Archivo por meses: septiembre 2024

Fuerza creadora. Comentario para Matrimonios: Mateo 9, 9-13

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EVANGELIO

Sígueme. Él se levantó y lo siguió.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 9-13

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado en la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa «Misericordia quiero y no sacrificio»: que no he venido a llamar a justos, sino a los pecadores».

Palabra del Señor.

Fuerza creadora.

Tú Señor, eres capaz de ver en mí más allá de lo que ven lo demás. Donde los demás ven motivos de juicio y de condena, Tú rebuscas hasta encontrar algo valioso en mí.
Así quiero mirar yo a mi esposo. Enséñame Señor a mirarle así. A mí me parece muy difícil, porque me falta mucha pureza de corazón, pero seguro que Tú, rebuscando en mi interior sacas de mí la mejor mirada.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Jaime: Dice San Juan Pablo en sus catequesis es que «El esposo se fija con atención en su esposa como con la creadora, amorosa inquietud de encontrar todo lo que de bueno y de bello hay en ella y desea para ella». He sentido esperanza al leerlo.
Marta: ¿Y eso?
Jaime: porque me he creído que en mí, el Señor ha puesto una fuerza creadora capaz de construir con mi amor lo que te falta para ser la perfecta esposa.
Marta: Qué bonito. Gracias.

Madre,

Damos esa fuerza creadora de belleza.

RETIRO MATRIMONIOS MENDOZA 25 – 27 OCTUBRE 2024

RETIRO MATRIMONIOS MENDOZA 25 – 27 OCTUBRE 2024

Mi reina. Comentario para Matrimonios: Lucas 8, 1-3

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EVANGELIO

Las mujeres iban con ellos, y les servían con sus bienes.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 8, 1-3

En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.

Palabra del Señor.

 

Mi reina.

Servir al Señor y a los discípulos con sus bienes, es precisamente lo que hacía santas a estas mujeres. Ponemos aquí unas frases textuales de San Juan Pablo II en la Carta Apostólica Mulieris Ditnitatem:

‘Jesús también dijo: «El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir» (Mc 10,45). María Santísima también, desde el primer momento de su maternidad divina, de su unión con el Hijo que «el Padre ha enviado al mundo, para que el mundo se salve por él» (cf. Jn 3, 17), se inserta en el servicio mesiánico de Cristo… Precisamente este servicio constituye el fundamento mismo de aquel Reino, en el cual «servir» (…) quiere decir «reinar». Cristo, «Siervo del Señor», manifestará a todos los hombres la dignidad real del servicio, con la cual se relaciona directamente la vocación de cada hombre.’

Estas santas mujeres a las que hoy veneramos, reinaron en la Tierra y reinarán con Cristo en el cielo.

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Mercedes: ¿Por qué me besas los pies?

Carlos: Porque me descalzo ante tu feminidad, ante tu entrega amorosa, ante tu delicadeza espiritual y como esposa y como madre. Porque me descalzo ante tu sabiduría de Dios y ante tu ternura de hija de María. Porque me descalzo ante ti como mediadora del amor de Dios. Porque me descalzo ante el servicio que realizas de manera abnegada, a imagen de Cristo que vino a servir y no a ser servido. Porque para mí eres un testimonio de la maternidad de Dios Padre y Madre. Porque tu pureza me preserva de lo mundano como el escudo del Rosario que me animas a rezar contigo cada día. Porque eres maestra de fe para nuestros hijos. ¿Cómo no voy a besarte los pies si soy indigno de ti?

Mercedes: Anda, levántate y abrázame, esposo mío, que he sido creada para ti y tú también lo eres todo para mí.

 

Madre,

Bendita seas por ser Esposa del Espíritu Santo y bendita seas por ser Madre de Cristo y de toda la Iglesia. En esas labores y en la de Hija de Dios, te sigues afanando cada día. Gracias Señor por la santas mujeres que has puesto en nuestra vida

RETIRO MATRIMONIOS MADRID 25 – 27 OCTUBRE 2024

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Detalles de amor. Comentario para Matrimonios: Lucas 7, 36-50

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EVANGELIO

Sus muchos pecados están perdonados, porque ha amado mucho.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 7, 36-50

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:

«Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora».

Jesús respondió y le dijo:

«Simón, tengo algo que decirte».

Él respondió:

«Dímelo, maestro».

Jesús le dijo:

«Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?».

Respondió Simón y dijo:

«Supongo que aquel a quien le perdonó más».

Le dijo Jesús:

«Has juzgado rectamente».

Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:

«¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco».

Y a ella le dijo:

«Han quedado perdonados tus pecados».

Los demás convidados empezaron a decir entre ellos:

«¿Quién es este, que hasta perdona pecados?».

Pero él dijo a la mujer:

«Tu fe te ha salvado, vete en paz».

Palabra del Señor.

 

Detalles de amor.

Jesús valora mucho los detalles de amor de la mujer pecadora, tanto, que a través de ellos reconoce su fe y la salva. Qué importantes son los detalles para el Señor. Qué importante cuidar la liturgia. Qué importante ser muy respetuosos ante Su presencia.

También son importantes los detalles entre los esposos. Dios lo es con Su Esposa. Dice Ezequiel 16, 10-12: “Te puse vestiduras bordadas, te calcé zapatos de cuero fino, te ceñí de lino, te revestí de seda. Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar en tu cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en tus orejas y una magnífica diadema en tu cabeza. Lucías joyas de oro y plata, vestidos de lino, seda y bordado.”

Se trata de, como dice San Juan Pablo: “El bien que quien ama crea, con su amor, en la persona amada”. Seamos delicados con nuestros esposos, tengamos muchos detalles de amor, porque el que tiene muchos detalles es porque ama mucho, y es palabra de Dios.

 

Aterrizado a la vida Matrimonial

Laura: Cuando éramos novios eras mucho más detallista conmigo. Me sentía importante para ti, pero ahora estás incluso borde conmigo y me hablas mal. ¿Qué ha pasado? ¿Has dejado de quererme? ¿He perdido valor para ti?

Javier: Tienes razón. Perdona Laura. Voy centrando mi atención en otras obligaciones y me olvido de demostrarte que eres lo más importante de mi vida. Prometo que, desde ahora mismo, vuelves a ser el centro de mis atenciones.

 

Madre,

Con la cantidad de detalles que tienes con nosotros, ¿cómo no aprendemos de ti? Prometemos esforzarnos y tener con nuestro esposo todos los detalles que tendrías Tú con él o ella. ¿Cómo te tendrá Dios ahí en el cielo? Así debemos tenernos el uno al otro