EVANGELIO
Tiene que ser elevado el Hijo del hombre.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 13-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; l que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios».
Palabra del Señor.
Notas:
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Será un antes y un después en tu matrimonio (Muchos lo dicen). ¡Os esperamos con mucha ilusión!
¿Cruz o don?
¿Cruz o don? Aparente contradicción, pero la cruz es un don de Dios, el mayor don. Por ella nos salvó Jesús y por ella podemos colaborar en la salvación de otros. El problema viene cuando nosotros juzgamos y no cogemos la cruz, justo al revés que Cristo. El que no coge su cruz, tiene un problema mucho mayor.
La cruz no es una desgracia, sino una buena noticia, porque siempre genera vida, se transforma en luz y en gloria. ¿Cómo puedo encontrarla? Actuando según el Evangelio, en mi matrimonio, en mi familia, en el trabajo, con los amigos…, y surgirán circunstancias en las que me encontraré con la cruz.
Si vivo el Evangelio en mi matrimonio, me encuentro con la cruz, que no significa haber tenido mala suerte, sino oportunidades en las que puedo ofrecer mi sacrificio para su salvación. Esforzándome por ser comprensivo, servicial, por no buscar mi interés, por ser misericordioso, etc. Haciéndolo, cuando su respuesta no sea la adecuada, encontraré mi cruz, y ese es el momento para el amor, para amar como Cristo.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Marga: A mi marido sólo le importa trabajar. Ni la fe, ni la familia. Estoy decidida a dejarle. Esto no tiene solución y yo no puedo más.
La Virgen (En oración): “No comprendes la Cruz. Porque te resulta dura y tediosa ¿No la vas a coger? ¿Vas a permitir un sufrimiento mayor sin esperanza? En la Cruz de mi Hijo, la que nos trajo para salvar, para dar oportunidad de amar, se genera vida, se rescata, se redime. Si la rechazas, provocarás dolor infértil y muerte a tu alrededor. A tu esposo, a tus hijos…”
(Marga decidió entregarse al Señor y decirle “Sí”, dándole muchas gracias por enviarle tan gran don y pidiéndole perdón por no haberlo sabido reconocer. Y su sacrificio, con el tiempo, dio fruto abundante).
Madre,
Ayúdanos a que la tiniebla de nuestro egoísmo, de nuestra dificultad en amar de verdad, no nos impida ver la puerta de salvación que hay en la cruz. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Te doy gracias por la cruz que me has enviado. Te alabamos Señor, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Amén.