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¿Qué esposo ama así? Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 9, 14-15

EVANGELIO
Cuando les sea arrebatado el esposo, entonces ayunarán
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15

En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

Palabra del Señor.

¿Qué esposo ama así?
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Cristo, el Esposo, ha venido a rescatar a la Novia infiel (el pueblo de Israel) que tantas veces ha dejado abandonado a Dios, entregándose a otros placeres. ¿Qué esposo ama así? Cristo la ama demasiado para abandonarla. No le importa humillarse, no le importa hacerse vulnerable, no le importa sufrir por ella. Le importa Ella. Y le importa el Padre que la creó y la ama infinitamente. Tanto que entrega su vida para hacerla santa, irreprochable, sin mancha ni arruga alguna. ¿Qué esposo ama así?. Yo soy parte de esa Esposa amada por Él. Nadie más ha hecho por mí lo que Él hace.

Estamos en cuaresma. El Esposo se prepara para el sacrificio y yo me uno a Su duelo, compartiendo Sus “sentimientos de humildad, de entrega, de desapego y de generosidad”. Él no toma apariencia humana, sino que se hace hombre, esa “nuestra realidad marcada por el sufrimiento, la pobreza, la limitación y la muerte” (Benedicto XVI). Nada refleja mejor la infinita bondad de Dios que Cristo, que asumió la naturaleza de hombre cargando con nuestros pecados. ¿Qué esposo ama así? Y todo para que abramos definitivamente nuestro corazón al otro.

Esposos, respondamos a tan inmenso amor, a tan infinita deuda, como sólo Él se merece. Respondamos amando cuando no me amen, sirviendo cuando no me tengan en cuenta, callando cuando me echen la culpa, esforzándome por ser un esposo digno de tal Esposo. Ahora que estamos esperando Su Pasión, es el momento de responder. Él me amó primero. Él me amó así.

Madre,
Qué experiencia tan dura, la entrega de Tu hijo, pero qué ejemplo de amor. Te sentirías muy orgullosa de Él. Celebraste muchas veces Su llegada a casa después de un duro día de trabajo, pero también supiste ayunar y sufrir con Él cuando te lo arrebataron de tus brazos. Danos Madre, como esposos, los mismos sentimientos de Jesús. Amén.

¡Niégate! Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 9,22-25

EVANGELIO
El que pierda su vida por mi causa la salvará
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9,22-25

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día»
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

Palabra del Señor.

¡Niégate!
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

En este Evangelio, Jesús nos muestra el camino hacia Dios en cualquier vocación, el camino hacia la santidad. Empieza con su ejemplo, explicando que tiene que ser desechado y ejecutado para resucitar al tercer día.
Dice San Juan Pablo II que sólo seré un esposo cristiano, si me entrego a mi cónyuge como Cristo se entrega a Su Esposa en la cruz.
Todo ello se traduce en ese «coger la cruz de cada día» y «dar la vida». Para ello, tengo que estar dispuesto a padecer mucho, a ser despreciado como Él, como mi Maestro.

¿Qué me impide estar dispuesto a padecer mucho por amor?

Jesús, en cada situación de dolor me dice “niégate a ti mismo”. Es el modo de resucitar en esa situación concreta, es probarlo y esperar a ver qué ocurre y me llevaré la sorpresa de que el Evangelio es verdad. No hay que entrar a dialogar con el dolor que me provocan determinadas situaciones con mi esposo. Si pretendo defender mi yo por mi orgullo, voy a perder mi vida. En cambio, si me niego por la causa de Cristo, ese amor extraordinario es el que me llevará ganar la vida. Merece la pena.

Madre,
Te pido que nos envíes la sabiduría de Dios para creernos que el sufrimiento por amor es el tesoro más grande que hay en la Tierra, que purifica el alma y nos une estrechamente con Dios. Y cuando pierdo la vida por mi esposo, también me une a él/ella. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

40 secretos de amor. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 6, 1-6.16-18

EVANGELIO
Tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor.

40 secretos de amor.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Pero qué bien nos conoce el Señor. A lo mejor, cuando no somos generosos lo hacemos a escondidas para que nadie se entere y cuando lo somos, intentamos hacernos notar para que nos honren.
Huimos del ridículo personal y nos regodeamos en todo lo que nos ensalza ante los demás. Hoy empezamos la cuaresma. Hoy me van a recordar que soy polvo y en polvo me voy a convertir, para que no tenga la vanidad tan subidita.

Entre esposos suele ocurrir que cuando uno se sacrifica por el otro, se encarga de que se entere bien y espera algún tipo de agradecimiento o compensación con un esfuerzo igual o superior. Sin embargo el Señor me anima a que haga esto mismo por amor, es decir, que mi esposo no se entere y menos aún, estar esperando a que se dé cuenta por sí mismo o si no…

También ocurre que, cara afuera voy de simpático y sin embargo en casa pongo malas caras…

Pues bien, para empezar la cuaresma seguro que a Dios le agrada si, aparte de la limosna a los pobres que no puede faltar, me encargo de hacer cada día algo por mi esposo sin que se entere y lo que es aún más difícil, deseando que no se dé cuenta ni siquiera. Serán mis cuarenta secretos de amor para Dios.

Y como broche de oro, guardaré mi mejor sonrisa para casa ¿No os parece ésta una buena manera para empezar a preparar la Pasión del Señor?

Madre,
Ahora más que nunca entiendo Tu silencio en el Evangelio. Cuántos méritos tendrías para merecer el título de Reina de Universo, y sin embargo, sólo apareces en alguna pequeña escena imprescindible y siempre en segundo plano. Y Tu esposo San José, más si cabe. Qué hermoso ejemplo para el matrimonio. Benditos seáis. Doy gracias a Dios por tan hermoso testimonio. Amén.

¿Esposo? Una cosa te falta. Comentario del evangelio para Matrimonios: Marcos 10, 17-27

EVANGELIO
Vende lo que tienes y sígueme
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-27

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó:
-«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó:
«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».
Jesús se le quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
«¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!»
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
«Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban:
«Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo»

Palabra del Señor.

¿Esposo? Una cosa te falta.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

El amor es así: O amas o no amas. Dios me lo pide todo, ¿me entrego o no me entrego?

Por tanto, mi entrega a Dios debe ser total, porque mi entrega a mi esposo debe ser total. Hay muchos matrimonios que se extrañan de que su relación no sea maravillosa. La pregunta es ¿Le has entregado todo a tu esposo? ¿Te has entregado hasta el punto de que ya no te perteneces? Seguramente no. Solemos buscar el problema en el cónyuge, y creemos que si el otro cambiara todo iría mejor, pero esto no funciona así. Dios quiere que ame en mis circunstancias actuales, con el esposo que tengo, tal como es. Dios quiere que me entregue a Él, entregándome a mi esposo completamente.

Hoy corro a arrodillarme ante el Señor, y le pregunto: ¿Qué tengo que hacer para vivir con mi esposo el amor verdadero? Y el Señor me dice: Esposo “una cosa te falta”. ¿Qué me falta que aún no le he entregado a mi esposo? ¡Ah! Sí. Aquello que le gusta y que nunca encuentro el momento de darle, o eso otro en lo que no quiero dar mi brazo a torcer, o el tiempo ese que me reservaba para mí, o mi pereza de pensar en él/ella, o mi despreocupación por tener detalles que le gustan, o tiempo para construir una intimidad común, o mi esfuerzo por escucharle y comprenderle, o mi oración por él/ella y con él/ella…

Señor, puede que no sea una sola cosa la que me falta, pero es que me cuesta mucho, a veces me parece injusto porque creo que yo doy más que él/ella. Pero Tú me dices hoy que aun así, tengo que entregarme completamente a él/ella para entregarme a Ti, para seguirte. Entregarle lo que tengo a mi esposo precisamente en su pobreza, en lo que no me va a poder devolver: “vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás un tesoro en el cielo”. Yo fui creado para mi esposo, y si no soy para él/ella, no estoy siendo fiel a mi vocación al amor.

Madre,
Creo en el mensaje que viniste a darnos aquí, en Fátima: Con nuestro sí, y con oración y sacrificio, todo es posible para Dios. Éste mismo es el mensaje de Cristo en el Evangelio de hoy: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo». ¡Creo Madre!. Alabado sea el Señor. Él va a construir una verdadera comunión en nuestro matrimonio. Sea por siempre bendito y alabado.

Depende de mi motivación. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 6, 24-34

EVANGELIO
No os agobiéis por el mañana
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros del cielo: ni siembran, no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».

Palabra del Señor.

Depende de mi motivación.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Todo el mundo tiene un dios. Entre la gente no creyente o tibia, veo que todos tienen uno, incluso me atrevería a decir cuál. Puede ser la salud, el bienestar, el éxito profesional, la estética, la imagen, el poder, el dinero, algún hobby… Verlo en los demás es fácil. Ahora me correspondería mirarme yo y preguntarme si creo en Dios o en mi Dios. El matiz es importante, porque toda mi vida gira en torno a esta diferencia.

Señor, creo en ti y te reconozco como mi Dios, por eso, necesariamente todo en mi vida tiene que tener una motivación última: Tú. Mi matrimonio tiene el objetivo de reflejar que Tú eres un Ser relacional, eres Comunión de Personas y nuestra comunión ha sido creada a imagen de la Tuya. ¿Qué mejor misión que esta?. Amo a mi esposo porque te amo a Ti, porque es Tu hijo, porque lo que le haga a él/ella te lo hago a Ti, porque lo creaste “para” mí y me creaste “para” él/ella. Por tanto amo a mi esposo y me entrego a Él porque así, en última instancia, te amo a Ti y me entrego a Ti. Y nuestro amor genera hijos porque es un amor que genera vida, como el Tuyo Creador. Trabajo para crear, para construir un mundo mejor en colaboración Contigo. Mis amigos no son solamente amigos, son las personas que Tú has puesto en mi camino para que les entregue mis dones en Tu nombre. Mi sufrimiento es redentor en unión con el Tuyo, y sana, y da vida, y salva. Señor, Tú eres el alfa y el omega, principio y fin de todo. Todo procede de Ti y todo tiene un destino: Volver a Ti.

Si cambiamos la motivación en cada una de estas facetas de la vida de un esposo, todo se tuerce y vienen las consecuencias: Los agobios por la salud, el esposo, los hijos, el trabajo… En cambio, esto es lo que me da la alegría: “Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia y todo… se os dará por añadidura”.

Acabamos con una cita del Papa Francisco sobre María: “«Bienaventurada la que ha creído»… Podemos decir que en la Bienaventurada Virgen María se realiza eso en lo que antes he insistido, que el creyente está totalmente implicado en su confesión de fe” (Lumen Fidei).

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. (Sal. 62, 2ss) ¡Aleluya!