Archivo por meses: febrero 2024

En lo secreto. Comentario para Matrimonios: Mateo 6, 1-6.16-18

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EVANGELIO

Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.

Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.

Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor.

 

En lo secreto

En lo secreto, en lo profundo, en lo más íntimo. Ahí está Dios. Todo lo ve, todo lo escruta, todo en mí lo conoce. Todo. También lo que pienso y no digo, la intencionalidad de cada movimiento. ¡Todo! De manera que lo que no viva para Él, lo que viva en ese exponer-se para ser visto, es ponerse por delante de Él en lugar de procurar que sea conocido Él: Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Entonces ¿qué soy? ¿hijo o ladrón de las cosas de mi Padre? El Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Dice Jesús. Y el que deja de ser hijo para ser ladrón, se pierde lo que le habría correspondido por ser hijo.

Yo le entrego mi intimidad de hijo y vivo según ella y Él me da de sí mismo. Me da la regeneración y la Vida, hasta que viva sin vivir en mí.

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Eduardo: Perdóname Señor porque te estoy haciendo sombra. Cada vez que me excuso, cada vez que me quejo, cada vez que no me someto, cada vez que reclamo, cada vez que presumo, cada vez que aplico mi justicia… Soy como ese niño pesado que se pone delante de la pantalla y no deja ver. En todo eso, no dejo que te vean, Señor, ni mi esposa, ni mis hijos, ni muchos otros.

Vanesa: Perdóname Señor, porque me olvido de que te llevo dentro, de que estás en mí, de que todas mis obras buenas son tuyas. Y voy yo, a mi manera, y te hago sombra. Tú tan grande, yo tan pequeña y hago grande mi sombra apropiándome de Tu luz.

Eduardo: Pero te amamos, Señor. No queremos hacerte sombra, queremos que te conozcan todos. Haz en nosotros lo que tengas que hacer para que sólo brilles tú. Sabemos que es a través de la humillación. Pues adelante, Señor.

Vanesa: Adelante, Señor. Aunque duela.

 

Madre,

Sólo viendo lo grande que eres y lo poquito que apareces en la Sagrada Escritura, nos hacemos una idea de cuál debería ser nuestro papel. Aparecer muuucho menos todavía. El importante es el Señor. Que todos le vean Madre. Alabado sea por siempre.

 

Tozudez de corazón. Comentario para Matrimonios: Marcos 8, 14-21

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EVANGELIO

Evitad la levadura de los fariseos y de Herodes.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 8, 14-21

En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó tomar pan, y no tenían más que un pan en la barca.

Y Jesús les ordenaba diciendo:

«Estad atentos, evitad la levadura de los fariseos y de Herodes».

Y discutían entre ellos sobre el hecho de que no tenían panes.

Dándose cuenta, les dijo Jesús:

«¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?»

Ellos contestaron:

«Doce»

«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?».

Le respondieron:

«Siete».

Él les dijo:

«¿Y no acabáis de comprender?».

Palabra del Señor.

 

Tozudez de corazón.

El corazón es como ese pez escurridizo que intentas agarrar y se te resbala de las manos una y otra vez. Intentas amarrarlo al Señor, pero en cuanto te descuidas ya se ha despistado y anda inquieto con tantas cosas… Entonces vienen las preocupaciones, las angustias, las quejas, los juicios entre nosotros… Te pones ante el Santísimo Sacramento y le gritas a tu corazón: ¡Pero si estás con el Señor! Pero sales y cuando te das cuenta, ya estamos otra vez, ya se te ha escapado de las manos de Dios y vuelven las obras de la carne en el matrimonio.

Pedimos al Señor que nos quite esta tozudez de corazón y nos dé un corazón esponsal, que lata en Él a Su ritmo, al ritmo de Dios Trinitario. Así, con este deseo entramos mañana en la Cuaresma.

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Manolo: ¿Tú sabes cuando intentas poner la toalla sobre la arena de la playa y en cuanto te descuidas ya tiene arena encima? Pues así es mi amor propio. Como la arena, que siempre se acaba poniendo por encima. Y cuando hay un poquito de viento, ni te cuento.

Concha: Yo tampoco te quiero ni contar… Y claro, cuando no estamos en el Corazón de Cristo, todo se descoloca y las pasiones desordenadas se disparan y hacen estragos entre nosotros. Al final, todo se traduce en eso ¿estás en Él o no estás en Él?

Manolo: Correcto. ¡Eso es! Estar en Él. Esa es la clave. Porque estando en Él, el alma descansa. Ha sido creada para eso.

Concha: Para descansar en Él.

 

Madre,

Quítanos esta tozudez de corazón para que estemos siempre en el Señor, en todo momento. Alabado sea, a Él la gloria por los siglos.

 

Amor, no signos. Comentario para Matrimonios: Marcos 8, 11-13

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EVANGELIO

¿Por qué esta generación reclama un signo?
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 8, 11-13

En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
«¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

Palabra del Señor.

Amor, no signos.

Alguno puede estar más atento a los signos que al Amor de Dios. Algo que tragreda las leyes de la física y que pueda impresionarnos al modo de un ilusionista. Otros pueden perseguir simplemente que se les quite el sufrimiento.
Pero nos salvamos por la fe, no por haber sido testigos de milagros impresionantes ni por haber dejado de sufrir. Y dice el Apóstol Santiago que la fe produce paciencia. Es decir, que el que tiene fe, considera ante todo el amor de Dios y espera en Él y en Su voluntad sin exigirle actuar según los propios deseos o las propias motivaciones.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Ángel: Cariño, ¿Ha dejado de dolerte la situación con nuestra nuera?
Maricarmen: Eso nunca dejará de doler. ¿Por qué lo preguntas?
Ángel: Bueno, porque parece que últimamente te quejas menos y aceptas la situación con más paz.
Maricarmen: No es eso, es que he entendido que me debe sostener la fe. Dios me ama y Dios la ama a ella. Yo confío en que Él deshará este entuerto cuando considere oportuno. Por eso sufro está situación con paciencia, una paciencia sostenida por la fe en Él.

Madre,

Que ante todo nos sostenga la fe en el amor de Dios. Alabado sea por siempre.

RETIRO MATRIMONIOS ZARAGOZA (TARAZONA) 5-7 ABRIL 2024

RETIRO MATRIMONIOS ZARAGOZA (TARAZONA) 5-7 ABRIL 2024

Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Parroquia de Santa Rafaela María (Zaragoza) os invita a participar en un retiro para Matrimonios, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).

¿A quién va dirigido este retiro? a todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio o aquellos que en el momento de la inscripción no tienen impedimento alguno para contraer el Sacramento del Matrimonio, y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.

FECHAS: Será desde el viernes 5 de abril (a las 18:00 h) hasta el domingo 7 de abril (a las 17:30 h) de 2024.

LUGAR: Seminario de Tarazona. Calle Obispo Hurtado nº 8
50500, Tarazona (Zaragoza). Geolocalización: https://goo.gl/maps/wGLziHr82nibaUNc8

 

PRECIOS: (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)

– Adultos: 320 € por matrimonio. / – Niños: 95 € por niño.

Suplemento económico para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.

Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.

 

INSCRIPCIÓN: Para realizar la inscripción, pincha aquí. (a partir del domingo 11 de febrero a las 20:00 h)

¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.

Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza y daros las instrucciones para realizar el pago

 o indicaros si estáis en lista de espera. En caso de que no hubiese plazas disponibles.

Para consultar cualquier duda o ponerte en contacto con nosotros, escríbenos a retiros.zaragoza@proyectoamorconyugal.es

Sobre Proyecto Amor Conyugal: https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.

Mundos opuestos. Comentario para Matrimonios: Marcos 1, 40-45

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EVANGELIO

La lepra se le quitó, y quedó limpio.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
«Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó, diciendo:
«Quiero: queda limpio».
La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente:
«No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio»,
Pero, cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.

Palabra del Señor.

Mundos opuestos.

La impureza del corazón en tiempos de Jesús era confundida con la lepra. El leproso hace una llamada directa al Corazón de Jesús cuando le dice: «Si quieres…». Ese «si quieres» podría cambiarse perfectamente por un «si me quieres…».
Entonces, ante ese reclamo de amor, Jesús se enternece y toca al leproso. En ese momento, dos mundos contrarios se ponen en contacto: el de la impureza y el de la pureza.
La lepra en contacto con la carne humana vence a la naturaleza humana. En cambio, en contacto con la divinidad, es vencida inexorablemente.
Hoy, como esposo pecador, me arrodillo y suplico: Señor, si me quieres, puedes limpiarme.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Alfonso: (Con la cabeza agachada ante el Santísimo junto a Lucía, su esposa) Señor, ¿por qué me has confiado a esta esposa si no soy digno de ella? No le doy la comprensión que necesita, no la trato con la delicadeza que le corresponde como Princesa hija del Rey de Reyes. Pero si me quieres, puedes limpiarme de mi amor propio.
Lucía: Señor, no consigo entender las maneras de Alfonso. No consigo amarle como se merece porque no admito su aspereza y lo que a veces juzgo como su dureza de corazón. Pero Señor, si me quieres, puedes limpiarme de mi amor propio.
El Señor: Claro que os quiero. Habréis notado cierto dolor en vuestra alma frente a las actitudes del otro ¿Verdad? Pues amad ese dolor porque es el que os envío para que os purifiqueis.

Madre,

Si nos quieres, no nos abandones en este valle de lágrimas, Madre de Misericordia, abogada nuestra.