Archivo por meses: julio 2018
“Amasando” el matrimonio. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 13, 31-35
EVANGELIO
El grano de mostaza se hace un árbol hasta el punto de que los pájaros del cielo anidan en sus ramas
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 31-35
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros del a anidar en sus ramas».
Les dijo otra parábola:
«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta que todo fermenta».
Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».
Palabra del Señor.
Notas: Próximas misiones.
- Retiro en Madrid: 7, 8 y 9 de septiembre (Casa de Cristo Rey) Completo.
- Retiro en Madrid: 14, 15 y 16 de septiembre (Casa de Cristo Rey) Completo.
- Retiro Málaga y Mallorca en Málaga y campamento para los niños: 05, 06 y 07 de octubre. Casa Diocesana. Infórmate aquí: https://proyectoamorconyugal.es/?p=4926
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- Retiro en Valladolid: 23, 24 y 25 de noviembre (Casa de Espiritualidad Sagrado Corazón)
- Retiro en Pamplona: 14, 15 y 16 de diciembre (Casa de Javier)
“Amasando” el matrimonio.
El Señor nos da la harina, y después, con Su Palabra, pone la levadura que hace que ésta fermente, pero luego hay que amasarla, con insistencia, con cariño, con paciencia. El reino de los cielos llega a nuestra vida despacio. Dios sembró la semilla en nuestro matrimonio ¿la estoy amasando con cariño y paciencia?
Si la respuesta es no, entonces no puedo quejarme de las consecuencias. Si al respuesta es sí, algún día será un gran árbol con ramas en las que se podrá posar el amor de nuestros hijos y el de muchos matrimonios que vuelan sin rumbo.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Marga: Estoy haciendo todo lo que puedo por mi matrimonio. Y ya no puedo más.
Matrimonio Tutor: ¿Estáis rezando juntos?
Marga: No
Matrimonio Tutor: ¿Estáis trabajando las catequesis del amor humano juntos?
Marga: No
Matrimonio Tutor: ¿Te estás esforzando por agradar a tu esposo? ¿Estás poniendo en práctica lo que enseña el Señor en el Evangelio con tu esposo?
Marga: No.
Matrimonio Tutor: ¿Entonces? ¿Qué resultados esperabas?
(Y Marga empezó a “amasar” su matrimonio con cariño, y empezó a fermentar la masa)
Marga: Gracias. Mi esposo también está cambiando, y esto funciona!!
Madre,
Supongo que será aburrido para vosotros ver nuestra inconstancia y nuestra falta de respuesta a los dones de Dios. Vuestro dolor será ese, ver que no respondemos al amor de Dios y por eso nos hacemos tanto daño. Convierte nuestro corazón, Madre y danos la fuerza para luchar, esta vez, con las armas de Dios, esta vez, no exigiendo, sino amando. Alabado sea el Señor que tanto nos amó y nos ama.
Creo en los milagros. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 6,1-15
EVANGELIO
Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron
Lectura del santo Evangelio según san Juan 6,1-15
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos.
Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
«¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?»
Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe le contestó:
«Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo».
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?».
Jesús dijo:
«Decid a la gente que se siente en el suelo».
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil.
Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda».
Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
«Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo».
Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
Palabra del Señor.
Notas: Próximas misiones.
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Creo en los milagros.
Hay gente que no cree en los milagros. Yo personalmente, creo más en los milagros de Dios que en el poder de los hombres. De hecho lo poco que podemos es por una acción milagrosa de Dios que ha querido darnos ese poder. Creo más en la Justicia de Dios que en la política, creo más en los ángeles de Dios que en los seguros y creo más en la fuerza de la Eucaristía que en la sicología (con todos mis respetos para las diferentes actividades humanas, pero Dios es más Grande).
Los milagros forman parte de tu naturaleza, Señor, que es muy superior a la nuestra. Y Tú estás con nosotros, así que es normal que haya milagros. Es normal que intervengas en este mundo constantemente.
A veces sigo creyendo que el protagonista de mi vida soy yo, y me frustro por lo que no soy capaz de alcanzar. Pero no, el protagonista de mi vida eres Tú, y estoy en Tus manos.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Juan: Nuestra relación iba mal. Estuvimos yendo un tiempo largo al sicólogo. Se sanó cuando conocimos el plan de Dios para el matrimonio y nos convertimos. Aprendí a empezar a mirar a mi esposa como Dios le ve, y todo cambió.
Teresa: A mí Juan, me parecía el malo de la película. Siempre le echaba las culpas de él de todos los problemas que teníamos. Pero quisimos descubrir la verdad de nuestra vocación, pusimos de nuestra parte, y descubrí mi soberbia y mi rencor. Me di cuenta de que mi purificación sería posible con él y sólo con él. Alabado sea Dios que me mostró mi verdad y me mostró mi camino de santidad.
Juan: Como en nosotros, el Señor a través de María, está haciendo grandes milagros en muchos, muchos matrimonios. Todos los que están dispuestos a poner de su parte lo que tienen.
Madre,
Dios hace casi todo y nosotros casi nada, pero Él no hace su casi todo si nosotros no hacemos nuestro casi nada. Cuánto nos cuesta confiar en su Grandeza, en el Todopoderoso. Danos más fe, Madre. Alabado sea el Señor que tanto nos ama y tanto se preocupa de nosotros, minuto a minuto.
Basta de cizañear. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 13, 24-30
EVANGELIO
Dejadlos crecer juntos hasta la siega
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 24-30
En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
“Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”
Él les dijo:
“Un enemigo lo ha hecho”.
Los criados le preguntaron:
“¿Quieres que vayamos a arrancarla?”.
Pero él les respondió:
“No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega, y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”».
Palabra del Señor.
Notas: Próximas misiones.
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Basta de cizañear.
Por querer corregir y cambiar algo que me disgusta del otro, puedo hundirle unas veces y otras, empujarle a revelarse y sacar incluso algo peor de él/ella. Con tanta corrección sin nada de caridad, en la que sólo busco deshacerme de lo que me molesta. Tratar con lo negativo del otro es lo que se llama “cizañear”.
En todos nosotros hay trigo y cizaña, pero se trata de colaborar con el Reino del Amor a que crezca lo bueno y bello que hay en mí mismo y en el otro. Eso sólo es posible si lo hago con amor, poniendo la mirada en lo bueno, en el trigo y sin mirar la cizaña. Aceptarla con la confianza absoluta en el Señor, sabiendo que nos está preparando y que esa cizaña viene bien para sacar un bien mayor y crecer en virtudes. Esposos, mantengámonos firmes en el dolor que produce la propia cizaña y la del esposo, a la espera de la intervención de Dios. Él intervendrá cuando considere que es el momento, ¡El gran momento!
Aquí estoy Señor a la espera de la acción del Espíritu Santo, que me adentrará por completo en Tu Santísimo Corazón haciéndonos uno en Ti para siempre.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Carlos: Siempre salimos los últimos de todas las reuniones, te enrollas más que las persianas, es muy aburrido…
Ana: Se entristece y sólo mira el enfado de Carlos.
Carlos: (Continúa enfadado) Eres una egoísta que solos piensas en ti y en lo que te va en cada momento. Sabes que odio estar esperando en esas eternas despedidas ¿Se te ha ocurrido pensar en mí alguna vez?
Ana: (Pasa a sentir rabia contra Carlos) ¿Cómo que yo voy a lo mío? Es injusto que me digas eso, cuando soy yo la que siempre estoy pendiente de llamarte para ver si vienes, a qué hora vienes… Eres tú el egoísta insoportable…
(Con el tiempo, Ana dejó de estar tan a gusto con los amigos, por el miedo de las represalias de su marido)
(Pero Dios es misericordioso y se compadeció de ellos. Carlos hacía grandes esfuerzos por parecer que estaba a gusto en esas situaciones, y Ana, descubrió que era cierto, que sólo pensaba en ella y en lo a gusto que estaba o pensaba en lo “malo” que era Carlos, sin tener en cuenta los gustos de su esposo. Justo lo que Dios le pedía. Entre uno y otro, aprendieron a sobrellevar su cizaña y amarse en estas dificultades).
Madre,
Nos excusamos a nosotros mismos, nos sentimos víctimas en seguida y vemos siempre el verdugo en el otro y no le pasamos ni una. Con esta actitud, no vamos a llegar nunca a la santidad. Más bien al contrario. Cambia nuestro corazón, Madre, y danos un corazón de carne, misericordioso, limpio, para ver a Dios en el otro. Amén.
“Superf-Incons-Munda-Conv” Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 13, 18-23
EVANGELIO
El que escucha la palabra y la entiende, ese dará fruto
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 18-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros, pues, oíd lo que significa la parábola del sembrador: si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que escucha la palabra y la acepta enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumbe.
Lo sembrado entre abrojos significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ese da fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno».
Palabra del Señor.
Notas: Próximas misiones.
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- Retiro Málaga y Mallorca en Málaga y campamento para los niños: 05, 06 y 07 de octubre. Casa Diocesana. Infórmate aquí: https://proyectoamorconyugal.es/?p=4926
- Retiro en Barcelona: 26, 27 y 28 de octubre (Casa de Espiritualidad María Inmaculada. Tiana).
- Retiro en Valladolid: 23, 24 y 25 de noviembre (Casa de Espiritualidad Sagrado Corazón)
- Retiro en Pamplona: 14, 15 y 16 de diciembre (Casa de Javier)
“Superf-Incons-Munda-Conv”
Cuatro actitudes ante la Palabra: Superf-Incons-Munda-Conv. La actitud superficial (por ejemplo, el que se la aplica a los demás), la del inconstante (Se hace propósitos pero no los cumple), la del mundano (Tiene su corazón en las cosas caducas de este mundo) y la del que se convierte y cambia. ¿Pasa el tiempo y no me transforma la Palabra de Dios? Será por uno de los tres motivos anteriores. ¿Me va transformando la Palabra de Dios? Entonces, puedo decir que sí la estoy acogiendo y el Señor, dará fruto a través de mí.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Pedro: Mi problema era que, aunque la Palabra de Dios me decía que mi esposa es la ayuda adecuada que ha creado para mí, pensaba que eso debía tener otro significado, porque yo no veía en ella ninguna ayuda. No veía más que sus defectos. Más tarde descubrí que el problema estaba en mi mirada, y que ella era realmente un don de Dios para mí.
Beatriz: A mí me explicaron que mi esposo es un precioso don de Dios para mí, y que incluso lo malo que hay en él, puede ser un camino para crecer como persona y como matrimonio. Flipé cuando me lo explicaban, y me pareció precioso. Pero luego volví a mi vida del día a día, y me olvidé de todo. Volví a tratarle con desprecio por no aceptar sus pecados. Le veía como el malo. Hasta que un día, decidí que no iba a volver a mirarle así y que intentaría descubrir el don de Dios en él. Por la gracia de Dios, poco a poco se iba purificando mi corazón y fue cambiando mi mirada. Hemos aprendido y crecido mucho juntos desde entonces.
Pedro: Yo además, estaba muy centrado en mis negocios y en el golf. La conversación con mi esposa me parecía “cosas de mujeres” y no le prestaba mucha atención. Hasta que comprendí que ella y mi relación con ella es lo más grande que tengo en la vida. Es mi camino de santidad. Es el legado que dejaremos a nuestros hijos. Esto cambió mi prioridad y ahora lo primero es mi matrimonio, y después, todo lo demás. Si ella no está bien atendida, no atiendo ninguna otra cosa.
Beatriz: Así es como los dos, fuimos comprendiendo la grandeza de nuestra vocación. Descubrimos lo bien que Dios había hecho todas las cosas, y empezamos a aprender el uno del otro, a unirnos frente a los problemas, a profundizar en el corazón del otro… Así empezamos a construir una intimidad común, unidos a Dios. Aún seguimos descubriendo la belleza y los misterios de este hermoso sacramento que Dios ha puesto en nuestras manos.
Madre,
En Su palabra, el Señor nos da las claves de la vida, de la santidad y de la felicidad. Y todo el problema lo tenemos en que no queremos acogerla. Danos un corazón como el Tuyo, que acoge siempre la Palabra, meditándola en el corazón, de donde sale lo malo, pero también lo bueno. Gracias Señor por compartir con nosotros tu Sabiduría eterna. Amén.