
Es denigrante ver a dos esposos que se pelean por lograr el dominio mutuo. Es hermoso ver que se donan y se someten el uno al otro, como al Señor, con humildad.

Es denigrante ver a dos esposos que se pelean por lograr el dominio mutuo. Es hermoso ver que se donan y se someten el uno al otro, como al Señor, con humildad.