Archivo por días: 25 enero, 2021

ESPOSOS@DIOS.AMOR Comentario para Matrimonios: Marcos 16, 15-18

EVANGELIO

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18

En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo:
«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y se bautice se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Palabra del Señor.

 

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ESPOSOS@DIOS.AMOR

Hoy celebramos la conversión de San Pablo. El que se convierte es como una extensión del Amor de Dios. Digamos que entra a formar parte de Su dominio. La vida cambia radicalmente y se experimenta una necesidad de cuidar especialmente al que sufre, porque lo que más favorece la curación es que la persona se sienta comprendida y amada. Es una lengua nueva, es el lenguaje de Dios, el lenguaje del Amor.
Esposos, entremos a formar parte del “dominio” de Dios: NUESTROSNOMBRES@DIOS.AMOR

Aterrizado a la vida matrimonial:

Juan: No sabemos qué pasa, pero después de hablar con vosotros salimos con mucha paz. Un efecto que viene a durarnos alrededor de una semana.
Marisa: Sí, yo coincido con Juan. Nos costó venir y pediros ayuda para sanar nuestro matrimonio, pero hay algo en vosotros que nos infunde paz. No es lo que decís, aunque nos ayuda mucho, ni siquiera cómo lo decís. Es algo más trascendental.
Ramón: Es el Espíritu Santo, que se derrama a través de nosotros, porque vamos en Su nombre. De hecho, ya hemos experimentado que cuando no vamos en Su nombre, la cosa no sale bien. Cuando intento ayudar con mis fuerzas, no funciona.
María: Él nos cambió la vida, nos transformó y ahora nos pide que vayamos a anunciarlo a otros. Él es muy grande, Marisa y Juan. Conocerle es una pasada, y seguirle es impresionante. Exige mucho esfuerzo, pero no os arrepentiréis si le decís “sí”.
(Y Juan y Marisa dijeron “sí”, se convirtieron, y ahora sirven al Señor)

Madre,

Cuántas gracias tenemos que dar porque el Señor se haya fijado en nosotros los cristianos. Reconocemos que Cristo ha puesto su mirada en cada uno de nosotros, nos ha comprendido y nos ha amado. Alabado sea el Señor que ha sido grande y generoso con nosotros.