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¡Ayuda! Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 15, 12-17

EVANGELIO
Esto os mando: que os améis unos a otros
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 12-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Este es mí mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
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¡Ayuda!
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Ya no somos siervos del Señor, porque Él nos ha revelado su intimidad y esto sólo se hace con los amigos. En contra de lo que se suele pensar, al amor a los amigos es más grande que el amor a los enemigos. Nadie le diría a su esposo: “Te quiero como al peor de mis enemigos”, porque no saldría muy bien parado… Se ama hasta a los enemigos, pero para que lleguen a ser amigos y entonces el amor crezca. Cuanto mayor es el grado de amistad, mayor es el grado de intimidad y mayor es el amor que se puede alcanzar. Por eso, es con nuestro esposo con el que mayor grado de amor podemos alcanzar aquí en la tierra, porque con él/ella es con quien más intimidad podemos compartir.

Una historia:
Teresa se da cuenta de que muchas veces está mirando cuánto se entrega a ella su esposo, para corresponderle en la misma medida. De hecho, normalmente se queja de que su esposo le ama poco, tiene pocos gestos por ella y siempre le falla en las mismas cosas. Pone el telediario justo a la hora de comer en lugar de hablar con ella, está demasiado absorbido por su trabajo, y le hace poco caso. Todos estos pensamientos nada tienen que ver con el amor. Cuando se sienta un rato con su esposo, y quiere hablar del amor que hay entre ambos, le saca todas estas cosas, y eso no es hablar de amor, es hablar de sí misma, es un enfoque egoísta. Leyendo el Evangelio de hoy, Teresa se da cuenta de que nunca le pide al Señor amarle como Él le ha amado. Y si no lo hace Dios en ella ¿Quién lo va a hacer?
Raúl, su esposo, no está tan pendiente de lo que Teresa le da o lo que hace por él. De hecho, no está demasiado pendiente de Teresa. Al leer este Evangelio, también siente la necesidad de pedirle a Dios que le ayude a amar a su esposa como Él le ama. Tiene que estar mucho más volcado con ella, se lo merece. El Señor lo haría.

Ambos reconocen lo mal que lo hacen y cuánto necesitan del amor de Dios, cuánto necesitan recibirle en la Eucaristía, llenarse de Él en la oración y construir una intimidad juntos.

Madre,
El amor es lo más hermoso que existe, pero nos resistimos a entregarnos por miedo, por pereza, por egoísmo, por orgullo… Creemos que así nos defendemos de algo o conseguimos algo mejor y no nos damos cuenta del tesoro tan grande que nos perdemos: La experiencia de vivir el amor verdadero. Cristo lo hizo y Dios lo glorificó. Alabado sea nuestro Señor por siempre.

La alegría de Dios en nosotros. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 15, 9-11

EVANGELIO
Permaneced en mi amor para que vuestra alegría llegue a plenitud
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
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La alegría de Dios en nosotros.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

¿Cómo permanecer en Tu amor Señor? Hoy nos lo dices: Guardando tus mandamientos. No son leyes sin más, son la clave de cómo amar de verdad para entrar en el Corazón de Dios y no salir para siempre, siempre. Veámoslas:

1. Amaras a Dios sobre todas la cosas: Pedro y María, tienen claro que sólo así, se llenan de Su amor, se quieren más el uno al otro y se quieren más a sí mismos. Por eso no dejan ni un solo día la oración. ¡Nada nos separara del amor de Dios!

2º Respetar el nombre de Dios y respetar también todas las personas y cosas de Dios. Pedro y María tienen un sacramento, son esposos en Cristo, y respetan por encima de todo a Cristo en su relación. Imagínate cómo se tratan…
¿Juramentos en nombre de Dios? no tenemos esa autoridad. Pedro y María saben que todo depende de Él, y le tienen un respeto enorme. ¡Solo Dios es Dios!.

3º Si amas a Dios deseas estar con Él y dedicarle el domingo y los días de fiesta de la Iglesia. Pedro y María no permiten que esos días haya una prioridad mayor que esa. Acuden a la iglesia deseosos encontrarse con Él, escuchar Su palabra en familia, con calma, alabarle, agradecerle. Descubren cómo Él los mantiene unidos.

4º Ama a tus padres, porque representan la Paternidad de Dios en la tierra y si no actuaron así, tienes que respetarlos igualmente, porque Dios quiso que te dieran la vida y te transmitieran Su imagen. Pedro y María honran a sus padres a pesar de los errores que cometieron con ellos, porque mucho más recibieron de ellos, tanto que nunca podrán devolvérselo.

5º Nadie tiene derecho, a quitar la vida a otro, ni a sí mismo. Pedro y María reconocen que su vida no les pertenece, porque ellos no se la han dado a sí mismos. Sólo Dios es el dueño de sus vidas. Tampoco critican a nadie, porque es una manera de robarle la dignidad que Dios le dio.

6º El mandamiento contra la pureza tiene más importancia de lo que parece, porque lo que hago con mi cuerpo, lo hago con toda mi persona, y afecta a todo mi ser. El cuerpo tiene un valor enorme, y es la capacidad de expresar a la persona. Cristo entrega Su cuerpo para salvarnos ¡Qué valor tan grande tiene! Que con él redime a la humanidad. ¿Qué hago yo con el mío?. Pedro y María tratan su cuerpo y el del otro con muchísima delicadeza. Es el que les permite entregarse, quererse… Es templo de Espíritu.

7º Ser justos con los bienes de Dios. No coger lo que no me corresponde. Pedro y María, son justos y generosos con los bienes que reciben de Dios, son para utilizarlos en Su nombre.

8º Decir siempre la verdad y esforzarnos por vivir en la Verdad. Pedro y María no quieren vivir mentiras, quieren vivir siempre de cara a la verdad, por dura que ésta parezca. Es mejor afrontarla y vivir una vida verdadera que vivir una vida falsa.

9º Este mandamiento nos dice que no debemos pensar ni desear cosas inmorales. El mal se cuela por los pensamientos y nos lleva a la acción. Pedro y María apartan inmediatamente los pensamientos que no son conformes a la palabra de Dios y así evitan muchas veces caer en la tentación.

10º Cuidado con lo que deseamos. Cada cosa que Dios nos da, tiene destinada una tarea para construir su Reino. Pedro y María no desean ya nada pensando en su propio beneficio, sino pensando en que el Reino de Dios llegue a este mundo para mayor gloria Suya.

En definitiva, todo se resume en Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Es como aquella frase de “Ama y haz lo que quieras”, porque no te vas a equivocar.

Y si alguna vez nos salimos de esta ley del amor, volvemos a ella pidiendo perdón a Dios en la confesión y a la persona que hemos herido, con la ilusión de la oportunidad que Dios nos da de empezar de nuevo.

La alegría de Dios está en Pedro y María, porque luchan por hacer todo esto ¿Qué más se puede pedir?.

Madre de los esposos: Ruega por nosotros.

Frutos de unión. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 15, 1-8

EVANGELIO
El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra del Señor.

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Frutos de unión.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Sólo el que permanece en la Palabra del Señor, da fruto. Sólo actuando con las armas de Dios, damos fruto. Y sus armas no son ni la violencia, ni el reproche, ni demostrarnos el uno al otro quien hace más… Las armas de Dios son la humildad, incluso la humillación por amor, la unidad, buscar el bien común y todo con Él, y en Él. Es cierto que sin Él, no podemos hacer nada. Nosotros lo hemos experimentado. Intentamos construir nuestro amor con la mejor de nuestras intenciones, y acabamos destruyendo a espuertas. Cuando Él nos rescató y cuando seguimos sus caminos, la cosa cambia radicalmente.

Una historia:
Ella cree que deben coger un apartamento de verano. Él cree que es demasiado caro. En algún momento discuten, hasta que se dan cuenta de que no deben ser los criterios de ella ni los de él, sino los de Dios. Así que deciden ponerlo en Sus manos ¿Cómo? Fijan un precio máximo bastante bajo. De repente, ella va buscando y ve uno que no se alquila para temporadas cortas, pero pregunta y justo se va un inquilino de larga duración. Así que está disponible. Los dueños adecentan el apartamento, y se van a veranear. Los niños encuentran su sitio, un grupo de amigos perfecto en el recinto cerrado de los apartamentos. Y ellos, se pasan las tardes y las noches con unas tertulias maravillosas rezando y mirando al mar. Aquellas vacaciones les unieron muchísimo, porque las pusieron en las manos del Señor, rezaban a diario juntos e iban a la Eucaristía juntos. Aquella vacaciones dieron frutos de unión abundantes. Bendito sea Dios.

Madre,
Siempre que no confiamos en el Señor, nos va mal, y sin embargo, cuando confiamos en Él, todo va a pedir de boca. No queremos dejar de hacerlo Madre. Él es nuestro alimento, es nuestra meta, nuestra Vida. Alabado sea mi Señor por siempre. Amén.

Sin que se turbe. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 14, 27-31a

EVANGELIO
Mi paz os doy
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo».

Palabra del Señor.

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Sin que se turbe.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

La paz que nos deja Cristo no es como la del mundo. El mundo la impone, como un derecho, de manera que el más fuerte le impone la paz al más débil aplicando sus normas. La de Cristo es una paz que, a pesar de que permite el acceso al príncipe de este mundo, hay que construirla a base de amor. Nos esperan tiempos duros, entre los esposos, en la familia, en nuestro ámbito local, político y social, pero que no se turbe nuestro corazón, porque el mal no tiene poder sobre nuestro Señor. Siendo fieles a Su voluntad a pesar de las circunstancias, Él traerá la paz.

Una historia:
Miguel viene muy enfadado y se encuentra que Mónica está hablando por teléfono y no ha empezado a hacer la cena. Además, la casa está desordenada. Cuando termina de hablar por teléfono, Miguel le reprocha que no hace nada más que hablar por teléfono, que está todo el día hablando, y… (verdaderos disparates).

En ese momento, Mónica, mira a Dios, confía en Él, y recibe la fuerza para mantener la calma. Se levanta, prepara la mesa y, acercándose a Miguel, le dice: “Vaya, siento haberme alargado con la conversación telefónica hasta tan tarde”, y le acaricia. Mónica supera esa humillación, y en lugar de mirarse a ella y las ofensas recibidas de Miguel, mira a Dios, reconoce su culpa y se entrega por Él para hacer Su voluntad.

Una paz inmensa invade el corazón de Mónica. Una paz que parece que se extiende al resto del hogar y los envuelve a todos.

Madre,
Te ofrezco mi corazón para que no se turbe y en él guarde todas las cosas, para que siempre sepa hacer la voluntad del Padre y así consolar a Cristo. Te pido para que nos concedas la Paz de Dios, que es un don, para que, construyendo la paz en nuestros hogares, contribuyamos a construir la paz en el mundo que tanto anhelamos. Por Jesucristo Tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

Permanecer + Poda = Frutos. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 15, 1-7

EVANGELIO
Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 1-7

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseéis, y se realizará».

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
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Permanecer + Poda = Frutos.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

O permanezco en el Señor, o me seco y soy echado al fuego. Así que, lo primero es conectar con Él y permanecer conectado, porque sin Él, no es que pueda hacer poco, es que no puedo hacer absolutamente nada.

Si permanezco en Él, lo siguiente será la poda, pues por mí mismo doy poco fruto. Así que, después de un tiempo de poda, empiezo a dar fruto abundante.

Una historia:
Daniel y Reme se casaron sin haber tenido un noviazgo y un discernimiento en condiciones. Ambos pensaban que el otro les iba a hacer felices, Simplemente les apetecía estar juntos. Estaban a gusto. Pero al año de casados, tienen un encuentro con el Señor, y sus aspiraciones crecen exponencialmente. Ya no se conformaban con estar a gusto juntos y compartir experiencias más o menos agradables. Ahora buscan ser santos, ahí es nada.
A Daniel, le encantaba el gimnasio, pero tiene que dejarlo, porque viene el primer hijo, ese que inicialmente habían pensado retrasar unos añitos para pasarlo bien. Así que, llega el bebé y no le quedaba tiempo libre por las tardes. Reme era muy dormilona, pero tiene que sacrificarse por las noches para atender al niño, sin despertar a su esposo los días que trabajaba. Adiós a la telenovela, porque para ella es más importante la oración, y Daniel renuncia a ver el fútbol por el mismo motivo. Llegan enfermedades del niño, sinsabores de la familia política, un segundo hijo antes de lo previsto, problemas en el trabajo, Reme se queda sin él por tener dos hijos tan seguidos… Pero Daniel y Reme están con el Señor. Nada les turba, porque saben que todo aquello es para crecer y dar fruto. Su unidad se alimentan de la unidad de Dios con los hombre, Cristo Eucaristía, y nada temen. Daniel y Reme se aman, teníais que ver cómo se miran. ¿Qué le piden todos los días al Señor? Algo que están seguros les dará: Que se haga su voluntad. Nadie elegirá un mejor futuro para ellos -Comentan-.

Madre,
Tú sabes bien lo que es ponerse en manos del Señor. Ocurren cosas que no se entienden, a veces se viven momentos muy duros, pero nunca falta la fe, ni la esperanza, ni el amor en nuestras vidas. ¿Qué más se puede pedir?. El Señor es generoso con aquellos que se fían de Él. Alabado sea. El Señor ha resucitado nuestras vidas ¡Aleluya!