EVANGELIO
El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 8-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios.
Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios.
Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender.
Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.»
Palabra del Señor.
Con Tu Espíritu.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el Nº 1864: “No hay límites a la misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acoger la misericordia de Dios, mediante el arrepentimiento, rechaza el perdón de sus pecados y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo (Cf. DV 46). Semejante endurecimiento puede conducir a la condenación final y a la perdición eterna.”
Pecados contra el Espíritu Santo son:
– Desesperación de salvarse: Es decir, perder la Esperanza de que Dios puede salvarme, a pesar de mi miseria.
– La presunción de salvarse sin merecimientos: Confiarse en que, como Dios es Santo, me perdonará haga lo que haga.
– Negar la verdad conocida: Ocurre cuando la persona se juzga “dueña de la verdad” y por eso no cree las verdades de fe por puro orgullo.
– La envidia o pesar de la gracia ajena: Cuando las personas tienen envidia de la gracia que Dios da a otro.
– La impenitencia final: Si al final de mi vida no me arrepiento de mis pecados.
San Juan Pablo II en su Encíclica sobre el Espíritu Santo, Dominum et vivificantem 46-48, explica este pecado contra el Espíritu: «Esta blasfemia no consiste en el hecho de ofender con palabras al Espíritu Santo; consiste, más bien, en el rechazo de aceptar la salvación que Dios ofrece al hombre por medio del Espíritu Santo.» Más adelante dice: «porque esta no-remisión está unida, … al rechazo radical a convertirse.»
Es por tanto, empeñarme en creer lo que creo a mi manera y no dejarme convertir, transformar, por el Espíritu Santo.
Para los esposos:
El matrimonio es realmente un camino de santidad. Cuánto nos ayudamos el uno al otro en los momentos de crisis, para mantener la Esperanza contra toda esperanza. Cuántos toques de atención nos damos para evitar que nos salgamos demasiado del camino. Cuánto nos ayuda alegrarnos de las gracias que recibe el esposo, cuando entendemos que a través de él/ella las recibimos también nosotros. Cuánto nos ayuda nuestra relación matrimonial para “convertirnos” y no creernos “dueños de la verdad”. Y es que en nuestro Sacramento, recibimos la gracia del mismísimo Espíritu de Dios.
Pedimos al Señor que nos convirtamos sinceramente, con Tu Espíritu.
Oramos especialmente por el sínodo:
https://proyectoamorconyugal.es/oracion-a-la-santa-familia/