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En busca del Gran tesoro. Comentario para Matrimonios Mt 13,44-46

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según San Mateo,13,44-46

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra».

En busca del Gran tesoro.

Todos somos buscadores incansables de tesoros. El tema es, ¿qué buscamos? y ¿para qué? Siempre andamos buscando aquello en lo que creemos que vamos a encontrar lo que necesitamos para ser feliz y así dedico mi energía, mi tiempo y mi corazón al trabajo, pensando que cuando tenga todo el dinero que creo que necesito, viviré tranquilo, dedico mi energía a que se respeten mis criterios porque así creo que seré valorado, y me dedico a buscar, los placeres de la vida, las comidas, los viajes, el bienestar, porque creo que en eso encontraré la felicidad. Nosotros andábamos así, con tesoros falsos, pero encontramos el gran tesoro: las instrucciones para construir un matrimonio Santo en Cristo, y eso nos llevó a comenzar a edificar el reino de Dios en nuestro matrimonio y así, se nos dio todo lo demás por añadidura. ¡Busca ese tesoro que de una, te lo da todo!

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Maria: Miró atrás y hay que ver cuánto hemos cambiado en estos años.
Álvaro: Pues sí gordi…me parece increíble.
María: Sufrimos mucho hasta encontrar este camino y seguimos tantas instrucciones falsas, pensando que por ahí encontraríamos la felicidad. Hoy cuántas gracias damos a Dios por ayudarnos a vender todo lo que nos impedía construir nuestro amor: la defensa de nuestros criterios, la búsqueda de nuestra propia felicidad, la exigencia al otro, la acusación,….¡pero con qué alegría vendo todo eso por tener lo que tenemos ahora!
Álvaro: Yo también Maria, y aunque es verdad que a veces todavía nos cuesta por nuestro amor propio, ya tenemos clarísimo por donde seguir el camino y ¡yo no vuelvo atrás ni de broma!
Maria: Yo tampoco Álvaro. Gracias mi amor por acogerlo.
Álvaro: Gracias a ti gordi, por no conformarte y creer. Te quiero.
Maria: ¡Y yo a ti!

Madre,

Ayúdanos a no dejarnos engañar con tesoros falsos que nos empobrecen en lugar de enriquecernos. A ti nos encomendamos y consagramos nuestro matrimonio. ¡Alabados sean por siempre Jesús y María!