EVANGELIO
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 12, 38-42
En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús:
«Maestro, queremos ver un milagro tuyo».
Él les contestó:
«Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón».
Palabra del Señor.
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No más muestras.
Todo amor es puesto a prueba, pero la prueba del amor de Dios por nosotros, supera todas las demás. Cuando veo al Padre que entrega a Su Hijo por nosotros, cuando veo al Hijo que acoge la misión del Padre con un amor pleno, cuando veo al Espíritu Santo actuando para hacer todo esto realidad, entiendo cuánto me ama Dios, y esto me configura, configura toda mi vida.
Si Dios no me hubiera dado este signo de amor, Él no sería lo mismo para mí, no tendría la Esperanza que me transmite en ese acto, con existiría la confianza que ha obtenido para mí, mi mundo no sería Su mundo…
Aterrizado a la vida matrimonial:
Teresa: Luis, estamos pasando por una dificultad seria, este es el momento en que se pone a prueba nuestro amor, tenemos que demostrar que nos apoyamos el uno al otro más que nunca, que somos uno solo en la carne, que nos amamos de verdad, tal como nos comprometimos a hacer el día de nuestra boda. Es nuestra oportunidad de demostrar que de verdad nos amamos.
Luis: Tienes razón, Teresa. No me estaba acordando de eso y ya empezaba a pagarla contigo. No sé por qué, si eres la persona que más amo en el mundo. Contemplo al Señor en su muerte y resurrección y descubro que Él me lo mostró así.
Teresa: Los dos queremos vivir un matrimonio grande, y estas son oportunidades para hacerlo grande juntos. ¿Vamos a ello?
Luis: ¡Vamos!
Madre,
No hay mayor signo que la encarnación, muerte y resurrección del Señor. Eso hace a Dios cercano, implicado. Gracias Dios mío por amarme tanto. No necesito más muestras de tu Amor. ¿Cómo te podré pagar?