Un vino insuperable. Comentario para Matrimonios: Lucas 5, 33-39

EVANGELIO

 

Les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 33-39

En aquel tiempo, los fariseos y los escribas dijeron a Jesús:
«Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber».
Jesús les dijo:
«¿Acaso podéis hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán en aquellos días».
Les dijo también una parábola:
«Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque, si lo hace, el nuevo se rompe y al viejo no le cuadra la pieza del nuevo.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque, si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se estropearán.
A vino nuevo, odres nuevos.
Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: “El añejo es mejor”».

Palabra del Señor.

 

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Un vino insuperable.

El amor nuevo de novios, empieza en odres nuevos, con una mentalidad lista para el asombro. Es como el primer amor a Cristo, para acogerle se necesita apertura y estar predispuestos a la admiración para que Él realice en nosotros la conversión del corazón.
Pero nadie que cate un matrimonio añejo, con todo el sabor delicioso de la autenticidad del amor, y nadie que cate la madurez espiritual juntos, quiere ya otra cosa. Ese vino no hay quien lo supere. ¿Lo has probado?

Aterrizado a la vida matrimonial:

Laura: Cuando estábamos recién casados, recuerdo lo que nos costó dejar atrás las tradiciones de nuestras familias de origen para construir juntos nuestras propias costumbres. Muchas veces nos empeñábamos en que las cosas se hiciesen como las habíamos hecho toda la vida.
Alberto: También nos costó dejar atrás nuestra individualidad, nuestros gustos, nuestros caprichos… para reconocernos y acogernos el uno al otro como el mayor don y así construir un matrimonio como Dios lo pensó.
Laura: Y luego, las dificultades y pruebas del día a día con las que íbamos afianzando nuestro amor… Demostrándonos el amor mutuo por la fidelidad a nuestra promesa en cada una de ellas. Recibiendo todo de Dios como dones y oportunidades, fajándonos en la vida para que el vino del amor fuera madurando poco a poco.
Alberto: Y acudiendo mucho a la Gracia de Dios. Sin ella, habría sido imposible. No habríamos tenido fuerzas.
Alberto: Queridos hijos, familiares y amigos. Nos hemos reunido hoy para celebrar nuestras bodas de oro, y damos gracias a Dios por todo lo vivido.
Laura: Si nos lo hubiera dado todo hecho, no habría sido igual. Nuestro matrimonio lo hemos construido juntos de la mano de Ntra. Madre y alimentados por el Señor. Esa es la fórmula del verdadero amor. Hemos probado de este buen vino añejo, y os confirmamos que no hay nada igual.
Alberto y Laura: ¡Alabado sea Dios!

Madre,

Nos cuesta seguir el plan de Dios por nuestra fragilidad, pero cuando lo seguimos, descubrimos que no hay nada más hermoso. Estamos encantados con nuestra misión. ¡Alabado sea Dios!

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