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Queremos ser luz. Comentario para matrimonios: Mateo 5, 13-19

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 13-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».
No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.

Queremos ser luz.

Jesús nos dice hoy que somos la sal de la tierra y la luz del mundo. Pero también nos advierte de que podemos volvernos sosos y que esa luz puede apagarse
¿Cuándo puede ocurrir esto? Cuando no vivimos unidos a Él, cuando no vivimos en su Sagrado Corazón. Porque esa luz y esa sal no son nuestras, son suyas, Él nos las da para que la llevemos a nuestro esposo, a nuestros hijos y a tantos matrimonios que hoy viven en tinieblas.
Por eso debemos alimentarnos de Él, acudiendo a la santa misa y reservando tiempos de oración. Porque queremos ser apóstoles del que es la luz, no sal sosa que pisa la gente.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Elvira: Paco, últimamente noto que me cuesta ser luz, encuentro mi corazón apagado, como dormido.
Paco: A mí también me está costando, veo que no tengo a Dios en el corazón como antes.
Elvira: La verdad es que, pensándolo bien, creo que estas vacaciones estamos olvidando esos ratos de oración que tanto nos ayudan y que si los niños, la playa, tanto salir. A veces la Eucaristía no nos “cabe“ en el día.
Paco: Tienes toda la razón, ¿así cómo vamos a vivir en El y a llevarle a otros?
Elvira: Tenemos que poner remedio. ¿Que te parece si hacemos un pequeño horario de vacaciones incluyendo esos ratos de oración y la santa misa?
Paco: Me parece maravilloso. En vacaciones también necesitamos descansar el alma, ¡el Amor no se toma vacaciones!
Paco y Elvira: Gracias Señor por nuestro sacramento del matrimonio. Gracias por el don que somos el uno para el otro.

Madre,

Te damos gracias por enseñarnos a vivir en Jesús y así poder ser transmisores de su luz. Bendita seas y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.