Archivo por meses: marzo 2022

Con toda su grandeza. Comentario para Matrimonios: Mateo 9, 14-15

EVANGELIO

Cuando les sea arrebatado el esposo, entonces ayunarán.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15

En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?»
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunaran».

Palabra del Señor.

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Con toda su grandeza.

El Señor se ha unido a mí en muchos momentos de mi vida. Reconozco su presencia, cómo me ha salvaguardado, cómo me ha salvado. Ahora me toca a mí unirme a Él. Es el momento de reservarme para Él, de la preparación para la entrega total. Es una especie de período de noviazgo para la unión con Él. Quiero vivir el autodominio, para estar listo a la hora de la entrega nupcial de la Pascua, en la que Él me entregará su cuerpo y yo lo acogeré unido a María.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Juan: ¿Qué tiene de bueno la cuaresma? Son días tristes y duros ¿no?
Marta: A mí me parecen muy bonitos, porque es una preparación para cuando llegue el día grande.
Juan: Ah, claro. Es como cuando nosotros nos preparamos para nuestra unión conyugal. Tenemos un período de continencia en el que nos preparamos para el gran momento, cuando tú y yo nos hacemos uno en la carne. Entonces llega la explosión del amor. Es lo que nos ayuda a vivirlo con toda su grandeza.

Madre,

No está el Novio, y vivimos estos días con el deseo prepararnos bien. Tú lo hiciste durante 9 meses. Ayúdanos a estar bien dispuestos.

En pos de Él. Comentario para Matrimonios: Lucas 9, 22-25

EVANGELIO

El que pierda su vida por mi causa la salvará.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 22-25

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

Palabra del Señor.

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En pos de Él.

¿En qué consiste pues la cruz de cada día? Fundamentalmente en ser desechado por los expertos, los listos y la gente de éxito. A veces, es mi propio esposo el que adopta alguno de esos roles. Entonces la tentación es defenderme e ir contra él/ella. Es decir, pretender salvar mi vida, con lo que en realidad la estaré perdiendo. ¿De qué me sirve ganarme la honra de este mundo si pierdo le favor de Dios? El Señor dice que no es ese Su camino. El camino que me propone es negarme a mí mismo, tomar mi cruz de cada día y seguirle. Él sabrá llevarme a la vida.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Mercedes: Últimamente estás maravilloso. Me encantas. Noto tus esfuerzos cada día por no discutir, por estar atento a mí.
Juan: Sí, es verdad que me estoy esforzando. Por la gracia de Dios, vivo envuelto en Su amor misericordioso. No quiero romper nuestra comunión por nada del mundo. Es demasiado valiosa para mí. Estoy tan a gusto contigo…, estás más cariñosa, más sonriente, te veo feliz, y eso hace que merezcan la pena todos mis esfuerzos. También veo que tú te esfuerzas más y pasas por alto muchas situaciones que creo y que no son agradables para ti… Noto cómo me amas en mi pequeñez. ¡Alabado sea el Señor!
Mercedes: ¡Alabado sea! Quiero seguir avanzando en este camino de pequeñas cruces que van resucitando nuestro amor, nuestra mirada, nuestros gestos de cariño…

Madre,

Tú supiste seguir a Jesús hasta la Cruz, y ya has participado de Su resurrección. Encomiéndanos desde la gloria de Dios de la que ya participas, y llévanos contigo, a Tu lado. Algún día quiero postrarme ante ti, a tus pies, mirarte y darte las gracias mientras me acaricias el rostro y me miras con esa mirada que sólo tú sabes dedicarme. Gracias, bendita Madre.

“ValoraDios”. Comentario para Matrimonios: Mateo 6, 1-6.16-18

EVANGELIO

Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor.

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“ValoraDios”

Cuántos esposos hay que no se sienten valorados por sus cónyuges. Es como un mal endémico que afecta a todos (o casi). Y el origen del problema viene de pretender ser valorado o valorar por lo que hacemos. Es la ambición de la “Vana gloria”. Nuestros actos los juzga Dios, ni siquiera yo, sólo Él.
Pues bien, con esa manía de valorar y sentirme valorado por lo que hago, me convierto en un auténtico “gorrillero”, aquél que siempre pasa la gorrilla para recibir una felicitación, o un agradecimiento.
A mí me toca comprender quién soy y quién eres, algo que sé por revelación. Así podré presentarme y actuar como lo que soy y tratarte también a ti según esa enorme dignidad que Dios nos ha dado: Creados a Su imagen, e hijos de Dios. Ni más ni menos…

Aterrizado a la vida matrimonial:

Hay diferentes tipos de esposos gorrilleros:
– Los cuentacuentos, que exageran lo poco que han hecho ¡Todo el día sin parar…!
– Los titiriteros, que sólo hacen aquello que puede impresionar al otro y no les gustan los trabajos más humildes.
– Los teatreros, que no hacen nada, pero basta que les miren para que parezca que hacen mucho.
– Los justicieros, que andan siempre restregando por la cara todo lo que hacen para exigir que lo hagan sus esposos.
– Los alma en pena, que se lamentan una y otra vez de sus desgracias para ser el centro de atención.
– Los caza recompensas: Los que cuentan lo que hacen para recibir una recompensa.
– Etc.

Hoy comenzamos la cuaresma. Aprovechemos para trabajar esto y, en lugar de buscar sentirnos valorados, persigamos comportarnos como hijos de Dios, que es lo que nos da la dignidad. Mejor que valorados, seamos “ValoraDios”.

Madre,

Tu alma proclama la grandeza del Señor, y no la tuya. Es Él quien mira tu humillación, y no la gente. Se alegra Tu espíritu en Dios, porque es en Él donde encuentras tu plenitud. Toda nuestra enorme dignidad, nos viene de Dios. Alabado sea por siempre, por su generosidad infinita.

Dios, ¡Qué oferta! Comentario para Matrimonios: Marcos 10, 28-31

EVANGELIO

Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 28-31

En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más – casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones -, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».

Palabra del Señor.

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Dios, ¡Qué oferta!

No se trata de dejar muchas cosas y hacer muchos sacrificios, sino de seguir a Jesús. Esto es, hacer lo que Él hizo: Entregarse por amor.
Puede que hagamos muchas cosas al día que nos cuestan mucho esfuerzo, pero que amemos poco en ellas. Pongamos algunos ejemplos: Las dietas, el ejercicio, ordenar, limpiar, crecer profesionalmente, corregir a los hijos… Si no lo hago con amor, no sirve. Es más, puede ser contraproducente puesto que esté alimentando mi vanidad, mi orgullo, apegarme a mis manías, etc. Hacer algo por amor, es siempre “para alguien”. Por tanto, si hago una dieta tengo que preguntarme ¿por amor a quién? O si me esfuerzo en tenerlo todo muy ordenado en casa ¿Por amor a quién?, o si corrijo a mis hijos ¿por amor a ellos para llevarlos a Dios?… no vaya a ser que me esté dejando llevar por mis manías… En cambio, si dejo muchas cosas por amor, el Señor me dará todo lo que necesito. Señor, yo me ocupo de tus cosas, ocúpate tú de las mías.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marta: No puedo ver la casa así. Me entra un agobio tremendo… pero a mi esposo le gusta dar un paseo por el campo los sábados, y si no nos vamos ya, no va a dar tiempo antes de comer, así que ¿sabes qué te digo? Que así se queda todo. Ya recogeré a la vuelta.
Jaime (Esposo de Marta): Mañana me toca correr, porque me estoy preparando para la media maratón del mes que viene, pero me he dado cuenta de que mi esposa necesita atenciones, que la tengo un poco descuidada. Así que, a freír monas la media maratón. Tengo una misión más importante que hacer.
Marta: Estoy a dieta, pero mi esposo me dice que estoy demasiado delgada. A mí no me lo parece, pero, como lo importante es gustarle a él, ¡se acabó la dieta!
Jaime: Iba a decirles a los niños que dejasen de gritar, porque molestan. Pero me he dado cuenta de que no es un pecado gritar, por eso no van a dejar de ir al cielo. Son niños y se lo están pasando pipa, así que, aunque me molesten, que sigan jugando y se diviertan. Mira, igual, dejo lo que estoy haciendo y me uno a gritar con ellos…
Marta: Mi madre me ha dicho que vayamos a comer, pero Jaime quería ir a ver a sus padres que hace más tiempo que no los vemos. Sé que le sentará mal a mi madre que le diga que no, pero lo importante es agradar a Jaime.
Jaime: Estoy entusiasmado con mi proyecto laboral. Pero estoy llegando demasiado tarde a casa y eso no puede ser. Mi esposa lo primero, así que trabajaré lo justo, pase lo que pase con mi prestigio profesional o con mi trabajo.
(Y Jaime y Marta recibieron cien veces más en esta vida. No hay más que ver cómo se miran.)

Madre,

A nosotros, los esposos, nos toca dejar atrás padre y madre, muchas comodidades y muchos caprichos. A veces también hemos renunciado a cierto apego a los hijos para dar prioridad a nuestro matrimonio. Todo ello, por seguir a Jesús, el Esposo. Pero sabemos que Dios cumple su promesa, y aunque con cruces, nos dará el ciento por uno en esta vida. Alabado sea por siempre.