Tengo una parte de mi intimidad cerrada a ti, esposo/a, por miedo a tus juicios. Te propongo que abramos el corazón en la oración conyugal con la fuerza de Espíritu Santo. Sigue leyendo
Sólo necesita un “Sí”. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 20, 19-23
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