Archivo por meses: junio 2024

Santa indiferencia. Comentario para Matrimonios: Marcos 12, 13-17

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EVANGELIO

Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 13-17

En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta.

Se acercaron y le dijeron:

«Maestro, sabemos que eres veraz y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?»

Adivinando su hipocresía, les replicó:

«¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea».

Se lo trajeron. Y él les preguntó:

«¿De quién es esta imagen y esta inscripción?».

Le contestaron:

«Del César».

Les replicó:

«Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios».

Y se quedaron admirados.

Palabra del Señor.

 

Santa indiferencia.

Hoy los fariseos y los herodianos, enemigos acérrimos, se unen para “pillar” a Jesús. Intentan ponerle en la encrucijada de si se doblega ante la dominación de los romanos como creen los partidarios de Herodes que debe ser o si es contrario a ella, como defendían los fariseos. De ahí la hipocresía de los que vienen supuestamente a hacer una pregunta al Maestro simulando un deseo de fidelidad a la verdad.

Pero gracias a esta pregunta tenemos una respuesta de Cristo que nos viene bien para hoy: Y es que, si no nos desapegamos del dinero, no podremos dar a Dios lo que le corresponde. Esta es la enseñanza de hoy: Sólo si nos desapegamos de las cosas de este mundo, seremos libres para poder entregarnos a Dios. A Él y sólo a Él le pertenecemos (a Dios lo que es de Dios).

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Lucas: Qué difícil es estar en el mundo sin ser del mundo. Sé que es el camino para llegar a la comunión verdadera con el Señor y vivir contigo un matrimonio como Dios lo pensó, pero la verdad es que, no sé cómo abstraerme de las cosas del mundo cuando estoy en mi trabajo.

Lourdes: Yo te diría que tienes que alcanzar la santa indiferencia que te hace libre. Tú haces lo que puedas, poniendo cada mañana tu trabajo en manos de Dios. Pero los resultados te tienen que dar igual. Si llegas a los objetivos, pues has llegado por Su gracia y si no, pues alábale porque Él así lo ha querido. En cuanto empiezan a aparecer miedos, estrés, cuando le das vueltas a la cabeza en lugar de rezar… todos estos signos son un indicativo de que no eres libre para Dios.

Lucas: Entiendo, pero lo veo muy difícil de conseguir. Imagino que será un proceso. Para empezar, tengo que acostumbrarme a poner todo en Sus manos y decirle sinceramente “hágase Tu voluntad”.

Lourdes: Eso es. Tú ve dando pasos y ya verás cómo el Señor te ayuda. Por cierto, he visto un traje monísimo. ¿Me lo compro?

Lucas: Lo que tú quieras.

Lourdes: A mí me da igual comprarlo que no.

Lucas: ¿Lo necesitas?

Lourdes: Necesitarlo, necesitarlo… no lo necesito.

Lucas: Entonces, mejor lo dejamos ¿te parece?

Lourdes: Me parece genial. ¡Gracias por ayudarme a discernir la voluntad de Dios! Yo también quiero ser libre para Él y para ti.

 

Madre,

Somos de Dios. A Él todo el honor y la gloria por siempre. Amén.

Sacrificios en familia. Comentario para Matrimonios: Marcos 12, 1-12

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EVANGELIO

Agarrando al hijo amado, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 1-12

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos:
– «Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos. A su tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo azotaron y lo despidieron con las manos vacías. Les envió de nuevo otro criado; a éste lo descalabraron e insultaron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos, a los que azotaron o los mataron.
Le quedaba uno, su hijo amado. Y lo envió el último, pensando “Respetarán a mi hijo”.
Pero los labradores se dijeron:
«Éste es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia».
Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, hará perecer a los labradores y arrendará la viña a otros.
¿No habéis leído aquel texto de la Escritura: «La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente»?».
Intentaron echarle mano, porque comprendieron que había dicho la parábola por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon.

Palabra del Señor.

Sacrificios en familia.

Preciosa la historia de los mártires de Uganda a los que hoy conmemoramos, y entre los que se encuentra Carlos Lwanga. Una cruel carnicería promovida por el rey Muanga que se rodeó de jóvenes cristianos. Un tiempo despues, influenciado por las costumbres mahometanas, se dió a la peor de las lujurias y como los jóvenes cristianos se oponían a sus deplorables solicitaciones, inició una persecución sangrienta contra «todos los que hicieren oración».
Detrás vinieron toda una serie de torturas y martirios cruentos y espeluznantes a los que algunos se presentaron incluso voluntariamente.
¿El resultado? Poco tiempo después, los perseguidores morían con muertes miserables, mientras que el pueblo en masa acudía para ser bautizados, hasta hoy en día, donde hay una fe floreciente. Seis diócesis que están dando grandes frutos de Vida cristiana.
Otro ejemplo de cómo los mártires han sostenido y hecho ploriferar la Iglesia con la entrega de su sangre.
Ofrezcamos nosotros esos pequeños sacrificios, que no llegan a la sangre (si Dios lo dispone así), pero que el Señor tanto estima y que nos convierten en Sus testigos. Así reza hoy el Salmo: «Con él estaré en la tribulación».

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Luis: ¿Cuál crees que es el mejor testimonio que podemos dejar a nuestros hijos?
Soledad: Creo que los sacrificios por amor. Es el mejor testimonio que nos dejó Cristo, con el que nos demostró que nos ama hasta el extremo y es el testimonio de tantos mártires que han sostenido y hecho proliferar la Iglesia.
Luis: ¿Crees que los niños deben estar enterados de esos sacrificios?
Soledad: Creo que sí. Cristo no escondió Su Sacrificio.
Luis: Me parece fenomenal. ¿Qué te parece si nos proponemos un sacrificio por amor de uno al otro y lo compartimos con nuestros hijos? A lo mejor incluso quieren unirse de alguna manera.
Soledad: Me encanta. Sacrificios en familia. Me parece maravilloso.

Madre,

Nos ofrecemos al Padre a través de Ti. Tú transformarás nuestras pequeñas cosas en ofrendas agradables a Dios. A Él la gloria y la alabanza por los siglos.

Hambre con mayúsculas. Comentario para Matrimonios: Marcos 14, 12-16. 22-26

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EVANGELIO

Esto es mi cuerpo. Ésta es mi sangre.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26

El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
«¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?».
Él envió a dos discípulos, diciéndoles:
«Id a la ciudad, os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: «El Maestro pregunta: ¿Cuál es la habitación donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?».
Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, acondicionada y dispuesta. Preparádnosla allí».
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la Pascua.
Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
«Tomad, esto es mi cuerpo».
Después, tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron.
Y les dijo:
«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».
Después de cantar el himno, salieron para el monte de los Olivos.

Palabra del Señor.

Hambre con mayúsculas.

¿Experimentas el hambre? Cristo elige un alimento tan básico como el pan para venir a nosotros. Para que todos los entendamos: ¿Tienes hambre? Come pan y te dará la vida. ¿Tu espíritu tiene hambre? Come el Pan de Vida eterna.
Pero todo empieza por el hambre: ¿Tengo Hambre del Señor?
Qué importante es tener Hambre del Señor, un hambre que ponemos con mayúsculas, por su importancia y por si referencia a Cristo. Pide el Hambre, cultiva el Hambre, saborea el Hambre.
Cuando leemos el Hambre que tenían los Santos, nos la contagian. Con ese Hambre atroz vengo a verte, Señor, a estar contigo y a recibir la Santa Comunión para estar en Ti y Tú en mí.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Jorge: Lee uno la vida de los santos, y son tan distintos unos de otros… No sabe uno a cuál imitar.
Rocío: Yo creo, Cosa, que nosotros no tenemos que imitar su camino, porque nosotros tenemos el nuestro. Ahora el noviazgo y si Dios quiere, nos unirá en Santo Matrimonio. Pero algo que es factor común en los Santos es el Hambre que tienen de Dios. Creo que esa es la clave que debemos imitar.
Jorge: Tienes razón, Peque, tenemos que estar más con Él, para enamorarnos locamente de Él, alimentarnos de Él y que Él gobierne nuestra vida.
Rocío: Qué importante tener Hambre de Él. Yo quiero ¿y tú?
Jorge: Yo también. ¿Se lo pedimos a diario a partir de hoy?
Rocío: Vale, pidámoselo a María. Nadie mejor que Ella para darnos Hambre del Señor.

Madre,

Danos Hambre con mayúsculas y dásela a nuestros hijos. Mucha, más, más todavía. Gracias, Madre.

Lo demás, Suyo es. Comentario para Matrimonios: Marcos 11, 27-33

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EVANGELIO

¿Con qué autoridad haces esto?
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 11, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras este paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le decían:
«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad para hacer esto?».
Jesús les respondió:
«Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era del cielo o de los hombres? Contestadme».
Se pusieron a deliberar:
«Si decimos que es del cielo, dirá: «¿Y por qué no le habéis creído?» ¿Pero cómo vamos a decir que es de los hombres?».
(Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta.)
Y respondieron a Jesús:
«No sabemos».
Jesús les replicó:
«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

Palabra del Señor.

Lo demás, Suyo es.

Está claro que no podemos abarcar las cosas de Dios. Es buenísimo que no lo sepamos todo, que aunque haya muchas cosas que no entendemos Le sigamos. María estaba encantada con no entender muchas cosas, que guardaba en Su Corazón, porque así sabía que eran de Dios, pues si lo entendiéramos todo, no podrían ser de Dios que es inabarcable para nuestra pequeña mente humana. Porque hay misterio, hay fe, y «dichosos los que crean sin haber visto».

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Clara: No entiendo por qué, después de todo lo que me estoy entregando, ahora me viene esta prueba. No entiendo por qué me tiene que venir además a través de ti. que sea otro el que me hace sufrir, vale, pero que seas tú, es que no lo entiendo. ¿Sabes?
Pepe: Lo siento, Clara, perdóname. Sé que soy un pecador y todavía me queda mucho que purificar en mi corazón. Me ha pillado con el pie cambiado y he saltado, y te he dicho lo que no debería haber dicho, y además que no lo pienso. Hago el mal que no quiero y no el bien que querría.
Clara: Ya… Y quién entiende que Dios se haga hombre, y que cargue con tus culpas y con las mías y que se entregue, y que esté ahí, ante nosotros encerrado en una custodia.
Ahora entiendo que no entienda. Esto es cosa de Dios que me lo está poniendo para que aprenda a ser misericordiosa como Él. Gracias Señor, vuelve a ponerme estas situaciones cuantas veces quieras. La próxima vez te pido que me ayudes a vivirlas en Ti.
Perdona Pepe. Comprendo tu fragilidad. Sé que quieres quererme más de lo que me quieres, y con eso me basta y me sobra.
Pepe: Alabado sea Dios.

Madre,

Somos muy pequeños para saberlo todo. Danos el don de inteligencia justo para ser fieles a la voluntad de Dios. Lo demás, Suyo es. Alabado sea el Señor

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