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Vida de familia, vivida entera. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 14, 23-29

EVANGELIO
El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho

Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 23-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: – «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis».

Palabra del Señor.

Nota: Retiro para matrimonios y familias: «La Verdad del Matrimonio y la Alegría del Amor». Organiza ProyectoAmorConyugal en colaboración con la Delegación de Pastoral Familiar Diocesana de Málaga. Días 18 y 19 de junio. Para más información pincha en el siguiente enlace:

http://wp.me/p6AdRz-ru

Vida de familia, vivida entera.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

De lo que dice hoy Jesús, se desprende nuestra primera prioridad: Guardar Su palabra. ¿Cómo guardarla? Con las obras. ¿Y qué dice Su palabra que debemos hacer? “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”. ¿Y cómo?

Amoris Laetitia 62: “De los Evangelios emerge claramente el ejemplo de Jesús, que […] anunció el mensaje concerniente al significado del matrimonio como plenitud de la revelación que recupera el proyecto originario de Dios (cf. Mt 19,3)”

La plenitud de la revelación, lo que Dios quiere llegar a explicarnos, es que tenemos que amarnos como esposos, como Cristo amó a su Esposa la Iglesia. Así nos ama Dios y así estamos llamados a amarnos. Bien, pero todos tenemos experiencia de que no somos capaces de amar de esa manera. Entonces ¿Cuál es nuestro camino para lograrlo?

Seguimos en el punto 62 “…La condescendencia divina acompaña siempre el camino humano, sana y transforma el corazón endurecido con su gracia, orientándolo hacia su principio, a través del camino de la cruz”.

Dios sana nuestro corazón endurecido con su gracia, orientándolo a lo que Dios pensó para nosotros desde el principio, y el camino para llegar a vivir ese plan de Dios, es el camino de la cruz. Sí, ese que siempre tenemos la tentación de apartar o rechazar. Pues ese es el camino para sanar el corazón endurecido que nos impide amarnos como Dios quiere.

Esto no significa que no podamos gozar de la belleza del matrimonio: 148… “No implica renunciar a instantes de intenso gozo, sino asumirlos como entretejidos con otros momentos de entrega generosa, de espera paciente, de cansancio inevitable, de esfuerzo por un ideal. La vida en familia es todo eso y merece ser vivida entera”.

Pues en esto consiste guardar Su palabra: En una vida de familia que merece ser vivida entera.

Madre:
Que el Espíritu nos siga mostrando el camino de la plenitud de la revelación en el matrimonio. ¡Menudo regalazo!. Alabada sea la Santísima Trinidad.

Del espíritu de dominio a la humildad del Espíritu. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 15, 18-21

EVANGELIO
No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo

Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 18-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: – «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: «No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».

Palabra del Señor.

Del espíritu de dominio a la humildad del Espíritu.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Lo malo no es el Mundo, sino ser mundanos: funcionar bajo sus parámetros, como por ejemplo las ideologías o el intento de dominio sobre los demás. Jesús tiene todo el poder, y nos enseña que el poder no conlleva el dominio sobre los demás, ser servido y la ambición, sino abajarse, servir y dar hasta la vida por los amigos.

Es habitual en el matrimonio que uno de los dos reciba la llamada del Señor y el otro aun no la haya recibido. Es una situación muy dolorosa de sobrellevar, casi heroica. Te animamos a seguir amando. Además estas situaciones conllevan persecuciones por Su causa: Que si eres un beato, que si estás en una secta, o que te crees muy buenecito… Alabado sea el Señor, si es por Él. Pero hay que tener cuidado, porque también puede ocurrir al contrario, que el que se ha encontrado con Jesús critique y exija al esposo que no. En ambos casos estaríamos hablando de la lógica del poder según este mundo.

Dice el Papa Francisco en Amoris Laetitia:
98. … La actitud de humildad aparece aquí como algo que es parte del amor, porque para poder comprender, disculpar o servir a los demás de corazón, es indispensable sanar el orgullo y cultivar la humildad. … La lógica del amor cristiano no es la de quien se siente más que otros y necesita hacerles sentir su poder, sino que «el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea vuestro servidor» (Mt 20,27). En la vida familiar no puede reinar la lógica del dominio de unos sobre otros, o la competición para ver quién es más inteligente o poderoso, porque esa lógica acaba con el amor. También para la familia es este consejo: «Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes» (1 P 5,5).

Es quizás uno de los mayores males del matrimonio: El intento de dominio del uno sobre el otro. Esto es lo que mueve a los perseguidores, y muchas veces somos el uno perseguidor del otro porque seguimos absorbidos por las fuerzas de este mundo. Y además, si no te consigo dominar, te hago daño.

Sólo el Señor nos saca del mundo. Nos saca del mal espíritu del dominio para llevarnos a la humildad del Espíritu. Recordemos esto en nuestro matrimonio: El verdadero poder lo posee quien se abaja, quien sirve y quien da la vida por el esposo. Eso sí que es un súper héroe y no los de la tele.

Madre, maestra de humildad, ruega por nosotros.

La gran transformación. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 16, 15-20

EVANGELIO
Proclamad el Evangelio a toda la creación

Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: -«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.» Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Palabra del Señor.

La gran transformación.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

A los esposos que creen, les acompañarán estos signos (Papa Francisco Amoris Laetitia 163):
“El amor que nos prometemos supera toda emoción, sentimiento o estado de ánimo, aunque pueda incluirlos. Es un querer más hondo, con una decisión del corazón que involucra toda la existencia. Así, en medio de un conflicto no resuelto, y aunque muchos sentimientos confusos den vueltas por el corazón, se mantiene viva cada día la decisión de amar, de pertenecerse, de compartir la vida entera y de permanecer amando y perdonando. Cada uno de los dos hace un camino de crecimiento y de cambio personal. En medio de ese camino, el amor celebra cada paso y cada nueva etapa.
… El vínculo encuentra nuevas modalidades y exige la decisión de volver a amasarlo una y otra vez. Pero no sólo para conservarlo, sino para desarrollarlo. Es el camino de construirse día a día. Pero nada de esto es posible si no se invoca al Espíritu Santo, si no se clama cada día pidiendo su gracia, si no se busca su fuerza sobrenatural, si no se le reclama con deseo que derrame su fuego sobre nuestro amor para fortalecerlo, orientarlo y transformarlo en cada nueva situación.”

Si invocamos al Espíritu Santo y pedimos su gracia para nuestro matrimonio, tomaremos el veneno de los conflictos no resueltos, de los sentimientos confusos, etc. y aun así mantendremos viva la decisión de pertenecernos y de permanecer amando perdonando. Nuestro matrimonio exige que lo “amasemos” una y otra vez para desarrollarlo.

Ven Espíritu Santo, ven a nuestro matrimonio. Danos la fortaleza y el coraje de decidir amarnos a pesar de las circunstancias; danos el consejo para discernir ante las situaciones complicadas; danos la sabiduría de Dios para mirar nuestra relación desde Su Verdad; danos la inteligencia para comprender la Verdad del misterio de nuestro sacramento, Danos la ciencia de valorar a nuestro esposo como hijo de Dios; la piedad para abrirnos a la ternura del Padre y para con el esposo; y el temor de Dios, el miedo a ofenderle y desear permanecer en el amor. Espíritu Santo, transforma nuestro matrimonio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

En construcción. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 13, 31-33a. 34-35

EVANGELIO
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros

Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 31-33a. 34-35

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: – «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Sí Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos : si os amáis unos a otros».

Palabra del Señor.

En construcción.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

“Que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros.” Es el mandamiento nuevo de Cristo. Él no se refiere en cuanto a la cantidad o a la calidad de ese amor, sino al modo: Que nos amemos unos a otros de la misma manera que Él. Es decir, Cristo se refiere al amor de comunión, al amor mutuo. A este respecto, nos dice el Papa Francisco en Amoris Laetitia:

121. El matrimonio es un signo precioso, porque «cuando un hombre y una mujer celebran el sacramento del matrimonio, Dios, por decirlo así, se “refleja” en ellos, imprime en ellos los propios rasgos y el carácter indeleble de su amor. El matrimonio es la imagen del amor de Dios por nosotros. También Dios, en efecto, es comunión: las tres Personas del Padre, Hijo y Espíritu Santo viven desde siempre y para siempre en unidad perfecta. Y es precisamente este el misterio del matrimonio: Dios hace de los dos esposos una sola existencia»[119]. Esto tiene consecuencias muy concretas y cotidianas, porque los esposos, «en virtud del sacramento, son investidos de una auténtica misión, para que puedan hacer visible, a partir de las cosas sencillas, ordinarias, el amor con el que Cristo ama a su Iglesia, que sigue entregando la vida por ella»[120].

122. Sin embargo, no conviene confundir planos diferentes: no hay que arrojar sobre dos personas limitadas el tremendo peso de tener que reproducir de manera perfecta la unión que existe entre Cristo y su Iglesia, porque el matrimonio como signo implica «un proceso dinámico, que avanza gradualmente con la progresiva integración de los dones de Dios»[121].

En cada uno de nuestros matrimonios deberíamos colgar un cartel, como en las edificaciones en obras, que pusiese: “Caridad Conyugal en construcción. Promueve: El Señor. Construye: El Espíritu Santo. Subcontratas: El esposo y la esposa.” Si la gente se asoma por las ranuras que quedan en las verjas que protegen la intimidad de la obra y nos ven trabajando, conocerán que somos sus discípulos. ¿Cuántos matrimonios estarán trabajando en serio su relación conyugal?.

Madre:
Damos gracias por esta impresionante misión que se nos ha sido dada. Pero ya sabemos que nuestro amor de comunión hay que construirlo para ir avanzando gradualmente. Prometemos seguir trabajando en ello para responder a Dios por los dones que nos ha entregado. Alabado sea el Señor.

Una nueva dimensión. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 10, 27-30

EVANGELIO
Yo doy la vida eterna a mis ovejas

Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús: – «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».

Palabra del Señor.

Una nueva dimensión.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Las cosas del Señor saben de otra manera. Tienen una fragancia especial, la fragancia de Cristo. Tienen una belleza especial a pesar de que suelen ser sencillas. Cuando tenemos una relación con el Señor, le reconocemos en los acontecimientos y en las circunstancias, le reconocemos en las personas que le siguen.

Nuestra vida ha adquirido una profundidad especial desde que le seguimos, se ha impregnado de Su fragancia. Nuestro proyecto es el Suyo, lo que más nos gusta es hablar de Él, le escuchamos en el esposo y nuestro matrimonio va alcanzando una nueva dimensión. Como dice el Papa Francisco en Amoris Laetitia, descubrimos la caridad, “La belleza —el «alto valor» del otro, que no coincide con sus atractivos físicos o psicológicos— nos permite gustar lo sagrado de su persona…”. Es María quien nos guía y nos lleva hasta sólo Dios sabe dónde.

Somos sus ovejas, a veces más perdidas, a veces más dóciles, pero Suyas, y Él no nos dejará, nos llevará hasta la vida Eterna. Él nos va introduciendo en ese deseo de ser uno. Quiere que experimentemos lo que Él experimenta con el Padre. Todo lo del Padre es Suyo, y le ha dado lo que más vale. Lo que está en Su mano está en manos del Padre. Un mismo proyecto, un mismo Espíritu, la misma naturaleza, una única voluntad, y nosotros en Sus manos.

Tenemos sed de Comunión, Señor, una sed insaciable de ser uno. Yo en él/ella y él/ella en mí. Un solo corazón, una sola carne, un solo espíritu. Tenemos sed del amor verdadero, de la mayor meta a la que puede aspirar el ser humano, amarnos con Tu amor. Realmente, este Proyecto de Amor, sabe a ti, huele a ti.

Tú Señor, lo harás posible. En ti confiamos. Amén.