Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 41-44
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».
¿Reconozco a Jesús?
El Señor se entristece al llegar a Jerusalén sabiendo lo que iba a suceder y adelantándose al sufrimiento que voluntariamente iba a padecer por nosotros. Esto sigue pasando en nuestros días a causa de nuestro pecado, el Señor llora y sufre cada vez que no le reconocemos y seguimos los criterios del mundo en lugar de Su voluntad que es lo que nos conduce a la paz. Podemos consolar al Señor reconociéndole en nuestra vida y entregándonos como Él se entrega por nosotros, amando en la dificultad y renunciando a nuestra voluntad. En el matrimonio cuántas veces los esposos lloramos y estamos tristes porque no sabemos amarnos, al no ver al Señor en nuestro esposo y cuánta paz nos trae reconocer a Jesús entre nosotros y dar gloria a Dios por rescatarnos una y otra vez. Qué bonito poder aliviar sus lágrimas con nuestro amor conyugal y tenerle siempre presente en nuestra vida.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Carmen: Otra vez llevándome la contraria con mis amigos. Siempre estas con lo mismo, no hay quien pueda contigo, siempre tienes que tener razón.
Curro: No creo que sea para tanto, solo he dado mi opinión.
Carmen: Mas que darla, la has impuesto.
Curro: Es verdad, tienes razón. Perdóname, me he pasado un poco y he perdido los papeles por mi forma de hablar.
Carmen: Bueno, quizá yo no he ayudado mucho. Solo me he mirado a mí misma, sin tener en cuenta que también me puedo equivocar
Curro: Es una pasada con qué rapidez cortamos con nuestro criterio y evitamos enfrentamientos que no nos llevan a ningún sitio. Da mucha paz ver que nos damos cuenta con que facilidad nos equivocamos.
Carmen: Es verdad darnos cuenta de la fuerza que tiene la gracia de nuestro sacramento y lo fácil que es ponerla en práctica.
Curro: Damos muchas gracias a Dios por estar entre nosotros.
Madre,
María, Reina de la paz, ayúdanos a reconocer la paz que nos da tener a tu Hijo entre nosotros. Bendito sea el Sagrado Corazón de Jesús.

