
El Sagrado Corazón de Jesús me acoge con todas mis miserias y me siento amado/a. Los esposos nos perdonamos con la fuerza de Su Perdón, y nos amamos con la fuerza de Su Amor.

El Sagrado Corazón de Jesús me acoge con todas mis miserias y me siento amado/a. Los esposos nos perdonamos con la fuerza de Su Perdón, y nos amamos con la fuerza de Su Amor.

En el matrimonio, podemos ser signo del amor de Dios y amarnos con Su amor gracias a la entrega de Cristo. En el cielo, nuestra unión será perfecta: seremos uno con Dios y con todos.

El templo es mi esposo/a. En él reside Dios. Le damos gloria en cada pequeño acto de entrega o acogida, dotado por Cristo de una potencia enorme. Nuestra unión es Sagrada.
¿La vivo con esta sacralidad?

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los esposos de buena voluntad, que luchan cada día por hacer la voluntad de Dios.

El Señor es exigente: Me entrega un matrimonio sin construir y espera recoger un matrimonio santo con una unión íntima en la que se instaure Su reino: La caridad conyugal.