EVANGELIO
Andaban como ovejas que no tienen pastor.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo:
«Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco».
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor.
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Descansar un poco.
Cada día el Señor nos lleva con Él, solos a descansar un poco, muchas veces a través de experiencias en nuestra relación matrimonial. Algunas de esas veces en la oración conyugal.
Sueño con ese día del descanso eterno, en el que ese ratito de “gloria” se haga permanente. ¡Estar en Él! Completamente… Descansar en Él completamente. Pongamos todos los verbos buenos que se nos ocurran, todas las experiencias más maravillosas juntas, y no llegaremos a describir cómo será ese “estar juntos en ÉL”, y además, añadámosle después ese “completamente” y “eternamente”.
Aquí podemos saborear ligeramente, casi tocar, esa experiencia que se aproxima al cielo, a través del matrimonio, a través de la oración, de la Comunión… Pero en la vida eterna… ¡Guau!
Aterrizado a la vida matrimonial:
Ramón: Yo definiría el matrimonio contigo como un anticipo del cielo. Estando contigo, me hago un poquito a la idea de lo que será.
Almudena: Yo también. Experimento cada día más el amor de Dios que me llega a través de ti. También experimento que el amor que te doy supera mis capacidades. Claramente es la acción del Espíritu Santo, que nos une mucho más allá de lo que nos podía unir el amor humano.
Ramón: Es cierto que a veces se corta esta experiencia por nuestra concupiscencia, pero luego, cuando volvemos a estar en Gracia, se restaura de nuevo como si nunca la hubiéramos abandonado. Yo creo que Dios instituyó el matrimonio para que se asemejase lo más posible a la experiencia del Cielo.
Almudena: No hay en la Tierra otra manera de unirse tanto. Doy gracias a Dios por ti.
Ramón: Y yo por ti.
Madre,
Qué bueno poder descansar juntos con el Señor. Nos da esperanza y fuerza para seguir en esta batalla de la vida. Alabado sea Dios.