Si eres un esposo/a capaz de sufrir, por amor a tu cónyuge, que buscas darle lo que merece, porque Dios quiere dárselo, serás un/a esposo/a feliz, es decir, bienaventurado/a, santo/a.
Abre la boca. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 5, 1-12
2 respuestas