Archivo por días: 20 octubre, 2019

Esa dulce experiencia. Comentario para Matrimonios: Lucas 18, 1-8

Avisos previos:

  • Anuncio en Madrid – Galapagar: 25 de octubre a las 20:00 horas en Parroquia Ntra. Sra. de la Asunción (Salón Parroquial). Plaza de la Iglesia s/n – Galapagar
  • Anuncio en Madrid: 25 de octubre a las 19:30 horas en Parroquia Santa Teresa y Santa Isabel (Salón Parroquial). Glorieta Pintor Sorolla 2 (Madrid. Metro Iglesia)
  • Anuncios en Pontevedra 25 y 26 de Octubre:
    • Vigo: 25 de octubre a las 20:00 horas en Parroquia Corazón de María (Salón Parroquial). C/ Honduras 7 – Vigo, con Servicio de guardería.
    • Priegue: 26 de octubre a las 11:00 horas en Capilla Padre Pío (Priegue – Pontevedra), con Servicio de guardería.
    • Moaña: 26 de octubre a las 16:30 horas en Rectoral de Tirán (Moaña – Pontevedra)
  • Anuncio en Zaragoza: 31 de octubre a las 19:45 horas en Seminario Diocesano de Zaragoza. Ronda Hispanidad 10, Zaragoza (Servicio de guardería)
  • Anuncio en Barcelona – Mataró: 21 de Noviembre después de misa de 20:00 h. en Santa Maria de Mataró – Carrer Sant Francesc d’Assís 25, Mataró – Barcelona
  • RETIRO en Valladolid: 15 – 17 noviembre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1XP
  • RETIRO en Salamanca: 22 – 24 noviembre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1XM
  • RETIRO en Barcelona: 22 – 24 noviembre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1YK
  • RETIRO en Valencia: 29 nov – 01 dic . Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1WF
  • RETIRO en Navarra: 13-15 de diciembre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1Xg

(Retiros pendientes de apertura de inscripciones. Informaremos más adelante)
Para ver más pincha aquíhttps://wp.me/P6AdRz-D1

EVANGELIO

Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:
«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:
“Hazme justicia frente a mi adversario”.
Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:
“Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”».
Y el Señor añadió:
«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante el día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».

Palabra del Señor.

Esa dulce experiencia.

No sé si tienes experiencia de amar a tu esposo en su peor momento, cuando está enfadado, borde, dolido… No es fácil, porque normalmente no me recibe bien. Es lógico, está en su peor momento, está ciego y se ha dejado llevar por sus impulsos, por su dolor, puede que por su victimismo o su orgullo… Quién sabe… Lo importante es que el mal le ha seducido, se ha abandonado en sus garras y le arrastra a donde él/ella no quiere ir.

Entonces se hace necesario llamar con insistencia al Corazón de Cristo a través del corazón de mi esposo hasta que se abra. Por ser persistente en la llamada de amor, al final, Dios hará justicia. La justicia de Dios se llama misericordia. Dios por su misericordia acabará rescatando el corazón de mi esposo y me lo devolverá para que volvamos a estar unidos, para que volvamos a vivir esa dulce e inigualable experiencia de ser uno en Él y con Él.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marta: Estoy dolida contigo. No me valoras, no me comprendes, no me quieres. Vas totalmente a lo tuyo y no te importa si estoy cansada o si me siento mal.
Alfredo: Marta, cuéntame qué te pasa. Por qué me dices eso. ¿He hecho algo mal?
Marta: Pregúntate más bien, si has hecho algo. Estoy levantada desde las 6 de la mañana, llegas y te quedas en el cuarto de baño mirando mensajes del móvil. Has entrado y ni siquiera me has dado un beso, ni me has preguntado qué tal estoy o qué tal mi día.
Alfredo: (Implora al Señor para que le asista, para que se apiade de ellos en esta situación) Tienes razón, esposa, perdona. Venía que no aguantaba más, pero es verdad que se llevo un rato aquí y podía haber terminado antes. Ahora mismo me levanto y me ocupo de lo que haga falta.
Marta: Sí, pero ya no me vale. Tenía que haber salido de ti.
Alfredo: (Reza en su interior: Señor, parece que no valen mis esfuerzos, pero yo sé que Tú tienes poder para sanarla. Ayúdame a ayudarla, Señor. Pon en mi boca las palabras que ella necesita) Marta, soy un insensible, un torpe, un egoísta que me miro más a mí y no caigo en la cuenta de tus necesidades. Pero quiero corregir, quiero mejorar, quiero ser el esposo que tú mereces. Ayúdame tú. Quiero quererte, pero tengo que esforzarme más. Soy muy burro, pisoteo tu delicadeza con mi banalidad…
Marta: No, Alfredo, perdona. Soy yo que no te valoro lo suficiente. Perdóname. Te amo tal como eres.
Alfredo: (Alabado seas mi Señor por siempre) Gracias Marta. Te perdono y que sepas que me encantas tal como eres.
Marta: Tú sencillez me desarma, Alfredo. Me encantas.

Madre,

El Señor no defrauda nunca. El Espíritu une más que la fuerza de la carne, y se nota muchísimo. El Espíritu es el Amor de Dios, y nada puede compararse a los lazos que Él construye. Alabado sea Jesucristo que se fue para enviarnos al Paráclito. Amén.