste tiene algo de verdad si se interpreta adecuadamente. Nuestra relación debe basarse en el amor, porque nos interesa nuestro esposo en sí mismo, no porque nos sea útil, sino porque queremos, buscamos y nos entregamos por él y para él o ella.

Jesús hizo de Andrés un apóstol. ¿Hasta dónde queremos llevar a nuestro esposo por nuestra entrega? Parafraseando a Buzz Lightyear: Hasta el infinito y más allá. Por el interés por ti, te quiero esposo/a

 

Aterrizado a la vida matrimonial:

Mónica: Raúl, ¿me quieres?

Raúl: Te amo.

Mónica: Pero ¿por qué me amas? Concreta. ¿Qué motivos tienes para amarme?

Raúl: Porque me entrego a ti para ayudarte a llegar a Dios.

Mónica: ¿Es que no hago nada que llene tu corazón?

Raúl: Por supuesto, te entregas por mí ¿qué más puedo pedir? Pero la parte principal de mi amor contigo consiste en entregarme por ti, y esa es la que me lleva a quererte de verdad.

 

Madre,

Tampoco a Ti te queremos por el interés, sino que nos entregamos a Ti para lo que Tú dispongas. Alabado sea el Señor.