Archivo por días: 31 julio, 2022

¿Es un sueño? Comentario para Matrimonios: Lucas 12, 13-21

EVANGELIO

¿De quién será lo que has preparado?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».
Él le dijo:
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».
Y les dijo:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».
Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha.
Y empezó a echar cálculos, diciéndose:
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.
Y se dijo:
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.
Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.
Así será el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

Palabra del Señor.

¿Es un sueño?

¿Qué “injusticia” no? Por parte del hermano que no quiere repartir la herencia con aquel a quien le corresponde. Parece normal que el que la sufre se acerque al Señor a pedirle que intervenga y haga justicia. Pero ¿acaso el Señor no le estará diciendo: pues déjale que se lleve él toda la herencia, permite esa injusticia? ¡Pero si estamos hablando del único Justo!
Pero es que, mi vida no depende de mis bienes. Esa es la clave. Mi vida no depende de mis bienes, ni materiales ni intelectuales, ni sociales… Mi vida depende de que sea rico ante Dios.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ángela: ¿Cómo has dormido, Antonio?
Antonio: Bien, he tenido un sueño precioso.
Ángela: ¿Y qué has soñado?
Antonio: He soñado que me encontraba ante Dios, después de mi muerte, y Dios me preguntaba ¿qué me traes? Yo la verdad es que no supe responderle. Así que le dije: Señor, Tú eres Juez de cielo y tierra. Tú sabes cuánto vale lo que traigo. Entonces el Señor miró abajo, a la tierra. Miró en tu corazón, miró en el corazón de nuestros hijos, miró en el corazón de tantos amigos como tenemos en Proyecto… miró en el corazón de nuestros familiares. Y vio cuánto habíais sido amados por mí y cuánto me amáis. Entonces se dirigió a mí y me dijo: Mucho amor has invertido y ha quedado almacenado en los corazones de los que te puse. Pasa y hereda el reino que tenía preparado para ti desde la creación del mundo.
Ángela: (Despierta de su sueño con lágrimas de alegría en los ojos) Señor, qué bueno eres, qué maravilloso eres. Tú sabes cuánto amor me dio y cuánto de su amor albergo en mi corazón. Por eso, creo en que has acogido a mi esposo en tu reino.

Madre,

Dios es un Dios de vivos. Creemos en la resurrección, creemos en la Vida. Dios nos creó y sólo sabe darnos vida. ¡Alabado sea por siempre!