Archivo por días: 5 diciembre, 2016

¿No puedo? Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 5, 17-26

EVANGELIO
Hoy hemos visto maravillas
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 17-26

Un día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones.
En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo:
«Hombre, tus pecados están perdonados».
Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos:
«¿Quién es este que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?».
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo:
– «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil: decir «Tus pecados te son perdonados», o decir “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados – dijo al paralítico-: A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».
Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios
El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían:
«Hoy hemos visto maravillas».

Palabra del Señor.

¿No puedo?
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

¡No puedo! Esas son las palabras con las que se regocija el demonio, porque pronunciarlas significa que no lo voy a intentar. Pronunciarlas significa que no tengo fe. Pronunciarlas significa que seré una carga para otros y que arrastraré a otros a la desesperanza, y otros dirán “no puedo” porque me oyeron decirlo a mí.

La primera frase que debe sustituir al “no puedo” es: “No estoy solo”. Sí, el paralítico de hoy, efectivamente no podía llegar solo hasta Jesús, pues no podía moverse, pero se dejó llevar por otros que le querían, dejó incluso que lo subieran por la azotea y lo descolgasen por el techo. Hace falta confianza para dejarse hacer ¿Verdad?. Qué importante es confiar en mi esposo, en ese compañero que me ha puesto Dios. Qué importante es crear un clima de amor y confianza con él/ella, para poder contar con su ayuda en tantas ocasiones que le necesito. Tengo que practicar más el “no estoy solo” y pedirle ayuda.

La segunda frase que debe sustituir al “no puedo” es la que dijo San Pablo: “Todo lo puedo en aquel que me conforta” (Flp 4 ,13). Y San Pablo no se refiere a que seamos una especie de Supermanes, sino a esas situaciones en que, a pesar de la dureza de las circunstancias, somos confortados por Cristo. No consiste tanto en que las cosas sean como yo quiero, sino en aceptar con alegría las circunstancias de la vida tal como Dios las quiere y colaborar con Él. Gracias a Él, sí puedo.

Así que, si soy yo el paralítico, sé lo que tengo que hacer: Pedirle ayuda a mi esposo si él/ella también se dirige hacia Jesús. Si no, busca ayuda entre los hermanos de la Iglesia. Y si es mi esposo quien está paralítico, también sé lo que tengo que hacer: Ingeniármelas para llevarle a Jesús. Sí, superando todas las dificultades, como los camilleros del Evangelio que no se paran porque haya mucha gente que les impide el paso. Que no me pare el bullicio, las distracciones, su resistencia… con cariño, tengo que ingeniármelas para llevarle ante Jesús.

Madre,
Que cultivemos nuestro espíritu para que veamos las maravillas de Dios en lugar de cultivar nuestra dimensión carnal, siguiendo los parámetros de este mundo, que nos confunden como a los escribas y los fariseos. Que el asombro ante la belleza de las maravillas de Dios, se apodere de nosotros y demos gloria a Dios cada día. Amén.