EVANGELIO
La mies es abundante y los obreros pocos.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa” Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».
Palabra del Señor.
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Asistencia garantizada.
La batalla del demonio contra el matrimonio y la familia es voraz. De ello nos advirtió Ntra. Sra. de Fátima a través de sor Lucía. Pero también nos ha dejado dicho que Su inmaculado Corazón triunfará. Para ello necesita un ejército de apóstoles que luchen con las armas de Dios: Anunciando la buena noticia del matrimonio, su belleza y su grandeza, siendo compasivos y misericordiosos con los que sufren…
Nuestra Madre está empujando con mucha fuerza para salvar a muchos matrimonios. Necesita algún matrimonio santo para cambiar el mundo, necesita muchas manos para llegar a muchos. Hay matrimonios sufriendo hoy. Hay familias a punto de destruirse hoy, sí, hoy. Hay otras ya destruidas, pero que pueden salvarse si tenemos Esperanza y nos ponemos al servicio de María. “Rogad, pues, al dueño de la mies” nos dice el Señor. Hacen falta manos, voces, testigos… y oración. Mucha oración.
Si no creéis en nosotros, creed en Sus obras. Allí donde estéis, poneos a su servicio en este Su Proyecto Amor Conyugal. Y los Corazones de Jesús y de María, triunfarán.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Marta: Jesús ¿nos animamos a colaborar en esta misión de salvar matrimonios?
Jesús: ¿Nosotros? Nosotros no estamos preparados para eso.
Matrimonio Tutor: Dice el Papa que, por el Bautismo, tenemos garantizada la asistencia del Espíritu Santo. Lo que es seguro es que si no hacemos nada, no ayudaremos a nadie. Mejor ser matrimonios que vayamos en nombre del Señor que ser matrimonios que no salgamos por omisión de responsabilidades. No hay que ser expertos, hay que ser esposos cristianos. Ya tendremos tiempo de ir formándonos cada día más.
Jesús: Pues vais a tener razón. Como esperemos a considerarnos listos para llevar la buena noticia del matrimonio, moriremos en el intento.
Matrimonio Tutor: Además, tenemos ya la experiencia de que los matrimonios que se entregan, crecen mucho más como matrimonio y como cristianos que los que no hace más que recibir. Ya sabéis, Dios da el ciento por uno, siempre. Todos los matrimonios custodios y tutores lo dicen. Que les está ayudando muchísimo en su matrimonio y en su camino de fe, juntos. Así que, como dijo San Juan Pablo II ¡No tengáis miedo!
Marta: Estamos deseando empezar. ¿Verdad Jesús?
Jesús: Me da cierto vértigo, pero confío en Ntra. Madre. Con Ella, ¡No hay miedo!
Madre,
Sabemos cuánto nos amas, porque percibimos cuánto nos empujas. Necesitas matrimonios que ofrezcan sacrificios de entrega mutua para hacer presente a Cristo… Matrimonios dispuestos a salvar el mundo bajo Tu Manto. Señor, envía obreros a tu mies. Amén.