El Señor no admite excusas para no dedicarle tiempo a mi esposo/a. Al atardecer de la vida, se nos examinará del amor, de nada más. Así que, cuando lleguemos a casa, lo primero la oración conyugal y cultivar nuestro matrimonio, y el resto del tiempo para las demás tareas.
Basta de excusas. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 14, 15-24
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