Archivo por meses: agosto 2024

Que entienda la grandeza. Comentario para Matrimonios: Mateo 19, 3-12

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EVANGELIO

Por la dureza de corazón permitió Moisés repudiar a las mujeres; pero, al principio, no era así
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 3-12

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:
«¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?».
Él les respondió:
«¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne»? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
Ellos insistieron:
«¿Y por qué mandó Moisés darle acta de divorcio y repudiarla?».
Él les contestó:
«Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer – no hablo de unión ilegítima – y se casa con otra, comete adulterio».
Los discípulos le replicaron:
«Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse».
Pero él les dijo:
«No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender, entienda».

Palabra del Señor.

Que entienda la grandeza.

El Matrimonio es algo muy grande. Es el invento de Dios para ser imagen y semejanza Suya en este mundo. El Matrimonio nos permite hacernos uno como Ellos, la Santísima Trinidad, son uno. Y el sello que Dios ha utilizado para unirnos es el Espíritu Santo, ni más ni menos que el mismo Amor que une al Padre y al Hijo. El mismo Amor que hizo uno a Cristo con la humanidad.
Es demasiado potente como para que andemos dudando de este don tan impresionante.
El que pueda, que entienda.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Lucas: Cariño, no estamos sabiendo aprovechar nuestro Matrimonio en todo su potencial.

Mercedes: No lo estás aprovechando tú, que no quieres hacer caso de lo que te digo. No hay comunión entre nosotros porque no me comprendes ni me conoces.

Lucas: Yo sé que tengo muchos defectos, pero a pesar de ellos, Dios quiere construir una comunión entre nosotros. No podemos auto limitarnos por nuestras propias limitaciones. Tenemos que apuntar a lo que Dios puede hacer entre nosotros, más que a lo que nosotros podemos hacer con nuestras fuerzas.

Mercedes: Entonces será que me falta fe.

Lucas: Nos falta fe, sí. Pero no nos cerremos a la acción de Dios. Sigamos luchando con todas nuestras fuerzas y mantengamos la esperanza. El Espíritu Santo actuará en nosotros por nuestro Sacramento. Ya lo verás.

Mercedes: Bueno… Te haré caso.

Lucas: Pero sin mirar al pasado oscuro y con alegría ¿Vale?

Mercedes: Vaaale.

Madre,

Tú que has iniciado este Proyecto de Amor entre nosotros, termínalo y llévalo a plenitud. Te lo pedimos con la esperanza puesta en el Amor de Dios. Alabado sea por compartirlo con nosotros.

El premio a Tu «sí». Comentario para Matrimonios: Lucas 1, 39-56

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EVANGELIO

El Poderoso ha hecho obras grandes en mí: enaltece a los humildes
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que. en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia” – como lo había prometido a “nuestros padres” – en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.

Palabra del Señor.

El premio a Tu «sí».

Qué bonito día celebramos hoy, Madre. El día en que eres asunta al cielo junto a Tu Padre, Tu Esposo y Tu Hijo, perfectamente unidos en comunión plena para toda la eternidad. Es el premio a Tu «sí». Nosotros también hemos dicho «sí» y queremos algún día estar juntos, junto a vosotros. Concédenos ese deseo, Madre.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Andrés: Es cierto que tenemos cruces en nuestra vida, esposa, pero nuestra misión no es evitar tenerlas, sino amar en ellas, como hizo María.
Goretti: Es un consuelo saber que son dolores pasajeros. Los que más duelen son aquellos en que tus seres queridos no te quieren, pero también son los más gozosos, porque son los que más nos acercan al Señor y a Sus padecimientos.
Andrés: Sí. Nosotros queremos estar a los pies de la cruz de Cristo, como María y con María. El resto que sea obra de Dios.

Madre,

Felicidades en el día de Tu Asunción. Gracias Madre por querer seguir junto a nosotros.

Corrección con delicadeza. Comentario para Matrimonios: Mateo 18, 15-20

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EVANGELIO

Si te hace caso, has salvado a tu hermano.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.
En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.
Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

Palabra del Señor.

Corrección con delicadeza.

Siempre que he corregido con dulzura, he conseguido lo que pretendía (San Vicente de Paúl).
Para que una reprensión lleve fruto es menester que cueste hacerla, y no tener sombra de pasión en el corazón (Santa TERESA DE LISIEUX).
El modo de corregir no será la impaciencia, sino la vigilancia y el buen ejemplo (San JUAN B. DE LA SALLE).
Nunca reprendas a nadie sin discreción y humildad, ni confusión propia (Santa TERESA DE JESÚS).

Cuatro características necesarias para una buena corrección: dulzura, sin sobra de pasión, con paciencia y bien ejemplo, con humildad y propia sospecha.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Jaime: Esposa, creo que te he corregido tantas veces mal, que ahora no estás abierta a mis correcciones, y lo entiendo.

Teresa: Bueno, también es verdad que mi orgullo está latente y eso hace que no esté abierta a recibirlas. Pero es cierto que cuando me corriges movido por tos pasiones, estoy menos abierta a acogerlas porque no me fío de tu criterio en ese estado.

Jaime: Te pido perdón por ello, y me comprometo a no volver a hacerlo. ¿Vale?

Teresa: Te lo agradezco, porque yo quiero realmente hacer la voluntad de Dios y para ello necesito de tu ayuda.

Madre, 

Que nos corrijamos con caridad para ayudarnos mutuamente a llegar a estar en ti. Alabado sea Dios que nos hace instrumentos Suyos para el amor.

Canonizando criterios. Comentario para Matrimonios: Mateo 18, 1-5. 10

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EVANGELIO

Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10. 12-14

En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?».
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:
«En verdad os digo que, si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en los montes y va en busca de la perdida? y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».

Palabra del Señor.

Canonizando criterios.

De todos los aspectos de la infancia espiritual a la que hace referencia Jesús cuando nos exhorta a ser como niños, la docilidad es quizás la actitud clave.
Cuánto daño me hace cuando canonizo mis criterios, porque esa actitud me cierra a seguir «entendiendo» la Palabra aplicada a mi vida particular. Quién pueda, que entienda, dice el Señor.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Magda: Me doy cuenta de que discuto muchas veces contigo porque me falta docilidad, y veo que la diferencia de los que creen y de los que no creen es precisamente eso, la docilidad.
Andrés: Es cierto, se nos llena la boca de decirles a los matrimonios que vienen a los retiros que abran el corazón, y luego yo lo sigo teniendo más duro que el pedernal.
Magda: Es bonito que el Señor nos haga verlo con la Palabra de hoy. Eso significa que ha sembrado la semilla de la docilidad en nosotros ¿No te parece?
Andrés: Pues Señor, haz en mí según tú palabra.
Magda: Amén.

Madre,

Del matrimonio entre Tú y S. José aprendemos la docilidad. Bendito ejemplo. Gracias Madre.

Derecho de hijos. Comentario para Matrimonios: Mateo 17, 22-27

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EVANGELIO

Lo matarán, pero resucitará. Los hijos están exentos del impuesto.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 17, 22-27

En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo:
«El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día».
Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron:
«¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?».
Contestó:
«Sí».
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle:
«¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?».
Contestó:
«A los extraños».
Jesús le dijo:
«Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al mar, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti».

Palabra del Señor.

Derecho de hijos.

Este Evangelio siempre me ha resultado extraño. ¿Qué tiene que ver la pasión de Cristo con el pago de impuestos? Y es que, Jesús nos está hablando de Sus “deberes” como Hijo primero y Sus “derechos” después. Jesús es Dios y viene a dar Su vida por nosotros. Qué grande es que se somete a todas nuestras leyes. Se abaja y se somete a los hombres. Impresionante.
Pero hoy nos vamos a fijar en esa escena en la que Jesús demuestra que recibe la moneda del Rey Padre a través de un pez, y la comparte con Pedro. Es una manera de decirle a Pedro (y a través de él, a todos nosotros): ¡Ey! Que vosotros sois también hijos de mi Padre, y que tenéis los mismos deberes y por tanto, podéis participar de los mismos derechos que Yo.
Pues sí, ser hijos, nos obliga a seguir a Cristo y entregar nuestra vida en manos de los hombres, pero por ser hijos, Dios nos da también la oportunidad de participar de los derechos del Hijo. Sobre nuestras deudas terrenales, no nos preocupemos, Dios proveerá. Esposos hijos de Dios, acceded al deber que Dios nos concede de amar como el Hijo primero, para resucitar en nuestro matrimonio primero y en nuestra vida después. ¡Increíble!

Aterrizado a la vida matrimonial:

Sara (Madre de Ramón): Tu esposa no te merece. Nunca ha sabido valorarte. ¿Por qué no te vienes con nosotros unos días y descansas de ella?
Ramón: Me ofendes criticando a mi esposa. Además, no entiendes que mi misión es entregarme a ella, como hizo mi Maestro, al que no le valoraban tampoco Su entrega.
Sara: Perdona Ramón, pero soy tu madre y me duele verte sufrir. Me parece que deberías darle un escarmiento, a ver si reacciona.
Ramón: No, Mamá. Sé que lo haces con buena intención, pero mi sitio está con ella. Estoy contento de que Dios me dé la oportunidad de amar como Él, para ser hijo suyo. Él sabrá acogerme, ya lo verás.
(Y en aquella mala racha, Dios hizo a aquel esposo un poco más santo)

Madre,

En estas situaciones, confío en que te tendré también como Madre y no me fallarás. Enséñame a ser hijo en el Hijo. Amén.