Archivo por días: 2 noviembre, 2020

Perderme en él. Comentario para Matrimonios: Juan 14, 1-6

EVANGELIO

En la casa de mi Padre hay muchas moradas
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no; os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».

Palabra del Señor.

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Perderme en él.

“No se turbe vuestro corazón”. Descansar en el amor de Dios es comprender que Su amor es tan infinito que puedo perderme en él y no hay nada que se asemeje a tanta grandeza. ¿Qué son mis pecados a Su lado? No puedo medir mis ofensas con mi rasero. Y mis ofensas al lado de la inmensidad de Su amor no son nada. Ya no me cuesta perdonarme, no me pide ser perfecto, me pide que le ame, me pide que confíe en Su amor, y Él irá transformando mi corazón y uniéndolo al Suyo.

Hoy me mira a los ojos y me dice: “No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí… os prepararé un lugar, volveré y os llevaré conmigo”. Dice San Pablo que nos gloriamos en la tribulación, porque genera paciencia, la paciencia virtud, la virtud esperanza y la esperanza no falla porque Dios ha derramado el Espíritu Santo en nuestros corazones. Amén.

Señor, hoy me dices que me tranquilice, que crea en Ti, que persevere. Tú eres fiel, y nada me separará de Tu amor. Por grande que sea mi mal, por grandes que sean mis dificultades, Tu amor es más grande. Confío en ti, Señor.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Pedro: No sé, con lo bien que íbamos, y de repente esta crisis.
María: Sí, te noto muy lejos de mí. He experimentado sentirte “hueso de mis huesos y carne de mi carne”, pero ahora, estás como nervioso y yo estoy triste. No siento que estés tú en mí y yo en ti.
Pedro: Sí, y yo tengo la sensación de que ya no soy importante para ti. Parece como si tuvieses la cabeza en otras prioridades…
María: Pues no es así… Pero no importa lo que sintamos o las sensaciones que tengamos el uno del otro. No podemos desfallecer. El Señor nos dice que no se turbe nuestro corazón. Él está con nosotros, porque no le hemos abandonado y seguimos contando con Él, así que confiamos en Él.
Pedro: Sí, los matrimonios también pasamos noches oscuras. Temporadas en las que no nos sentimos unidos, pero aun así, tenemos que seguir trabajando para ser fieles a la vocación que Dios nos ha encomendado. Aunque el Demonio se cuele, no vamos a desfallecer. Es una prueba para que demostremos que seguiremos amándonos en cualquier situación, así que continuaremos esforzándonos y no perderemos la Esperanza. En ti confiamos, Señor.

Madre,

De los esposos, ruega por nosotros. Nada me turbe, nada me espante, quien a Dios tiene, nada le falta…