Archivo por días: 28 mayo, 2024

Poco pero todo. Comentario para Matrimonios: Marcos 10, 28-31

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EVANGELIO

Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 28-31

En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más – casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones – y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».

Palabra del Señor.

Poco pero todo.

Sí, 100 veces más. No hay rentabilidad igual en el mundo, pero la única cláusula es que hay que dejarlo todo. Y lo que más cuesta es dejar la propia honra: pedir perdón por lo que no he hecho, dar la razón con alegría y convencimiento aunque no crea que no la tiene…
Madre, hoy vengo ante Tu Hijo, con el corazón henchido, porque llevo un tiempo entregando la honra gracias al Amor de Su Sagrado Corazón que me has transmitido y que me mueve. Pero no me des más de esto que recibo ahora porque voy a explotar, y además no me lo merezco. Quiero seguir entregando mi honra pero sin consolaciones, y en secreto. Sólo para ti. Dispón a tu gusto de este pequeñísimo gesto de amor que te hago y le hago a Él.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Alberto: Gracias Madre porque hoy el Maestro Soberano ha permitido que haya un malentendido entre mi esposa y yo, y me hicieran daño sus comentarios. Gracias por permitirle a este pobre pecador adherirse a la acción del Amor de Dios por ella. Te ofrezco este sacrificio para Tu libre disposición aunque te pido que si es posible contribuya a la salvación de mi esposa, y si algún castigo le correspondiese, recaiga este sobre mí.
Marta: Gracias Madre por esa humillación en público que el Maestro Soberano ha permitido que reciba en público a través de mi esposo y que tanto me ha llenado de gozo. A ti te la entrego por si esta pequeñísima aportación fuera de utilidad para mayor gloria de Dios y si Tú quieres, especialmente para la salvación de mi esposo.
(Y la gloria de Dios iba llenando sus corazones 100 veces más)

Madre,

Todo Tuyo soy, María. Ayúdame a entregarte toda mi pequeñez. Poco pero todo. Gracias Madre.