Menudo don… Comentario para Matrimonios: Mateo 1,1-16.18-23

EVANGELIO

La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 1-16.18-23

La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».

Palabra del Señor.

 

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Menudo don…

Hoy celebramos la Natividad de la Santísima Virgen. Una fiesta muy especial para todos los que estamos consagrados a Ella, así que, cantamos alegres el Salmo: “Desbordo de gozo con el Señor”.
¡Menudo don! Para los padres de María, para Jesús, para cada uno de nosotros, para toda la Iglesia… Qué hermoso don el de la paternidad y maternidad. Cada vez que contemplamos un nuevo nacimiento, contemplamos un milagro. Dios nos hace partícipes de su obra creadora, y nos permite administrar Su paternidad durante unos años. Qué don tan inmenso para un matrimonio. ¿Y qué designio tendrá Dios para ese niño? Seguro que los padres de María no eran conscientes de ante quién estaban cuando recibieron el don de Ntra. Madre. Es curioso, pero San Joaquín y Sta. Ana tenían en sus brazos a la que sería su Madre para toda la eternidad.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Antonio: Ana, hace tiempo que parece que me rehúyes. ¿Te pasa algo conmigo?
Ana: No Antonio, te confieso que me cuesta ahora mismo plantearme un nuevo embarazo. Estoy muy cansada… Creo que no podría con otro más. Pero al mismo tiempo, sé que el miedo no es de Dios, que debo confiar en Él. Y un hijo es siempre una bendición absoluta. Ayúdame a superar esta dificultad que estoy pasando.
Antonio: Te comprendo, Ana. Comprendo que somos limitados y nos supera la vocación a la que hemos sido llamados. Pero si Dios quiere ¿Qué mayor bendición hay que tener otro hijo? Es maravilloso que Dios nos permita participar en la venida de un hijo suyo al mundo. Y Dios siempre premia la generosidad de los esposos que siguen su voluntad. Además, luego se nos cae la baba…
Ana: Está claro. Me estoy mirando y no confío en Dios, y eso no me lleva a nada bueno. Muchas gracias, Antonio. Te amo.
(Y tuvieron otro hijo, y Dios hizo grandes cosas a través de él).

Madre,

En ti confiamos. En el Señor confiamos. En nuestro esposo confiamos. En nuestro matrimonio confiamos. Que hagamos siempre la voluntad de Dios, en todos nuestros pensamientos, en todas nuestras acciones. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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