Archivo por días: 2 julio, 2020

No hay rebajas. Comentario para Matrimonios: Mateo 9, 1-8

EVANGELIO

La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 1-8

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En eso le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:
«¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados».
Algunos de los escribas se dijeron:
«Este blasfema».
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
«¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados – entonces dice al paralítico -: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”».
Se puso en pie, y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Palabra del Señor.

Avisos:

  • Jornada de retiro en Sevilla: 4 de Julio. COMPLETO
  • Retiro en Mallorca: 25 y 26 de Julio. Infórmate e inscríbete aquí: http://wp.me/p6AdRz-2gQ
  • Retiro en Navarra (Javier): Del 31 de julio al 2 de Agosto. Infórmate e inscríbete aquí: http://wp.me/p6AdRz-2ik

No hay rebajas.

Tienes razón, Señor. Quizás esté más pendiente de las cosas del cuerpo que de las del alma, de tener el cuerpo en forma que el alma en forma. Quizás me preocupa más una enfermedad que un pecado y a lo mejor acudo con más esperanza al médico que a la confesión. Quizás le tenga más miedo a una enfermedad mortal que a un pecado mortal, cuando de la primera depende mi vida terrenal y del segundo mi vida eterna. Sigo dándole más importancia a las cosas de la carne que a la pureza de mi corazón. Sigo dándole más importancia a defenderme yo que a dar gloria a Dios. Más importancia al qué dirán que a construir el reino de Dios en este mundo.

Para Dios es más fácil curar el cuerpo, sin embargo, le da mucha más importancia a curar el alma.

Aterrizado a nuestro matrimonio:

Patricia: Mi marido y yo nos llevamos bien, porque lo tenemos todo pactado. Cada uno se reserva su espacio, su tiempo para cuidarse. Yo voy por las tardes al gimnasio y él se acuesta pronto y se va a correr por las mañanas antes de ir a trabajar. ¿Y Pedro (esposo de María)? ¿No hace deporte?
María: Me anima a pasear juntos los fines de semana, y algún día entre semana que nos queda tiempo, aunque a mí me suele dar pereza. Luego me alegro, porque aprovechamos para charlar de nuestras cosas y, la verdad, nos enamoran mucho esas escapadas. Como los niños mayores ya se pueden hacer cargo un rato de los más pequeños, tenemos esa bendición.
Patricia: A mí no me gusta nada salir a correr con David. Él lleva su ritmo y le molesta tener que esperarme, dice que le bajo la media, así que acabé diciéndole que corriera él solo. Yo no salgo para tener que oírle, salgo para relajarme y disfrutar.
María: Yo, cuando más disfruto y me relajo es cuando rezo con Pedro. Noto que nuestra unión se hace más fuerte. Es el Espíritu, que nos une, de verdad, lo noto. Fortalece nuestras almas… Al principio nos costaba, pero ahora, me encanta rezar con él. Es nuestro mejor ejercicio del día.

Madre,

Es una pena que limitemos nuestra vida con tanto centrarnos en este mundo, y nos olvidemos de la grandeza que Dios tiene preparada para nosotros. Es para llorar, cómo Dios nos preparó un plan tan maravilloso, tan hermoso, y nosotros lo despreciamos. Hoy Madre, retomo con alegría el compromiso de trabajar por el plan de Dios para nuestro matrimonio, a partir de hoy, Madre, en mi matrimonio no habrá rebajas. Alabado sea el Señor, que nos ha dado todo para llegar a ser grandes. Gloria a Dios.