Archivo por meses: junio 2020

Sesión de limpieza. Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 27-32

EVANGELIO

Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 27-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo “No cometerás adulterio”. Pues yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”.
Pues yo os digo que si uno repudia a su mujer – no hablo de unión ilegítima – la induce a cometer adulterio, y el que se case con la repudiada comete adulterio».

Palabra del Señor

Sesión de limpieza.

Parece ser que el adulterio no es cosa de unos pocos. El adulterio se puede cometer en el corazón a través del deseo, porque el atractivo sexual no es sino un medio que Dios pone para alcanzar algo más grande: El amor mutuo o amor de comunión, el amor fiel, bendecido por Dios.

Esposo (varón), eres hijo de Dios. No nos comportemos como perros que se abalanzan a devorar un trozo de carne. Somos dignos del amor. Esposas, no vayamos buscando las miradas de los hombres para sentirnos seguras de nosotras mismas. No somos cebos, somos dignas del amor. La sexualidad es algo grande, porque es el medio que Dios ha creado para hacernos uno a Su imagen. Veneremos lo que nos santifica y nos da la dignidad de esposos capaces de una comunión en Cristo.

Aterrizado a la vida conyugal:

Andrés: Cariño, estás buenísima. Esta noche te voy a coger por banda y…
Susi: Hijo, podías decirme algún otro piropo, algo más te gustará de mí ¿no?.
(A la hora del café, en el trabajo)
Andrés (con sus amigos): Tíos, pedazo rubia a las 12. (Todos miran). ¡Menuda delantera!…
Susi (con sus amigas en el trabajo): Pues Andrés mira mucho a otras. Él no lo sabe, pero muchas veces lloro por las noches. ¿Será que ya no le gusto tanto? Intento estar en forma, pero me da miedo que otra le guste más y…
María: ¿Cómo conquistaste a Andrés?
Susi: En una fiesta de disfraces. Yo iba de vampiresa, y me lo camelé rápido. En cuanto me vio, se vino derechito para mí y me empezó a tirar los tejos. Nos enrollamos esa misma noche.
María: Hija Susi, si conquistaste a tu marido por lo que enseñabas, ¿qué esperas de él ahora? ¿Qué esperas de un hombre que está contigo por lo que disfruta con tu cuerpo? Siento decírtelo, pero no sabéis lo que es el amor y vuestra relación puede que acabe mal antes de lo que te crees. Te recomiendo que te lo cameles para empezar a aprender sobre el amor verdadero y que se encuentre con el Señor. Él le mostrará el camino.
Susi: ¡Uy! Muy drástico eso ¿No?
María: Mira Susi. O caminas hacia la verdad, o te pierdes. Tú eliges. El sábado hacemos una barbacoa. Os venís y le digo a mi esposo que le hable un poco de su experiencia. Él ha dado un giro de 180 grados y yo también. Hoy damos gracias a Dios, y yo tengo muchísima confianza en mi esposo. Ya no mira a otras y no para de piropearme. Está loquito por mis huesos a pesar de mis años, que ya empiezan a ser muchos.
Susi: Hija, qué envidia me das. Yo quiero de eso.
María: Pero me ama por mí misma, cuerpo y alma.

Madre,

Las cosas de Dios son las más hermosas. Y no hay nada más hermoso que dos esposos que un esposo que sólo tiene ojos para su esposa y una esposa que se guarda pone guapa sólo para su esposo. Que descubramos juntos el verdadero significado de nuestro cuerpo. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Tengo tanto… Comentario para Matrimonios: Mateo 10, 7-13

EVANGELIO

Gratis habéis recibido, dad gratis
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 7-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios.
Gratis habéis recibido, dad gratis.
No os procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en una ciudad o aldea, averiguad quien hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en su casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros».

Palabra del Señor.

Tengo tanto…

Dios nos envía para que demos gratis lo que hemos recibido gratis. El problema es que he recibido tanto… Y por tanto, tengo tanto que dar… Entre esposos, nos lo damos todo gratis y desde luego, el amor que hemos recibido de Dios, de manera que entregamos Su paz y si no la reciben, que yo no pierda la paz, sino que vuelva a mí. Al fin y al cabo, doy lo que he recibido gratis.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Andrés: Cariño, te invito a que vayas a la Eucaristía a diario.
Marisa: Andrés, ¿Ya estás otra vez con eso? ¿Por qué te empeñas en que haga lo mismo que tú? Además, me parece una exageración. No hace falta tanto.
Andrés: No, Marisa, te lo digo por tu bien.
Marisa: Pues si es por mi bien, colabora más con las tareas de la casa, en lugar de irte a Misa todas las tardes.
Andrés: De acuerdo. Iré a Misa de 7 de la mañana en las monjas. Por la tarde, iré a recogerte al trabajo, y si quieres, te llevo a Misa mientras yo vuelvo a casa y me encargo de todo. Planchar, hacer la cena, bañar a los niños…
Marisa: ¿Harías eso por mí? Vas a acabar reventado.
Andrés: Por ti, y para que recibas las gracias que Dios te quiere dar, haría lo que haga falta.
Marisa: Ahora sí que me creo que me ofreces lo de la Eucaristía por amor. Perdona por haberte juzgado mal. Te amo, Andrés.

Madre,

Es cierto que en el fondo, muchas correcciones que hacemos a nuestro esposo, detrás aportan un beneficio para mí mismo, y claro, se nos ve el plumero. Ahora entiendo la condición necesaria de la gratuidad en el amor. Alabado sea el Señor.

Con delicadeza. Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 17-19

EVANGELIO

No he venido a abolir, sino a dar plenitud
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor.

Con delicadeza.

En la cuestión de amor hay que andarse con mucha delicadeza. Todo influye, por poco que sea. Todo está conectado, por diferente que parezca. Todos tenemos la experiencia de fastidiar un buen ambiente de comunión entre esposos por un mal gesto, por falta de mansedumbre, por guardar un pequeño resentimiento… En cuestiones de amor, el que se salte uno de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a sus hijos, será el menos importante en el reino de los cielos. Qué decir del que se salte uno de los grandes.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Laura: Hoy me viene la niña y me dice que eso de casarse ya no se lleva. Que ahora son más libres y se van a ir a vivir juntos. Que casarse es firmar un papel y lo importante es el amor.
Matrimonio Tutor: ¿Podemos hablar con ella?
Laura: Sí, claro. Si ella quiere…
(Unos minutos más tarde)
Matrimonio Tutor (Con Ana, hija de Laura): Hola Ana. Tú ¿Qué tipo de relación quieres con tu novio? ¿Una mediocre o una espectacular?
Ana: Yo una espectacular, la que tengo.
Matrimonio Tutor: Entonces ¿Ya no crees que podáis quereros más de lo que os queréis tu novio y tú? ¿Vuestro amor está condenado a no crecer?
Ana: Bueno, sí puede crecer.
Matrimonio Tutor: Pues mira. Si quieres que tu amor llegue a ser el más grande, tienes que tratarlo con la grandeza que se merece. Si te vas a vivir con tu novio como quien va a comprarse una bolsa de pipas, no le estás dando a vuestro amor la importancia que tiene. Creemos que vuestra unión es muy grande y hermosa, y hay que darle la importancia que se le debe dar. Para nosotros, comprometernos a unirnos para toda la vida, fue muy grande. Nadie que te entregue su vida, lo hace así como así. ¿No le das valor a que tu novio te entregue su vida?
Ana: Sí, pero tampoco hay que ser tan radical. No hay que entregar la vida. De momento estamos juntos…
Matrimonio Tutor: ¿Y tú te vas a entregar a un hombre por un tiempo hasta que se canse de ti? Tú vales mucho más, Ana. El hombre que te reciba, mereces que te entregue su vida a cambio. No eres de usar y tirar. Tienes un valor enorme.
Ana: Ya. Creo que tenéis razón.
Matrimonio Tutor: Pero es que, además, Dios quiere estar en vuestro amor. ¿No te interesa? Todo un Dios quiere ayudaros, compartir vuestra unión. ¿Lo rechazas? ¿Quién te va a dar más amor del que ya tienes? Tú a ti misma no puedes, porque no lo tienes.
Ana: No lo sé.
Matrimonio Tutor: Pues Dios, que es el Amor infinito. ¿Quieres que esté con vosotros y convierta vuestro amor de hombres en amor de dioses?
Ana: Eso es muy fuerte.
Matrimonio Tutor: Sí, es muy fuerte, pero es real. Nosotros lo estamos viviendo, un amor que nunca hubiéramos sido capaces de alcanzar con nuestras fuerzas.
Ana: Sería una pasada.
Matrimonio Tutor: Ana, no le deis a vuestro amor menos importancia, menos belleza y menos grandeza de la que Dios había pensado para vosotros. Preparaos bien, y casaros por la Iglesia para que sea Dios quien os una. Eso sí que es “una pasada”.

Madre,

Ayúdame a descubrir la sacralidad que Dios ha puesto en la carne y en las cosas que vivimos. Es un misterio que Dios nos haya querido bendecir de esta manera. Sólo podemos gritar, ¡Alabado sea el Señor que ha sido grande con nosotros! Gloria a Dios.

Dando sabor. Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 13-16

EVANGELIO

Vosotros sois la luz del mundo
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».

Palabra del Señor.

Dando sabor.

La sal es esa que da sabor. Claro que, si mi relación con Dios es tibia ¿Qué sabor a Dios aportaré al mundo? Y si mi relación matrimonial es tibia ¿Qué transmitiré a nuestros hijos y a los matrimonios de nuestro alrededor? Dios me ha dado la lámpara de la fe. Dios me dio el amor conyugal. Son dos auténticos faros que puede iluminar al mundo, pero ¿qué he hecho con ellos? A lo mejor lo he sepultado debajo de un montón de preocupaciones o de un montón de “que si tú me dijiste aquello, que si me hiciste lo otro…” o de los “pues anda que tú…”, en fin, todas esas tontadas con las que minamos nuestra unión sagrada.

Toca llamar al que prende fuego en nuestros corazones, al Espíritu Santo, para que nos vuelva a hacer arder por dentro. Es la hora de apoyarnos en el poder del amor que Dios nos dio, aquel con el que nos enamoró, y hacernos vibrar por dentro. Es hora de dejar atrás todos los resentimientos y mirarnos, tocarnos, reír juntos, agradarnos mutuamente. ¡Que prenda esa llama que da sabor a la vida!

Aterrizado a la vida matrimonial:

Entrevistador: Hola ¿Tienes un minuto?
David (joven de 25 años): Sí, claro. Dime.
Entrevistador: ¿Tienes novia?
David: Sí, desde hace 1 año.
Entrevistador: ¿Y pensáis casaros?
David: ¡Sí! Por supuesto.
Entrevistador: Te veo muy seguro.
David: Mi novia y yo lo tenemos muy claro. Yo quiero vivir lo mismo que viven mis padres. Veo muchos otros matrimonios a mi alrededor y no me gusta nada su relación.
Entrevistador: Vaya, ¿Qué pasa que tus padres son perfectos?
David: No, pero veo cómo su matrimonio es lo más importante para ellos, bueno, después de Dios. Y veo cómo se sacrifican el uno por el otro, cómo se piden perdón en cuanto se hieren, cómo su fe hace que estén cada día más unidos. Les veo rezar juntos a diario y a mí me admira verles amarse así. Me siento muy orgulloso de ser su hijo.

Madre,

Qué maravilla es el matrimonio, qué belleza la familia estando Tú con nosotros. Cuántos regalos preciosos nos haces por habernos consagrado a ti. ¡Bendita seas!

8 locuras de amor. Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 1-12

EVANGELIO

Bienaventurados los pobres en el espíritu
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros».

Palabra del Señor.

8 locuras de amor.

Las Bienaventuranzas nos ayudan a vivir con coherencia el Evangelio desde nuestra vocación matrimonial. Y si eso lo hacemos encontramos la dicha.

Dichosos los esposos pobres en el espíritu:
Él no tiene mucha fe, pero se deja llevar por ella que sí la tiene. Se fía de ella como la ayuda que le guiará hasta Dios. Y así, llegará a vivir un anticipo del cielo en la Tierra.

Dichosos los esposos mansos:
Ella tiene muy mal carácter y está siempre regañando. Pero él calla, no se defiende, sabe que su esposa necesita de su cariño especialmente en esos momentos. No le importa su amor propio, le importa ella. Este esposo heredará la Tierra.

Dichosos los esposos que lloran:
Él está luchando por crecer en humildad, aunque se sabe incapaz, pero por encima de todo está su confianza en Dios. Ofrece su sacrificio por los que no tienen amor como el que él recibe de su esposa que lo acoge con paciencia. Este matrimonio es consolado en el Sagrado Corazón de Cristo.

Dichosos los esposos que tienen hambre y sed de justicia:
Ya se llevaban bien, pero luchaban por ser un don de Dios el uno para el otro. Sin duda, quedarán saciados.

Dichosos los esposos misericordiosos:
Ella se vuelca especialmente con él, cuando le ve demasiado absorbido por su trabajo, para que se sienta amado al llegar a casa. Piensa que no necesitará una regañina, sino más amor que nunca. Alcanzará Misericordia en la Tierra, pues sanará a sus esposo de sus debilidades, con el amor de Cristo.

Dichosos los esposos limpios de corazón:
Juntos aceptan cada día las contrariedades que les vienen, porque les ayudan a purificar su corazón. A medida que van superando sus egoísmos, su orgullo, etc. van participando de la mirada del Creador cuando se miran. Gracias a ello, son capaces de ver a Dios en su esposo.

Dichosos los esposos que trabajan por la paz:
Ella es capaz de renunciar como Cristo a sus propios derechos con tal de defender la dignidad de su esposo. Sabe que no va a perder la honra por eso. Será llamada hija de Dios porque actúa como Jesús.

Dichoso el esposo perseguido por causa de la justicia de Dios:
Ella va a misa, y él se mofa de ella, y le dice que pierde el tiempo, que no ve ninguna mejora en ella. Pero ella tiene fe, ama al Señor y sabe que unida a Él, algún día podrá ser semilla fecunda para la fe de su esposo y de sus hijos. Su hogar, algún día, será un trocito del Reino de Dios.

Dichosos los esposos perseguidos de cualquier modo, por causa de su fidelidad al Evangelio. El Maligno siempre perseguirá al que viene en nombre de la Verdad, pero ellos conseguirán tesoros en el cielo por seguir los pasos de Cristo.

Gracias Señor, porque quieres compartir con nosotros Tu alegría. Purifica con tu Sangre nuestro corazón, nuestra mirada, nuestras intenciones, nuestros deseos… para que vivamos la felicidad de ser verdaderos esposos.

Alabado seas por siempre.