Cuando mi esposo/a peca, tengo una misión encomendada por Cristo: ser Sus ojos, Sus manos, Su voz, para recuperar al/a la esposo/a caído/a y traerlo/a de vuelta en el nombre del Señor.
Rechazo -> aceptación -> misión. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 15, 1-10
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