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Un “sí” auténtico. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 5, 33-37

EVANGELIO
Yo os digo que no juréis en absoluto

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
– -«Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor».
Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».

Palabra del Señor.

Un “sí” auténtico.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Señor, hoy nos hablas de ser auténticos, coherentes en nuestra relación con los demás. Que mi “sí” sea sí y mi “no” sea no. “Todo lo que pasa de ahí viene del Maligno”.

¿Cuáles son esas actitudes que “pasan” de ahí? Querer quedar bien, demostrar, engañar o aprovecharse de. Y ¿Cuál es la actitud correcta?: Ser sencillos, sin excusas ni medias verdades.

Esta mañana decía Mons. Munilla recordando a Santo Tomás, que para ser auténtico no es suficiente conocer la Verdad y saber qué es lo Bueno. Para asegurar nuestra fidelidad, es necesario descubrir la Belleza que hay en esa verdad y en el bien que nos hace. Y ponía el ejemplo de que uno no es fiel a la Eucaristía hasta que no le “fastidia” perdérsela. Cuando estás enamorado del Señor, entonces empiezas a serle fiel.

Dice el Papa Francisco en Amoris Laetitia 265
“Hoy suele ser ineficaz pedir algo que exige esfuerzo y renuncias, sin mostrar claramente el bien que se puede alcanzar con eso”.

Para ser esposos auténticos, es necesario descubrir previamente la belleza del matrimonio, ilusionarnos con nuestra vocación, porque a base de “músculo” aguantar la unidad indisoluble, es complicado. Cuando descubro que mi matrimonio es el plan de Dios para nuestra santidad, que a través de él Dios va a hacer algo grande, que dará vida, vamos a daremos testimonio de Él, y vamos a ser imagen de Él… Cuando descubro que me sacará de mi egoísmo, de mi cerrazón, para llevarme a la riqueza de la entrega mutua, etc. Entonces se convierte en la prioridad de mi vida.

No podemos ni cambiar el pelo de nuestra cabeza ¿Cómo nos podemos comprometer a ser fieles para toda la vida? Porque con Cristo es posible, sí, porque Él nos ha dado el don para llevar esta cruz, está claro. Pero para que nuestro “sí” sea sí, tenemos que enamorarnos de nuestra vocación. Del don tan inmenso del matrimonio, que hemos recibido de Dios.

Madre:
Tu “sí” es ejemplar, y es fruto de Tu humildad y Tu sencillez. Muéstranos la hermosura del plan de Dios para que nos pongamos a su servicio sin reservas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Mirada para desear. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 5, 27-32

EVANGELIO
Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 27-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Habéis oído que se dijo «No cometerás adulterio». Pues yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: «El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio».
Pues yo os digo que si uno repudia a su mujer – no hablo de unión ilegítima – la induce a cometer adulterio, y el que se case con la repudiada comete adulterio».

Palabra del Señor.

Mirada para desear
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Jesús nos habla hoy de la intencionalidad de la mirada. De la concupiscencia de la mirada, debida a nuestra naturaleza caída.
San Juan Pablo II analiza extensamente este Evangelio en varias catequesis, pero nos vamos a detener en la del 15-10-80.

Jesús dice textualmente: “todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”. La primera clave es la palabra “deseándola”: La mujer fue creada “para” el hombre y viceversa, pero ese “para” tiene una tarea concreta asociada, y es la comunión. Recordaréis que todo don tienen asociada una tarea según la voluntad de Dios. Ella fue creada para construir una comunión con el hombre y el hombre con la mujer. La dignidad que se le dio a uno y a otro fue la de “imagen de Dios”. Una dignidad inmensa.

Cuando ese “para” tiene como objetivo satisfacer su deseo, el hombre está siendo dominado por el instinto y por lo tanto se establece una relación que se circunscribe al ámbito típico del mundo animal, perdiendo su propia dignidad.

Lo segundo importante a remarcar, es que Jesús dice “todo el que mira a una mujer” y no añade “de otro”. De donde se concluye para sorpresa de muchos, que es posible cometer adulterio “en el corazón” dentro del propio matrimonio. Esto ocurre cuando entre la mujer y el hombre que han sido creados el uno para el otro por Dios para construir una comunión, existe una “mirada para desear” como la llama San Juan Pablo.

Sólo comprendiendo la dignidad del esposo, la dignidad de la persona, se avergonzaría uno de utilizarlos “para desear”. Imaginaros el dolor de Dios, cuando nos ve utilizándonos unos a otros con algo tan sagrado. En esta mirada se basa gran parte de la publicidad, en esa “mirada para desear” que se asocia con el deseo de un objeto, y pone a la persona y al objeto en el mismo nivel del deseo por pura satisfacción sexual. Se utiliza la atracción desde la diversidad, querida por Dios, que hace posible la unidad a su imagen, para fines mercantilistas.

Por último, dice el Señor que quien repudia a su esposo, lo incita al adulterio. No es verdad que no tengamos responsabilidad en la salvación o condena de nuestro esposo. Despreciándolo podemos incitarlo al mal. Especialmente entre los esposos, tenemos mucha fuerza el uno para con el otro. El pecado nos influye mutuamente y el amor también. Pero el amor es más fuerte.

Nosotros queremos seguir aprendiendo sobre una antropología adecuada. Descubriendo y entendiendo la belleza y la grandeza que Dios ha puesto en nosotros y en nuestra relación matrimonial. Son dones demasiado “flipantes” como para conformarse con minucias: Todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo (Flp. 3, 8).

Madre:
Cuánta generosidad la de Dios y cuánta estupidez la nuestra, que no la acogemos. Nos entrega el enorme don de un esposo y lo tratamos como un simple animal o un objeto para mi propia complacencia. Perdóname Madre, y muéstrale a Dios mi arrepentimiento. Ayúdame a valorarle en toda su dignidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Volver a elegirnos. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 5, 20-26

EVANGELIO
Todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «necio», merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra del Señor.

Volver a elegirnos.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

En el cielo se hila muy fino. Aquí no se está hablando de matar a nadie, sino de actitudes y reacciones a las que casi no damos importancia, las vemos ya normales por nuestra naturaleza caída. Sin embargo Jesús nos dice que no nos las debíamos consentir y nos habla de consecuencias muy graves. Son actos de desamor y hacen más daño de lo que nos pensamos.

Es interesante lo que nos comenta el Papa Francisco en Amoris Laetitia:
237 “…Hay situaciones propias de la inevitable fragilidad humana, a las cuales se otorga una carga emotiva demasiado grande. Por ejemplo, la sensación de no ser completamente correspondido, los celos, las diferencias que surjan entre los dos, el atractivo que despiertan otras personas, los nuevos intereses que tienden a apoderarse del corazón, los cambios físicos del cónyuge, y tantas otras cosas que, más que atentados contra el amor, son oportunidades que invitan a recrearlo una vez más.
238. En esas circunstancias, algunos tienen la madurez necesaria para volver a elegir al otro como compañero de camino, más allá de los límites de la relación, y aceptan con realismo que no pueda satisfacer todos los sueños acariciados. Evitan considerarse los únicos mártires, valoran las pequeñas o limitadas posibilidades que les da la vida en familia y apuestan por fortalecer el vínculo en una construcción que llevará tiempo y esfuerzo. Porque en el fondo reconocen que cada crisis es como un nuevo «sí» que hace posible que el amor renazca fortalecido, transfigurado, madurado, iluminado.”

Y es que, todo mal empieza por una cosa pequeña, y si somos sinceros, se agravan porque los engrandecemos como dice el Papa con una carga emotiva demasiado grande. Optemos mejor por ese volver a elegirnos evitando considerarnos los únicos mártires y sigamos construyendo nuestro amor con esfuerzo.

Madre:
Cuánto debe dolerte cuando dos de tus hijos nos decimos cosas duras o pensamos mal el uno del otro, o cuando vamos de mártires. A veces se nos olvida que estás mirándonos. Un poco avergonzados, te pedimos perdón, y prometemos seguir luchando para conseguir que sonrías. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Quitamiedos. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 5, 17-19

EVANGELIO
No he venido a abolir, sino a dar plenitud

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor.

Quitamiedos.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

A nadie le gustan las normas, pero los mandamientos no debemos verlos como normas, sino como “quitamiedos”. Imaginamos los quitamiedos de una autovía, o las señales de tráfico que informan de los peligros o prevén accidentes. Así podríamos considerar los mandamientos, como esos límites que Dios nos pone para que no nos “la peguemos”. Que no nos salgamos del camino dando vueltas de campana por un terraplén que nos deje destrozados.

Así, el que no ame a Dios sobre todas las cosas, por ejemplo, que no se queje de que le falta amor en su matrimonio. O el que no santifica las fiestas, y no reza, que no se queje de falta de paz interior y tiene poca paciencia. O el que no honra a sus padres, que no se queje de si sus hijos le desprecian algún día. O el que anda criticando a los demás, que no se queje si se queda sin amigos verdaderos. O el que comete actos impuros, que no se queje si le cuesta valorar a su esposo o reconocer su dignidad y tiene tendencia a exigirle para su propio beneficio, o tiene tendencia a la ira. Y así un largo etcétera.

El Papa Francisco en Amoris Laetitia 222 nos dice:
“En la medida en que los esposos traten de escuchar más en su conciencia a Dios y sus mandamientos (cf. Rm 2,15), y se hagan acompañar espiritualmente, tanto más su decisión será íntimamente libre de un arbitrio subjetivo y del acomodamiento a los modos de comportarse en su ambiente”.

En definitiva, la verdad nos hará libres, específicamente en este caso, de interpretaciones sobre el ser humano y la relación conyugal, que pueden ser muy dañinas, que nos destruyen. Podemos decidir si seguir los mandamientos o no, pero las consecuencias vienen sí o sí. Si no respetamos esos límites, desde luego que no viviremos nunca la maravilla de un amor de comunión.

Cristo y da plenitud a todas esas normas. A esas leyes de amor, les añade espíritu y verdad, para convertir nuestro amor en caridad conyugal.

Madre:
Que no dejemos de anunciar la verdad, aunque parezca radical. Aunque nos critiquen por ello. Porque, si malo es no vivirla, peor es enseñar falsedades. Que vivamos y hablemos de la exigencia del amor, que implica pasar por la puerta estrecha. Por Jesucristo nuestro Señor.

Provocación del Espíritu. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 5, 13-16

EVANGELIO
Vosotros sois la luz del mundo

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo».

Palabra del Señor.

Provocación del Espíritu.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

¿En qué somos los esposos luz para el mundo? Nos lo dice el Papa en Amoris Laetitia 72:
“El matrimonio es una vocación, en cuanto que es una respuesta al llamado específico a vivir el amor conyugal como signo imperfecto del amor entre Cristo y la Iglesia. Por lo tanto, la decisión de casarse y de crear una familia debe ser fruto de un discernimiento vocacional.”

Somos, o debemos ser, signo imperfecto del amor entre Cristo Esposo y la Iglesia Esposa. El reto no es pequeño, y desde luego no se puede lograr si no es desde una llamada de Dios por una parte, y con muchas ganas y mucha ilusión, por otra.

Más adelante, en el 321 nos dice el Papa:
“La vida en pareja es una participación en la obra fecunda de Dios, y cada uno es para el otro una permanente provocación del Espíritu. El amor de Dios se expresa «a través de las palabras vivas y concretas con que el hombre y la mujer se declaran su amor conyugal»[385]. Así, los dos son entre sí reflejos del amor divino que consuela con la palabra, la mirada, la ayuda, la caricia, el abrazo. Por eso, «querer formar una familia es animarse a ser parte del sueño de Dios, es animarse a soñar con él, es animarse a construir con él…”

Buenísima la primera frase: “Cada uno es para el otro una permanente provocación del Espíritu” Qué grande vivir así el matrimonio: Considerando que el Espíritu me provoca con cada actuación del esposo, con cada situación que me plantea en mi relación con él/ella. Y también, no perder de vista que cada uno para el otro somos reflejo del amor divino…

La sal también tiene propiedades de conservación de los alimentos, pero si está adulterada no sirve. Mantengámonos fieles al plan de Dios. Vivamos nuestro matrimonio con la ilusión de formar parte del sueño de Dios. Si no ¿Cómo vamos a ser luz?.

Madre:
En cuanto nos apoderamos de las cosas de Dios, perdemos la ilusión, y nuestro matrimonio es un Proyecto de Dios. Tú lo dijiste en el Magníficat: Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. Que nuestro espíritu se alegre también, no por nuestras consolaciones, sino porque Dios nos está haciendo partícipes de un Proyecto Grande. Alabado sea por siempre.