Archivo por meses: agosto 2024

Ponerlo en juego. Comentario para Matrimonios: Mateo 25, 14-30

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EVANGELIO

Has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu Señor.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 14-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.
En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
“Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”.
Su señor le dijo:
“¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:
“Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”.
Su señor le dijo:
“¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.
Se acercó el que había recibido un talento y dijo:
“Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”.
El señor le respondió:
“Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabias que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes”».

Palabra del Señor.

Ponerlo en juego.

Dios hace un reparto de dones a uno y a otro, según Su voluntad. Serán normalmente diferentes, para que podamos ser complementarios. ¿Y qué hago con los que he recibido? Puede que le exija a mi esposo que tenga los mismos que yo. Puede que, si no responde como le pido (porque no tiene esos dones) decida que tampoco yo los pongo a su servicio como represalia. Y cuando el Señor me pregunte qué he hecho con los dones que me dio, ¿qué le diré? ¿Qué mi esposo no respondía como a mí me gustaría que lo hiciese?
Si Dios me ha dado un don, tengo que ponerlo en juego a tope, para mayor gloria de Dios.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Paco: Y si mi mujer no responde a la fe al mismo ritmo que yo ¿Qué tengo que hacer? Si ella no quiere entregarse como Cristo, no voy a estar yo haciendo el panolis dando mi vida por ella.
Ramona: Tienes que preguntarte qué quiere Dios de esa situación que está permitiendo, pero lo que seguro que no quiere es que tú no respondas a lo que Él te pide. Recuerda Paco, que tu vocación es una llamada de Dios y es a Él a quien respondes, y Él te lo ha dado todo. Un corazón humillado, Dios no lo desprecia. Ya lo verás.
Paco: Gracias. Veo que en esto, tengo una misión encomendada por Dios. Gloria a Él.
(Paco se entregó sin mirar la respuesta de su mujer, y Dios hizo Su obra en ella… y en él, siervo bueno y fiel)

Madre,

Cuántas veces verías tú que San José no era inmaculado y Tú sí. Y sin embargo le tratabas como un igual y te sometías a él y a sus decisiones porque sabías que Dios le había asignado el don de custodiarte a ti y a tu Hijo. Qué hermosa manera de responder al Amor con mayúsculas. Bendita Madre

Nos queda mucho. Comentario para Matrimonios: Mateo 25, 1-13

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EVANGELIO

¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El reino de los cielos se parece a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron a encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.
Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
“¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”.
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las sensatas:
«Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas».
Pero las prudentes contestaron:
«Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis».
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
«Señor, señor, ábrenos».
Pero él respondió:
«En verdad os digo que no os conozco».
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».

Palabra del Señor.

Nos queda mucho.

A veces nos puede parecer que «ya estamos convertidos», así que, son los demás, los paganos, los que tienen que convertirse, e incluso, los podemos criticar en nuestro corazón, porque no hacen lo que nosotras hacemos.
Es lo peor que podemos hacer, porque dejamos de estar alerta y el demonio nos manipula como quiere.
Estemos alerta para estar atentos al Esposo antes de que sea tarde.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Mónica: El otro día, cuando te criticaba por tus actitudes, yo me creía la partidaria de Dios, en el equipo de los buenos, de los destinados al cielo. Pero el al hacer examen de conciencia por la noche, se me ocurrió examinarme de Amor, que es lo que determina si estamos o no en el Corazón de Cristo.
Ramón: Y ¿Cómo se hace eso de examinarse de amor?
Mónica: Confrontándose con el Evangelio. Yo me cogí la carta del Amor de San Pablo y empecé a leer que el que ama, excusa sin límites al esposo, cree sin limites en Dios por el esposo, espera sin límites al esposo… Y eso no es lo que yo hago.
Ramón: Y entonces ¿Quién puede salvarse?
Mónica: Para los hombres es imposible, no para Dios.
Ramón: Veo que no estamos en disposición de criticar a nadie. Nos queda demasiado recorrido por delante.

Madre,

Sólo Dios es Santo. Que no nos confiemos. Alabado sea el Señor.

RETIRO MATRIMONIOS CEUTA  18 – 20 OCTUBRE 2024

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Ensimismados. Comentario para Matrimonios: Marcos 6, 17-29

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EVANGELIO

Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan Bautista
Lectura del santo Evangelio según san

En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado.
El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener a la mujer de su hermano.
Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo, pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
«Pídeme lo que quieras, que te lo daré».
Y le juró:
«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».
Ella salió a preguntarle a su madre:
«¿Qué le pido?».
La madre le contestó:
«La cabeza de Juan el Bautista».
Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan.
Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.

Palabra del Señor.

Ensimismados.

Hay caminos hacia la vida y otros hacia la muerte. Lo primero es acoger la vida, que es lo que nos transmite Dios a través de la Palabra y de los Sacramentos (en especial la Eucaristía). En definitiva, el camino de la vida es Cristo y mientras permanezcamos en Él, tendremos vida en nosotros.
Juan Bautista eligió el camino de la vida, que le llevó a dar la vida y a alcanzar la Vida con mayúsculas.
Herodes y Herodías eligieron el de la muerte, que es sustituir ese vivir en Cristo y en Su Palabra por vivir ensimismados (encerrados en sí mismos), y sembraron muerte porque sólo el Señor genera vida.
Quien escucha la Palabra de Dios y la cumple, ese tendrá vida y la tendrá en abundancia, y la Palabra dice que el matrimonio es indisoluble.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Antonio: Cariño, ¿tú crees que nosotros llevamos un camino de vida o de muerte?
Elena: Hemos elegido un camino de vida, porque hemos dado nuestro sí sincero al Señor e intentamos mantenernos unidos a Él. Pero es verdad que a veces cogemos algún desvío, y cuando eso pasa vivimos las consecuencias de la muerte y sembramos muerte.
Antonio: Ya, como por ejemplo ayer, ¿No? Cuando tomé aquella decisión sin contar contigo y no quise pedirte perdón por ello.
Elena: Exacto. A mí me sentó mal que no contaras conmigo, lo tomé como un desprecio hacia mí, te exijí que pidieras perdón, tú te excusaste y siguió la cadena de muerte juzgándote, y exigiendo que me valoraras y demás.
Antonio: Está claro que esos desvíos hay que atajarlos desde el principio con la barrera de la humildad.
Elena: Así nos lo dice la Palabra. De lo contrario, la muerte puede seguir avanzando hasta arrasar nuestro matrimonio y nuestra familia.
Antonio: No lo permita Dios.

Madre,

Amamos al Señor y queremos estar en Él, fuente de Vida. Alabado sea por siempre.

Infarto conyugal. Comentario para Matrimonios: Mateo 23, 27-32

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EVANGELIO

Sois hijos de los que asesinaron a los profetas.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 27-32

En aquel tiempo, Jesús dijo:
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas!” Con esto atestiguáis en vuestra contra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!».

Palabra del Señor.

“Infarto conyugal”

Cuando nos dejamos llevar por una pasión que no nos acerca a Dios y la única preocupación es evitar que nadie se entere o cuando nos estamos haciendo daño y no queremos que se enteren los vecinos, o cuando evitamos que estén nuestros hijos delante para poder ofendernos sin piedad… Puede que me esté cuidando que no quede expuesto un daño, olvidando que va matando mi corazón, y ese daño, no perdona. Las consecuencias de esa destrucción pasarán factura tarde o temprano. También puede que nos estemos olvidando de que, por mucho que nos queramos esconder en todas esas situaciones hay un espectador de excepción al que no podemos ocultarle nada, y es Dios. Qué bueno tomar conciencia de que, de nada sirve ocultar nuestro mal hacia fuera si no lucho por evitarlo en mi interior. Los ojos de Dios están fijos en mi alma y es el único espectador verdaderamente importante. A él no puedo ocultarle nada. Que no se me olvide.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ángel: Esposa, veo que cada discusión deja en nuestro corazón como un poso que se va engordando y cada vez nos distancia más. Es verdad que nos perdonamos, pero el daño se ha producido, y eso es como un infarto conyugal, que produce la muerte de una parte de la relación, provocando que cada vez tenga menos fuerza para tirar adelante.
Ana: Tienes razón. También nuestra alma se ve afectada y le cuesta más avanzar hacia Dios. Tenemos que tomar una determinada determinación para evitar hacernos daño mutuamente. Dios transforma nuestro corazón de piedra por un corazón de carne, pero a base de heridas, vamos haciendo callo y ya no está blandito como antes.
Ángel: Nos jugamos mucho, Ana. Nuestra vocación, el ejemplo para nuestros hijos, la vida eterna… Tenemos que poner más empeño.
Ana: Tenemos que vivir más en lo profundo, más cerca de Dios, crear más ambiente de Dios entre nosotros. Sólo Dios puede protegernos y hacer nuevas todas las cosas.
Ángel: Me parece bien. Te amo y quiero amarte más.

Ana: Te amo y quiero amarte más.

Madre,

Las cosas de Dios son hermosas. A veces hemos descubierto caminos erróneos porque no eran hermosos. Las cosas de Dios tienen que ser hermosas en los más profundo de sí mismas, y por tanto, tienen que generar belleza a su alrededor. No hay nada más hermoso que Dios. Alabado sea mi Dios, que es grande y lleno de Vida.