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Motivos para renunciar. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 19, 27-29

EVANGELIO
Vosotros, los que me habéis seguido, recibiréis cien veces más .

Lectura del santo evangelio según san Mateo 19, 27-29
En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús:
-«Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»
Jesús les dijo:
-«Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel.
El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. »

Palabra del Señor.

Motivos para renunciar.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Dice San Jerónimo. “No dijo: Que lo dejasteis todo (porque esto también lo hizo el filósofo Crates y otros muchos que despreciaron las riquezas), sino y que «me habéis seguido», que es propiamente de los apóstoles y de los creyentes.”

No se trata de dejar muchas cosas, sino de seguir a Jesús y para ello desapegarse de todo aquello que me aleja de tener una coherencia con el Amor de Jesús como Esposo. El Cristiano no deja las cosas porque sí, las deja por amor. Ya lo decía San Pablo: Ya podía yo entregar mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor de nada sirve. Como tampoco serviría de nada estimar todo basura si no es por poseer al Amor. Es necesario aplicar esta máxima a todo lo que hacemos en nuestra vida. De nada me sirve renunciar a mi orgullo, mi vanidad, mis criterios, deseos…. si no lo hacemos por amor, renunciar a todas estas cosas, por amor al esposo.

Así lo hace Cristo. Él hace todo por el Padre y el Padre hace todo por el Hijo.

¿Quieres un buen matrimonio, y una buena familia, donde reine la sensatez, la inteligencia, la prudencia, acierto en obras buenas… ? Para seguir a Jesús hay que elegir entre otros planes y la oración, la Eucaristía… Aquello que nos lleva a la Fuente del amor. Para hacer presente la experiencia del Señor en nuestra relación, hay que conocerlo y recibir Su Espíritu. Con Él, los matrimonios que lo hemos dejado todo el uno por el otro, recibimos cien veces más, heredamos un tesoro en nuestro corazón del que nada nos puede separar: el Amor de nuestro Padre, Su sabiduría para tratarnos, Su prudencia para decidir, Su fidelidad para siempre, Su Amor verdadero, Su misericordia y Su perdón hasta 70 veces 7, Su paz, Su gozo…

Jesús dijo (Mateo 19) «Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne». Los esposos que hagan esto, heredarán la vida eterna.

Tal como pide el Papa que hagamos a diario, oramos por el sínodo de la familia:
https://proyectoamorconyugal.es/oracion-a-la-santa-familia/

Testificar con la mansedumbre. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 10, 16-23

EVANGELIO
No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 16-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
-«Mirad que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.
Pero no os fieis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.
Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra.
Porque os aseguro que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre.»

Palabra del Señor.

Testificar con la mansedumbre.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

La vida del cristiano siempre ha sido, es y será, vivir como ovejas en medio de lobos. ¡Qué imagen tan expresiva!. Donde el Cristiano ha dado siempre el mayor testimonio ha sido precisamente permitiendo que los lobos le devoren, por entender que ha sido enviado a ellos por Cristo.

San Gregorio nos da una clave para este Evangelio:
Porque aquel que ejerce el ministerio de la predicación no debe hacer el mal, sino sufrirlo, a fin de aplacar con su mansedumbre el furor de aquellos que se ensañan con él y para que vean que a pesar de estar cubiertos de otras heridas, curan las de los pecadores.

Del mal también puede surgir la vida. Aprovechando el pecado de Judas y de los sumos sacerdotes, Dios construye la redención. Frente a San Esteban, el protomartir, Dios provoca la conversión de San Pablo y de otros muchos.

Este Evangelio nos da muchas claves sobre el sufrimiento con el mal del prójimo y específicamente el de nuestro esposo:

1º Entender que he sido enviado por Dios como oveja en medio de lobos: Es Dios quien me envía a vivir esa experiencia con el mal, y Él quiere expresamente que esté ahí y no huya, porque es ahí donde quiere dar testimonio de Él a través de mí.

2º Ser sagaces: no ir poniendo la confianza en que el otro cambiará y se volverá oveja y me tratará bien, sino poniendo la confianza en Dios que quiere esa situación para sacar bien del mal, para que sea testimonio Suyo. Que mi corazón se vaya asemejando al de Dios que ama en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad. Que actúe como Cristo en su Pasión y que sea medio de Redención.

3ª Tenemos que ser sencillos, es decir, no ir dando lecciones. No damos testimonio corrigiendo a los demás, sino dejándonos devorar por ellos en nombre de Dios. Tampoco darle vueltas a los encontronazos con los demás ni antes, ni después. No pensemos lo que vamos a decir y qué vamos hacer o cómo. No elijas el momento, cuando llegue, será el Espíritu Santo quien actúe. Porque es Dios quien debe actuar y no nosotros. Si pensamos y planificamos, nuestra reacción será defendernos, no entregarnos.

 

Nosotros también podemos colaborar con la conversión y la redención de nuestro esposo. Es nuestro principal cometido. El cómo, lo explica muy bien San Gregorio: con la mansedumbre. El mismo consejo que nos dio Cristo: Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón. Es inimaginable la fuerza que tiene esta actitud co-redentora en el matrimonio.

¿Quieres convertir a tu esposo? Corrígele menos, déjate convertir por el Espíritu, y no hagas el mal sino súfrelo unido a Cristo por amor a él/ella.

Oremos con San Francisco:
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.

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Quién, cómo y qué. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 10, 1-7

EVANGELIO
Id a las ovejas descarriadas de Israel

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 1-7
En aquel tiempo, Jesús, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
-«No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel.
Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.»

Palabra del Señor.

Quién, cómo y qué.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Vamos desgranando este Evangelio en varios detalles interesantes para el matrimonio.

¿Quiénes son los elegidos? Los 12 apóstoles que Cristo elige para su misión, no son personajes destacados: San Agustín, de civitate Dei, 18,49: “Eligió por Apóstoles a aquellos hombres que eran plebeyos, sin dignidad y sin educación, a fin de que se viera que cuanto de grande fuesen o hicieren, era por el Señor que está en ellos y obra en ellos”. Así nos elige también a nosotros, siervos inútiles.

¿Por qué de dos en dos? No es casual, que en el Evangelio, los doce son nombrados de dos en dos, igual que luego fueron enviados de dos en dos. San Glosa (uno de los padres de la Iglesia) nos aclara el motivo: “Se ponen expresamente de dos en dos, como aprobación de la sociedad conyugal” y por tanto, del matrimonio, que también somos enviados como misioneros de Cristo. Así, ellos y nosotros, podemos evangelizar y curar desde una comunión entre dos. Como Cristo, que no actúa solo, sino siempre con el Padre y el Espíritu en comunión perfecta. Porque el amor perfecto es el de comunión, y desde el pecado del hombre, sólo es posible gracias una herramienta potentísima e infalible: El perdón entre nosotros (Un deber para que Dios pueda perdonarnos) y sobre todo el perdón de Dios: La confesión.

La prioridad: En la misión de los apóstoles, Cristo también les marca una prioridad: El pueblo de Israel, el pueblo elegido. También para los esposos, nuestra misión tiene una prioridad, el esposo elegido para nosotros y la familia que se ha construido alrededor de ese amor.

La autoridad que les da: Otro detalle es que les dio autoridad para curar… y a mi esposo, como ministro de las gracias de Dios para mí por el sacramento del matrimonio, ¿qué poderes le ha dado? Pensémoslo… Lo que también queda claro es que es Cristo quien nos da autoridad a uno y a otro.

Por último, el mensaje: que el Reino está cerca. Y ¿qué significa que el reino está cerca? Que el Rey es Dios. Que Él reinará en nuestras vidas. Por encima de todo.

Señor mío y Dios mío.

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Esposos sin rumbo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 9, 32-38

EVANGELIO
La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 32-38
En aquel tiempo, presentaron a Jesús un endemoniado mudo. Echó al demonio, y el mudo habló.
La gente decía admirada:
-«Nunca se ha visto en Israel cosa igual.»
En cambio, los fariseos decían:
-«Éste echa los demonios con el poder del jefe de los demonios. »
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias.
Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos:
-«Las mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»

Palabra del Señor.

Esposos sin rumbo.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Nosotros somos ovejas con Pastor. Sabemos a quién seguir, a quién imitar, cuál es nuestro origen y nuestro destino. Tenemos un proyecto de vida, un camino por el que luchar y esforzarnos, a través del que iremos creciendo a lo largo de toda la vida. Un proyecto que no acaba y por el que podemos seguir luchando toda nuestra vida.

Tenemos un sentido y un rumbo. El sentido es, el Señor, y el rumbo es nuestro matrimonio. Seguir al Señor a través de nuestro matrimonio. Ese es el reto, un reto que nos supera con mucho, porque ser fiel a la entrega sincera de uno mismo, que exige la totalidad, nos supera con mucho. Es nuestra manera de representar quién es Dios, de ser su imagen en este mundo. Una misión preciosa digna de un hombre y una mujer, por ser hijos de Dios.

Pero hay muchos matrimonios que pasan toda su vida sin saber cuál es realmente su misión. Sin saber que tienen un proyecto maravilloso que vivir, por el que luchar, y el que les va a dar las mayores satisfacciones y sorpresas de su vida. Hay mucha gente que no ve el matrimonio como Dios lo pensó, como algo bueno, muy bueno. Mucha gente presa del orgullo que enmudece, que les impide hablar de su fragilidad con su esposo, muchos matrimonios que han enmudecido y ya no tienen nada profundo de que hablar entre ellos. Ante la propuesta del Evangelio hay quienes se admiran como nosotros y los que piensan mal y lo convierten en algo negativo, antiguo, algo que nos quita la libertad. Están extenuados e incluso desesperados de luchar por una vida sin sentido ni rumbo.

Hay mucha gente que no entiende la riqueza que da la unión del hombre y la mujer en las diferencias, que no conoce la libertad que da superar el orgullo por amor, superar la pereza por amor, superar los caprichos por amor, superar los prejuicios por amor y contemplar la belleza del proyecto de amor que Dios pensó para nosotros. Un Proyecto de Amor Conyugal, que merece la pena vivir.

Necesitamos matrimonios testigos del amor de Dios. La sociedad los necesita, las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada lo necesitan. ¿Os apuntáis a vivirlo?.

Hoy pedimos al Señor por la vocaciones al matrimonio, Esposos que no teman en dar su vida en nombre de Cristo.

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Los esposos que Le tocan. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 9, 18-26

EVANGELIO
Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, y vivirá

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 18-26
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo:
-«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.»
Jesús lo siguió con sus discípulos.
Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo:
-«¡Animo, hija! Tu fe te ha curado.»
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
-«¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.»
Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Palabra del Señor.

Los esposos que Le tocan.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Ante la persona que sufre, Jesús va a dar lo que tiene. Lo que el Padre le ha dado: Su amor misericordioso. Uno se le acerca de frente y se arrodilla ante Él, la otra se acerca sigilosamente, por la espalda. Y Jesús hace el milagro para ambos, da igual la forma, lo importante es que nos acerquemos con fe. A veces creemos que no es posible. La emorroisa llevaba 12 años buscando una solución, pero creyó y le tocó el manto.

Observamos también que, alrededor de la niña muerta, había un gran alboroto. Un alma muerta, siempre está rodeada de alboroto, porque no soporta el silencio. Antes de hacer el milagro, Jesús echa fuera todos aquellos alborotadores, y el lugar queda en silencio. Es en el silencio, con Jesús, donde se produce el gran milagro. Necesitamos ratos de silencio, apartar de nuestro alrededor todo el ruido, la agitación y el activismo de nuestra vida, para que Jesús pueda cogernos de la mano y llevarnos por el camino adecuado.

El Esposo que nos hace uno a mi esposo y a mi con Él. Nos lleva al desierto para purificarnos, crecer, unirnos… caminado tras de Él, por ese desierto entre dificultades, pruebas, batallas… Pero también gozos, alegrías, luces… Jesús, confiamos en ti.

Dios hace la obra de unión, contando con nuestra libertad y pidiendonos que nos pongamos en juego, en camino. Tenemos que acercarnos a Él cada día con nuestro Sí, con nuestra incapacidad pero sabiendo que es Dios el que une:
No es más milagro resucitar a un muerto o curar doce años de flujos de sangre. Cuando Dios nos une, no realiza una obra sencilla, sino en extremo difícil, más aun que la separación del mar rojo. Al separar las aguas, obra Dios sobre elementos pasivos, dóciles a su voluntad, mientras la unión del hombre y la mujer ha de contar con sus libertades.

Tú Señor garantizas la solidez del Amor. Creemos en el poder que nos ofreces: “Lo que Dios ha unido” Puedes decir esto porque eres quien eres. Es ahí donde se funda la consistencia de un Amor para toda la vida, un Amor verdadero.

El matrimonio es un camino de toda una vida y la unidad de la alianza se fragua en el tiempo, siguiendo a Jesús: nos llamas, nos sacas de los extravíos, nos lo perdonas, nos conduces por un desierto sin dejarnos, bendiciéndonos, dirigiéndonos a la Tierra prometida hasta Ti.

Gracias Señor por mostrarnos cada día nuevas claves del misterio del matrimonio a través del Evangelio. Gracias por venir a nosotros en la Eucaristía. Eres Tú el que vienes a nosotros y nos dices: ¡Animo, esposos! Vuestra fe os ha curado.

Tal como pide el Papa que hagamos a diario, oramos por el sínodo de la familia:
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